Darío Grandinetti: Teatro Abierto


"Los actores no somos millonarios"

Hoy el actor debuta como presentador de Teatro Abierto, ciclo en la TV Pública que mostrará 13 obras de 1981 adaptadas al formato televisivo.

Una escena repetida. Las imágenes de los jóvenes que lloraban en Ezeiza, mientras se despedían de su familia, eran algo muy común para Darío Grandinetti. Cuenta que se cansó de ver cómo los padres se separaban de sus hijos, se alejaban a los llantos y él los esperaba en el pre embarque y les preguntaba qué iban a hacer. Las respuestas eran, siempre,  parecidas: "Tengo un primo en España que me puede conseguir un contacto, para trabajar de lava copas en un restaurant". El actor quería ser uno de ellos.
"Salvando las distancias", aclara. "Porque yo me iba a trabajar de lo mío, sabía que tenía trabajo como actor, pero tenía un profundo deseo de ser ellos. De irme a vivir a Europa. Y a mí este señor llamado Néstor Kirchner me quitó ese deseo. Me lo quitó. Porque me hizo ver lo que yo creí que no se iba a ver nunca más. Yo pensé que ni mis nietos iban a poder ver un país en crecimiento. Mis expectativas artísticas además eran pésimas. Yo pensaba que lo mejor que me podía pasar era que me llamaran de un programa de televisión para que hiciera de tío del ganador de Gran Hermano 5. Porque hace unos años esos chicos eran las estrellas de la televisión. Eso era lo máximo a lo que podía aspirar un actor", recuerda.
Pero Darío Grandinetti nunca se fue. Viajó varias veces, pero siempre volvió. Y su presente dista mucho de ser un actor secundario y accesorio para una figura mediática. Referente de sus pares, Grandinetti lleva nueve meses de temporada teatral con la obra Una relación pornográfica, con Cecilia Roth, y es el presentador de un nuevo ciclo sobre Teatro Abierto que arranca hoy y se transmite de martes a jueves a las 22:30 hs por la Televisión Pública. El programa pondrá al aire trece de las obras que se estrenaron en 1981, como homenaje a un movimiento impulsado por los autores de teatro que la dictadura militar estaba censurando e ignorando.
–¿Por qué no te fuiste a vivir a Europa?
–Porque no era solo en ese momento y mi familia no quería. Llegaba a España y podía hablar de mi trabajo, acá se hablaba sólo de la crisis. Con mis amigos, que siguen siendo los mismos de ahora, hablábamos de eso. Me decían: "¡Qué suerte podés hablar de la actuación, de la tarea!" Y además tenía trabajo. Ahora, hay una puesta en valor de nuestro oficio.
–Es fuerte esa percepción de tener como única aspiración ser tío de un personaje de Gran Hermano.
–Esa era mi aspiración. Lo decíamos cagándonos de risa, pero al mismo tiempo sabíamos lo doloroso que era.
–¿Cuál es tu presente ahora?
–Mi realidad es que formo parte de esa movida maravillosa teatral que hay en Buenos Aires. Y a la mayoría nos va bien. A algunos mejor que a otros, pero eso ocurrió siempre. A mí no me la cuenten, yo en el 2000 recorrí el país haciendo El Cartero, era el productor. Tardé un año y medio en recuperar la guita que había puesto sólo para producir la obra. Recorrí el país con ese espectáculo. Y era lógico que no me fuera bien. Si los restoranes estaban vacíos, los negocios cerrados. ¿Quién era yo para que la gente fuera al teatro? Después volví a recorrer el país en 2007 con Ella en mi cabeza y, en 2010, con Baraka y la gente venía al teatro.  Y no puedo creer que venían porque soy Daniel Day Lewis, venían porque tenían plata para morfar, para llevar a los chicos al colegio, para vestirlos y para pagar una entrada al teatro. ¿Por qué se llenan los cines? ¿Por qué hay películas que meten  más de un millón de espectadores? Más allá de que están muy bien hechas, porque esa gente tiene plata para pagar las entradas. Hemos vivido la época en la que sentíamos que si bien no era una genialidad lo que hacíamos, estaba bastante bien, merecíamos mejor suerte. El deseo de todos es llenar todos los días, sabemos que no nos vamos a hacer ricos con el teatro ni con el cine. Los actores no somos millonarios. Me atrevo a decir que ni Ricardo Darín, que es al que mejor le va, es millonario.  No jodamos con esto. Los millonarios no somos los actores.

