Osvaldo Bazán, Ricky Pashkus y Ale Sergi: Y un día Nico se fue


"Quisimos algo moderno, con una impronta musical claramente pop"

Juntos, acaban de estrenar anoche la comedia musical Y un día Nico se fue, basada en una historia de amor gay. Se presenta hasta principios de noviembre en La Usina del Arte, con Tomás Fonzi y Walter Quiroz como protagonistas.

La historia detrás de Y un día Nico se fue demuestra que la comunicación por Twitter llegó a las comedias musicales. Porque los contactos iniciales entre el autor del libro, el director y el compositor se hicieron por esa red social, en mensajes de trasnoche.
Osvaldo Bazán recuerda que una noche, casi a las dos de la mañana, vio que Ricky Pashkus escribió: "En Argentina tenemos todo para hacer comedias musicales pero nos faltan autores, porque hay músicos, compositores, bailarines, productores y público." Un rato después le escribió que tenía un libro que quizás podía convertirse en una comedia musical. "A partir de ahí –dice– comenzó todo: le mandé el libro, nos juntamos y nos pusimos de acuerdo para hacerlo. Si no fuera porque Ricky se puso las pilas y nos empujó para hacerlo, hubiera sido muy difícil."
Ricky Pashkus asiente y confirma que fue así, pero quiere ampliar un poco su concepto de aquel tweet. "Creo que en los pocos caracteres de Twitter se simplifican las cosas –cuenta– porque quise decir algo que es más complicado y profundo. No es que falten autores, sino que en nuestro país y también en toda Latinoamérica se ha complicado mucho el tema de la identidad. Porque el problema que se les presenta a los autores es de qué hablar en las obras. ¿Deben escribir sobre la Pacha Mama, Maradona o la Revolución? Yo creo que, con la globalización inevitable que existe, hay que aprender a nadar a favor. No quise decir que faltan dramaturgos, sino que son los que tienen el mayor problema."

