Mauricio Kartun: Salomé de chacra y El partener



Nada como ir juntos

El dramaturgo habla de su vínculo con Vicente, quien actúa en su obra “Salomé de chacra” y además dirige su pieza “El partener”.

Mauricio Kartun ganó recientemente el premio Trinidad Guevara como autor por Salomé de chacra , una reescritura del relato bíblico trasladado a la pampa argentina, actualmente en cartel en el Teatro del Pueblo.

Salomé ... está protagonizada por Osqui Guzmán, Stella Gallazzi y Manuel Vicente. Este actor, además, dirige en el Cervantes una versión de El Partener , un clásico en la producción temprana de Kartun. Vicente convocó a Juan Palomino, Rodrigo Álvarez y Ana Yovino para una extensa gira nacional de ocho meses y ahora realizan funciones en Capital.

Kartun, ¿Cómo te relacionás con el trabajo que realizan otros directores sobre tus textos?

Hablamos de una relación carnal, una puesta en carne de la palabra, y exige como tal esa pasión, esa delicadeza y ese cuidado por el otro de cualquier relación física. Cuando encuentro en otro director esas premisas, que son las que yo mismo tendría, comparto los textos feliz y tranquilo. Cuando no, padezco resignado la violación … ¿Qué particularidades ves en la dirección cuando es encarada por un actor, en este caso, Manuel Vicente?

Si la dirección es la estrategia capaz de llevar el físico de los actores a zonas inéditas, nadie mejor para guiarlos hasta allí que alguien que tiene ese saber incorporado al suyo. Incorporado en el sentido literal de la palabra: en cuerpo. Es como cuando aprendés a manejar: a partir de un momento no es tu cabeza la que conduce el auto sino tus brazos y piernas. Manuel es un chofer con un saber tan orgánico que dirige como quien camina. Basta ver las actuaciones conseguidas en esta puesta.

¿Qué te pareció esta versión?

Una puesta muy solvente y una dirección de actores soberbia. El protagonista parece nacido de una costilla de Palomino, es su propia carne. Rodrigo Álvarez es una revelación que apuesto a que no pasará desapercibida. Y Ana Yovino hace un laburo de un encanto escénico absolutamente irresistible.

¿Qué lugar tiene “El Partener” en tu producción? 

Es medio singular en su estilo, no volví a laburar esas formas. Pero el personaje central, el criollo Pachequito se me ha seguido apareciendo adonde quiera que escriba. Hay cosas de él en varias obras mías. Está inspirado en un recitador que conocí en los ´70 y con el que trabajé en algunas giras. Impagable el tipo. Tenía memorizadas diez poesías gauchescas y si en una presentación se le agotaba el repertorio, empezaba a recitar letras de boleros con acento criollo. Sublime.

Luego de tanto reconocimiento a tu obra, ¿Qué valor tiene el Trinidad Guevara?

Un empujón.

Salomé es la apuesta a un lenguaje poético medio extremo, el más radical de los que trabajé hasta ahora, que me embala y me anima a seguir desplegando pero al que no le desconozco los riesgos. El premio lo recibió mi hijo porque en esos días yo andaba retirado de Buenos Aires luchando y dudando con un texto nuevo de color parecido. Esa noche nos tomamos un vinito con mi mujer, brindamos contentos, nos hicimos unas pechuguitas a las brasas y no sabés lo suelto que escribí al día siguiente. Un reconocimiento que te da máquina es inestimable.

¿Cómo fue tu vínculo con Vicente en “Salomé de chacra”? 

Nos conocemos desde hace añares. Actuó un texto mío en los ´80 y en 2003 lo convoqué al largo proceso de experimentación y montaje de La Madonnita , el primero de mis textos que me animé a dirigir. Estaba bárbaro en ese papel y nos sumó reconocimiento y premios. Para el trabajo sobre este Herodes de Salomé … tomé el color que él mismo propuso en los ensayos. Los buenos actores son naves de velas muy sensibles, con un soplido suele alcanzar para orientar el rumbo.

Fuente: Clarín

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