Las convicciones y admiración por el movimiento de teatro argentino, siempre en crecimiento, llevó a Grandinetti a aceptar ponerse el traje de presentador de televisión para conducir el programa Teatro Abierto, que propone el desafío de trasponer al lenguaje televisivo las obras pensadas para el teatro. En cada programa, se verá una de esas obras –cada una con director y elenco distintos– y luego, Grandinetti conversará con los protagonistas de la propuesta original de Teatro Abierto.

–¿Participaste del movimiento de Teatro Abierto?
–No. Yo no tengo ninguna experiencia propia. Recién llegaba a Buenos Aires desde Rosario, tenía 21 años. En 1981 estaba haciendo una comedia musical, El violinista sobre el tejado, con un elenco bárbaro. Sabíamos lo que estaba ocurriendo, pero yo no formaba parte. Creo que  estaría boludeando más de lo que debería. Eso pienso ahora, que pasó el tiempo. Estaría paveando mucho más de lo que me gustaría poder decir ahora.
–¿Tenías registro de lo que estaba pasando realmente durante la dictadura?
–No, y el que lo sabía se cuidaba mucho de decirlo delante de gente como yo, porque también existía el temor de que hablaras con alguien, cualquier papanatas, que fuera un delator. Tampoco tenía la chance de que alguien me lo contara, porque lógicamente no se lo iban a contar  a alguien que no estuviera involucrado.  Muchas veces pensé que a mí me podría haber pasado algo tranquilamente, como a muchos de nosotros. Yo me vine de Rosario dos meses después del Golpe y enseguida comencé a notar que algunas cosas pasaban. No sabía de los desaparecidos y las torturas. Nunca fui consciente de la dimensión, esto de 30.000 desaparecidos, jamás. También existía el temor a comprometerte, afectarte, no querías meterte en un problema. Hemos sido víctimas todos, de una u otra manera, de un momento de mierda. Pero por supuesto que hay  víctimas directas, algunas que todavía siguen sufriendo, porque los nietos, aún los recuperados, siguen sufriendo el dolor de esa pérdida y esa mentira, aún sabiendo quiénes son.
–¿Qué incidencias tiene, en este contexto, Teatro Abierto?
–Teatro Abierto fue lo que fue porque se llenaron los teatros. ¿De qué habla esto? De eso, del compromiso del pueblo argentino con el teatro. Teatro Abierto existió también y fue puesto en marcha porque todos los que lo pusieron en marcha venían del teatro independiente, sabían cómo autogestionarse. No buscaban la plata, no decían "¿y ahora cómo hacemos si los productores no nos llaman?", porque toda la vida habían hecho sin que los llamaran. Hoy hay teatro under, porque existió el teatro independiente y Teatro Abierto. La autogestión viene en el ADN de los artistas.
–En Europa no se juntan si no está la plata antes.
–Claro, y por eso están viviendo la crisis que viven ahora. Porque casi toda la cultura es subvencionada. Acá les gusta rasgarse las vestiduras, porque gastan la plata que es nuestra. Cuando  se habla de las grandes obras europeas, obvian que están hechas con la plata del Estado. Todo el teatro y el cine europeo está subvencionado y por eso ahora están en una crisis total, porque el Estado recortó ahí y ellos no tienen capacidad de autogestión.
–Das tu opinión política sin miedo ¿Te genera alguna preocupación?
–No. En esta época se puede decir cualquier cosa. Cualquiera puede decir lo que quiera y eso está muy bien. Todos tienen derecho a opinar y tienen que saber que el que escucha algo que lo hiere, tiene todo el derecho a responder. A esta década le podemos agradecer que como nunca sabemos quién es quién y eso nos incluye a todos. Hay que hacerse cargo de eso. Después, decí lo que quieras. Se intentó matar a un gobernador de la provincia de Santa Fe y se atentó contra Milagro Sala, estas cosas son muchísimo más importantes que lo que podamos decir nosotros con respecto a nada.    «