–¿La obra es toda cantada, o hay diálogos hablados?
Bazán: –Es hablada y cantada, con 14 canciones. Hay partes que son solamente actuadas, partes que son solamente cantadas o bailadas, y diálogos con situaciones.
–Por las características mismas de la sala, ¿se puede decir que la puesta es vanguardista?
Pashkus: –¡Ojalá que algo a mi edad parezca vanguardista! Yo soy una persona muy expansiva y no tiro para atrás. Con Osvaldo trabajé duro y en un momento volvió de un viaje y empezó a dudar, pero le insistí. Creo que lo que funcionó acá es que tengo mucha experiencia. Mi carrera, si fuera como los Juegos Olímpicos, sería una carrera con obstáculos. ¡Debuté con Nacha Guevara en una obra donde pusieron una bomba! Para mí, acá un obstáculo fue la sala, que no fue pensada para hacer teatro y ni siquiera tiene los camarines cerca. Pero eso obligó a que no fuera una puesta tradicional. No hay mal que por bien no venga. "Solucionar no es crear," diría mi madre, pero creo que al final todo este contexto se convirtió en una nueva manera de expresarse.
–¿Cómo surgió el primer contacto con Ale?
Bazán: –¡Por Twitter! (risas). ¿Qué querés? (se defiende) ¡No tengo otra vida que Twitter! Un día, hace unos dos años, cuando empezamos con Ricky a convertir la novela en una comedia, nos dimos cuenta de que estábamos por la mitad del primer acto y no sabíamos cómo serían las canciones. "¿Y esto qué música lleva?", me preguntó, y le dije que tenía que ser como Pimpinela pero degenerado. Enseguida nos pareció que lo ideal sería Miranda, porque era algo moderno, con una impronta claramente pop. Ricky había trabajado con ellos en el Maipo y yo los conocía de hacerles entrevistas. Entonces, tal como hice con Ricky, le mandé un tweet que simplemente decía: "Che, Ale, queremos hacer una comedia musical".
Sergi: –Exacto. Fue así. Les dije que probáramos y que me contaran un poco los detalles. Nos juntamos con Osvaldo, me contó del libro, lo leí y le propuse probar con una canción para el comienzo, porque ya estaba claro adónde iban las canciones, y qué tenían que decir. No había estilo musical sugerido, pero sí había títulos y bastantes letras. Entonces hice ese tema para ver si les gustaba y si les parecía bien lo que podía aportar.
–¿Y cómo anduvo?
Bazán: –A la semana recibí la primera canción y era exactamente lo que habíamos pensado con Ricky. ¡Es más, era mucho mejor de lo que habíamos pensado! Yo le había mandado una letra muy rústica y él mejoró todo. Lo que pasó después fue increíble, porque yo nunca había trabajado con un compositor, y no podía creer cuando empezó a mandarme una canción por semana.
Sergi: –Tomé el compromiso con entusiasmo, porque justo era una época en que estaba haciendo el control-room de mi estudio de grabación. De paso, podía hacer una prueba de algo que siempre me interesó, que es la comedia musical. Me divierte mucho trabajar en ese estilo y me di cuenta de que me encanta la literalidad de que se cante tan claramente algo que está pasando en el escenario. A alguno le podrá parecer ridículo y hasta exasperante, pero a otros le resultará hermoso. ¡Yo me imagino que uno podría vivir así, cantando lo que le sucede! Y con el grupo no siempre puedo ser tan literal, porque en general uno busca un guiño más poético y otras sensaciones con las palabras. Acá era otra cosa: ponerle música a un guión.
Bazán: –En todos los temas estaba exactamente lo que nos proponíamos decir, en el tono justo. Y lo que decía Ale de la literalidad también lo viví al adaptar la novela a la comedia musical. Porque yo no sabía nada de comedia musical y Ricky tuvo la generosidad de venir a casa y prácticamente hacerme un curso. Me sirvió mucho una frase que escribió Pablo Gorlero en su libro sobre los musicales, que dice: "¿Por qué cantan y bailan? Porque no te alcanza lo que están diciendo, y entonces lo tenés que cantar, y si aún no te alcanza, entonces lo tenés que bailar". Es usar otros lenguajes para decir lo mismo y subrayar algo. Ese subrayado es obvio y la comedia musical es obvia, pero tiene que serlo, porque tenés una sola posibilidad de verlo y entenderlo bien. Es literal y tiene que ser literal.
–Ahora solo van a hacer una cantidad limitada de funciones, hasta principios de noviembre. ¿La idea es pasar luego a una sala grande?
Pashkus: –Es el plan. Ahora depende del mercado y de la demanda, porque en realidad los musicales ganan con el sponsoreo. ¡Es imposible bancarlo de otra manera! Si gusta y aparece un solo sponsor, eso equivale a un mes de taquilla.
Sergi: –Por otra parte, ahora, cuando lo veamos realizado, seguro nos van a dar ganas de hacer otra obra. Uno ve en qué se convirtió lo que hizo, y se te ocurren nuevas herramientas y tenés una noción más concreta de cómo queda.
Bazán: –A mí me dan ganas de seguir probando con la comedia musical, porque efectivamente está bueno ir hablando de temas profundos, contados de una manera casi liviana.
–A todo esto, ¿qué dice Nico?
Bazán: –En su momento me dijo "Cortala, hacete ver". Ahora está muy bien casado, le va muy bien y no creo que venga a ver la obra.  «


el desafío de hacer una música pop y moderna
A la hora de encarar la música de la obra, Ale Sergi no buscó un estilo de viejo musical de Hollywood, sino otra cosa. "A mí me daba -cuenta- para algo tipo Grease, The Rocky Horror Show o La pequeña tiendita del horror, un poco más pop y más chiquito que los viejos musicales. Traté que las canciones no sonaran muy grandiosas, sino algo más tranqui, y que conmoviera desde ese otro lado. Por eso pensé en Grease o incluse West Side Story, porque los que cantan son chicos comunes, de la calle. Y mi referencia para la banda era un grupo de rock-pop tradicional. No hay cuerdas ni vientos, sino solamente un saxofón. Es piano, guitarra, bajo y batería".
Osvaldo Bazán agrega que, "no estábamos contando sobre ningún fantasma de ninguna ópera, entonces tenía que tener esta música, y toda la puesta que hizo Ricky es muy pop, muy moderno. Hay algunos momentos en que es algo muy popular, pero también hay veces donde es de vanguardia, con cosas que no habíamos visto.

