Mariano Dossena: Espectros
Con "Espectros", Mariano Dossena reivindica el teatro de texto
El director teatral Mariano Dossena repuso "Espectros", de Henrik Ibsen, en el Centro Cultural de la Cooperación, mientras prepara "El otro Judas", de Abelardo Castillo, para el mismo escenario.
Aunque aún no puede precisar un elenco, Dossena espera repetir los elogios que recibió en su joven e intensa trayectoria, integrada por títulos como "La música", de Marguerite Duras; "El tiempo y los Conway", de J.B. Priestley; y "Los invertidos", del argentino José González Castillo.
"Reestrenamos `Espectros` con muy buen público hasta el momento y preparo la obra de Castillo, un texto de corte clásico, con un lenguaje muy poético y amparado en la palabra, así que estoy armando la puesta", señaló el director en diálogo con Télam.
Lejos de ciertas petulancias a la moda -personas que escriben sus obras a partir de improvisaciones e intentan revolucionar la escena sin advertir que ya lo hicieron otros (y hace tiempo)-, Dossena reincide en el teatro de texto, a sabiendas de que allí siempre hay tela para cortar.
Acerca de los autores, dijo que "a mí me amparan en el trabajo, porque al estar a cargo de la puesta o la dirección me siento muy cubierto por un texto de estas características, de una gran estructura, de grandes personajes y que lo que dice sea interesante".
"Todo es más sencillo, paradójicamente, porque más allá de llevarlos a escena hay un carril sobre el que uno puede descansar, que es el autor que está hablando, y eso es lo que me interesa: hacer hablar al autor", apuntó.
Lo importante es, para Dossena, "iluminar lo que el autor está planteando, no ir por encima del autor", aunque el director "puede incorporar alguna ocurrencia, pero trato de ser bastante fiel al texto y el imaginario que se me va ocurriendo tiene que ver con el corazón del autor".
Dossena es aficionado frecuente: "Me gusta ser espectador, voy mucho al teatro; a veces soy duro cuando algo se lo merece, pero mayormente trato de aprender; me interesan sobre todo las obras donde se cuenta algo".
"Me aburre un poco cuando se le empieza a hablar a otros colegas en ese tipo de espectáculos que dialogan con el ambiente teatral -confió-, en esas obras me empieza a agarrar sueño porque descubro el procedimiento; en cambio me gusta que me cuenten algo e irme creyendo que eso sucedió." Apuntó que eso es lo que desea para sus propios espectáculos.
"En aquellos casos en que se incurre en la introspección en demasía, no creo que haya mala fe sino un poco de miedo a meterse con los problemas que suscita trabajar con un texto de otro".
"Eso implica restricciones para el director, que se ve abrumado -sentenció-, y entonces `mejor no, la escribo yo y hago que esto sea más sencillo, lo adapto a mi modo de producción y a mi realidad`, y entonces la cosa se equipara para abajo." Añadió que cuando "uno se mete con un autor e intenta respetarlo, comienzan a aparecer dificultades porque hay una época distinta o no, o personajes y escenografías concretas que pide el autor, entonces hay un temor de no poder llegar a concretar".
Sobre sus elogiados montajes en salas pequeñas -distintas a las que cobijaron las mismas obras en sus lejanos estrenos-, señaló que lo importante es que "ese mundo que está planteando el autor aparezca (si trabajo con Ibsen, 1880, Noruega...), yo quiero que esté".
"Trato de adaptarme a los pequeños escenarios, pero que ese espíritu esté; si no, la obra no puede ser contada porque no podemos contar Ibsen sin ese clima, sin esas ropas... porque todo eso genera un pensamiento, porque esa época de algún modo nos está hablando", apuntó.
Dijo que los personajes "están vestidos así y hablan de esa manera por algo, ése es el esfuerzo que requieren estas puestas, que tiene que ver con algo más allá de lo actoral, porque la cuestión exterior o de producción también altera la actuación".
"Espectros" se ofrece en la sala Raúl González Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (Corrientes 1543), los sábados a las 21.
Fuente: Télam
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