adaptación a la tv y debate con el elenco original
Existieron dos provocaciones que llevaron a los autores a encarar Teatro Abierto: primero, que en el San Martín no se representaba a dramaturgos nacionales y el propio director del teatro dijo que no había escritores argentinos de teatro. Además, el gobierno militar había suprimido en 1979 la cátedra de Teatro Argentino del Conservatorio Nacional, con el criterio de que no existía. Con esas mechas, los autores se reunieron y encararon un movimiento artístico sin precedentes, no solo por su respuesta política en medio de la censura, sino también por la fuerte convocatoria del público y la calidad artística.
El ciclo que arranca hoy en la Televisión Pública propone un cruce de miradas y lenguajes. Cada programa tendrá una versión adaptada al lenguaje audiovisual de una de las obras –cada una de ellas con director y elenco distintos– y luego Darío Grandinetti conversará con los protagonistas de la propuesta original. Además, habrá un cruce de generaciones: desde los artistas históricos de ese movimiento, hasta miradas más jóvenes, en la dirección y la actuación.


En El Picadero
Los martes de octubre y noviembre, a las 21, con entrada gratuita, se presentarán tres obras del repertorio de Teatro Abierto, en el escenario de El Picadero.
Subirán a escena: Gris de ausencia, de Roberto Cossa, Decir sí, de Griselda Gambaro y Papá querido, de Aída Bortnik.


el recuerdo de la muerte de néstor kirchner
Darío Grandinetti se enteró de la muerte de Néstor Kirchner mientras escuchaba, en Madrid, el programa de Víctor Hugo Morales. El actor estaba de gira con la obra Baraka, junto con Juan Leyrado, Hugo Arana y Jorge Marrale. "Allá eran las dos de la tarde, era la hora en la que me sentaba a almorzar en casa y escuchaba la radio por Internet. Fue un masazo para todos nosotros. Se nos sumaba el estar lejos y el estupor. La distancia y el no estar en el lugar, te provoca algo distinto", recuerda.
Entonces, lo que hicieron Grandinetti y sus compañeros de elenco fue llamar constantemente a sus familias y ver todo lo que pasaba por televisión. "Nos vimos ese desfile de gente. No me olvido más a esa mujer plantada y esos chicos ahí. Enseguida recordé lo que me pasó cuando apareció Kirchner, que dije: 'Es un tipo común, es una persona normal.' No nos olvidemos que veníamos del 'que se vayan todos', de la época en que la política era sinónimo, en el mejor de los casos, de ineptitud y de todo lo trivial, lo farandulero, el maquillaje, los asesores. Uno decía: '¿Quién sos, hermano? ¡Te maquillás más que yo!' Veía los afiches de campaña y tenían un maquillaje que ni yo me pongo para hacer cine. Pero aparecieron estos señores del sur y yo dije 'son gente normal'. Cuando murió Néstor pude ver en la presidenta ese dolor, que  conozco", piensa. Gradinetti, junto con otros artistas, participó de un video en homenaje a Néstor Kirchner, del cual, avisa: "Nadie cobró un peso. Se hizo por pura convicción."


HOY
Teatro Abierto irá de martes a jueves a las 22:30 hs. por la TV Pública.

Fuente: Tiempo Argentino

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