Maximiliano de La Puente, Martín Flores Cárdenas, Natalia Casielles y Maruja Bustamante
Generación sub 35
Tienen entre 27 y 35 años Además de escribir obras, suelen dirigir y en casi todos los casos, actúan. Aquí, hablan de los nuevos paradigmas de la escritura teatral, la necesidad de que los textos producidos lleguen a escena y la pericia de una labor que requiere de disciplina y saber escuchar a los otros.
Quizás en ninguna otra ciudad latinoamericana se plasme tan nítida la intensidad y el cruce con la dirección y la formación actoral que transitan los jóvenes autores en Buenos Aires. Aquí, desde los ‘90 la figura del autor se moldea en relación a otras prácticas. Surge casi como norma que los autores valoren sus textos, pero que también sean directores y a veces, incluso, también actúen.
En países con un destacado relieve teatral hay otras particularidades. En Chile, por ejemplo, existe un nutrido grupo de directores-autores (Guillemo Calderón, Luis Barrales, Manuela Infante), pero también instancias como la Muestra Nacional de Dramaturgia, donde el texto es defendido como un territorio con autonomía de la puesta en escena. También en Cuba hay un elevado nivel de jóvenes dramaturgos, menores a treinta años, formados en el Instituto Superior de Arte de la Habana, cuya producción es más publicada y distribuida en lecturas dramatizadas que estrenada en salas oficiales. Son la renovación del teatro cubano, pero casi todos consideran una herejía lanzarse a dirigir. Venezuela, Colombia y Ecuador atraviesan una herencia vinculada a la creación colectiva.
Más en Clarín
Maximiliano de La Puente
Martín Flores Cárdenas
Natalia Casielles
Maruja Bustamante
Comentarios