–Ale, ¿habías hecho algo parecido?
Sergi: –En teatro no, pero en cine había hecho la música de Miss Tacuarembó, que también era una historia con canciones, pero el arreglo instrumental era diferente porque estaba pensado para una película y un disco, incluso ya se sabía quiénes iban a cantar.
Bazán: –Un desafío especial fue que a mí me gusta mucho la música brasilera y justo es algo que Ale no conoce tanto. Así que le llevé una pila de compacts y le sirvió para inventar una mezcla de Mercosur, entre murga uruguaya y samba brasilera, algo que no existe en todo el mundo. Es un ritmo que nunca se usó en un musical.
–¿Cómo fue ponerle música a letras ajenas y para otro cantante?
Sergi: –Escribí las canciones basado en los textos que Osvaldo me iba pasando. En un par de canciones lo respeté a rajatabla, especialmente las que eran más habladas, sin estrofa y estribillo. En otras hay estructuras más convencionales de canción pop, cercanas a lo que siempre hice. Hasta fue más fácil, porque no tenía que ponerme a pensar en el tema de la canción, que es lo que más me cuesta.


un libro que nunca iba a editarse
La historia que cuenta el libro ... y un día Nico se fue nunca se pensó para ser editada. Osvaldo Bazán lo escribió en 1999, cuando venía de trabajar seis meses en el fallido diario Perfil, que cerró y la redacción fue tomada por los trabajadores. "El libro se publicó -recuerda el autor- porque la fotocopiadora de Perfil estaba ahí, sin usar, y el diario estaba tomado. Yo no pensaba editar esa novela, pero iba haciendo copias para los amigos. ¡Así que lo pagó Fontevecchia! (risas) Después fue Cecilia Absatz quien sugirió que lo editara".

–¿Cuánto tiempo pasó desde que ocurrió la historia y la
escribiste?
Bazán: –¡Fue simultáneo, porque lo hice para que él volviera! En realidad el libro tenía un solo lector, que era Nico. Todo empezó en sesiones de terapia, cuando hablaba del tema y hacía chistes al respecto. Ahí decidí escribirlo con el objetivo de llevárselo para que viera cuánto lo quería. ¡Pero ya estaba con otro!  Nunca fue pensado para más que eso, aunque después se editó y aún hoy se sigue vendiendo. Lo que tiene de interesante la historia es que no tiene nada especial y no es sólo que me pasó a mí, sino que es algo que sigue pasando. Esa es la gracia, porque a todos los dejaron alguna vez. Lo especial de la situación era ser gay antes de la Ley de Matrimonio Igualitario, y en Rosario. Se trata de eso.
–Ale, ¿qué te gustó del libro?
Sergi: –Lo primero que hice al terminarlo fue llamar a Osvaldo y preguntarle si era verdad que le había pasado todo eso, porque no lo podía creer. Lo que me gustó, puntualmente, fue que era una historia muy profunda y hasta oscura o macabra, pero contada de una manera bastante graciosa, con cinismo e ironía, porque el autor se ríe todo el tiempo de sí mismo. Creo que tanto Osvaldo como Ricky y yo compartimos el mismo tipo de sentido del humor, con una especie de amor/odio por los problemas de la vida. Traté de abstraerme de la historia de amor gay y no pensarlo de esa manera al hacer la música, porque es una historia de amor que le podría pasar a cualquiera.


el casting y los papeles principales del musical
Los preparativos. La obra y un día Nico se fue se estrenó ayer en La Usina del Arte, en La Boca. La sala fue una gestión de Ricky Pashkus con Gobierno de la Ciudad, y para armar el elenco hubo un casting de 1500 personas. "Fue increíble –dice Bazán– y descubrí que había una movida que no sabía que existía. Hay un montón de gente con ganas de hacer comedia musical, pero que quizás no tiene los medios ni infraestructura para hacerlo. De ahí salieron los 15 actores del elenco".
Para los papeles protagónicos, siempre estuvo Tomás Fonzi como Nico, mientras que el personaje de Osvaldo lo iba a hacer Gastón Pauls. "Empezó a tomar clases de canto –recuerda Bazán– pero al final tomó otros compromisos."
A esa altura de los preparativos, el autor del libro decidió asistir a todas las pruebas de casting y ensayos: "Dejé de hacer otras cosas para ver todo el proceso y disfrutarlo. Me obsesioné y estuve presente en todo, pero sabiendo que el director es Ricky. Simplemente vengo, me siento atrás y miro todo lo que pasa. Ahora es la visión de Ricky sobre esa historia, y me encanta. Hay muchas cosas que ni me imaginé, y creo que claramente hay un trabajo de los tres."

Fuente: Tiempo Argentino

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