Luis Rivera López: Fábula. La asamblea de los animales

Libertablas visita la magia de la naturaleza en una "Fábula"

La compañía Libertablas presenta la obra “Fábula. La asamblea de los animales”, que aborda a través de una cálida puesta y combinando distintas técnicas titiriteras con actores en escena la difícil relación entre el ser humano y la naturaleza.

Inspirado en textos de Horacio Quiroga, Javier Villafañe y de Libertablas, el espectáculo dirigido por Luis Rivera López que se presenta los sábados y domingos a las 16 en la porteña sala del teatro SHA (Sarmiento 2255), propone tomar conciencia de que del cuidado de nuestro entorno depende la supervivencia del ser humano.

“Esta obra invita a debatir sobre el tema pero sin dar una respuesta sino que propone al espectador pensar seriamente en esta problemática”, expresó Rivera López, director y fundador de Libertablas, en diálogo con Télam.

La pieza aborda la historia de un conjunto de animales que se reúnen en una multitudinaria asamblea para tratar su relación con la especie humana y decidir así cuál es el camino a seguir para lograr una armónica convivencia.

Durante el atractivo relato se despliega en escena la astucia del zorro, la sabiduría del buey, la velocidad del ñandú, la lucha de los yacarés, la fuerza del tigre y la nobleza del caballo en una sucesión de historias que combinan música y humor mientras se interrelacionan grandes títeres con actores y máscaras.

“Buscamos que la historia tenga que ver con la naturaleza, porque la ecología hoy es una palabra muy manoseada y nosotros queríamos acercarnos al tema de una forma original, tratando de aceptar la realidad tal cual es”, afirmó Rivera López.

Con más de 34 años de trayectoria, el grupo, que abarcó desde clásicos internacionales hasta el sainete, cuenta en su haber con títulos como “Gúlliver”, “Las mil y una noches”, “Pinocho”, “Quijote” y “Leyenda”, “Cuentos de la selva” y hoy tiene en cartel “Bodas de Sangre”, clásico de Federico García Lorca, que aborda una historia de conflictos y deseos encontrados.

Producciones en las que hay confluencia de muñecos, actores y máscaras que ilustran importantes textos que admiten múltiples significados, belleza plástica y musical, son los condimentos que marcan el sello de esta compañía, así como una unión potente entre el acto teatral y el acto pedagógico.

-¿Cuál es la propuesta narrativa de “Fabula”?

-En la obra, a partir de la inspiración en distintos cuentos, buscamos plantear una convivencia pacífica y creativa que es lo que al hombre le cuesta mucho encontrar no solo con la naturaleza sino entre sí también y que esa convivencia no implique grandes catástrofes sino una búsqueda de equilibrio y armonía.

-¿Cómo fue el proceso creativo?

-Los procesos creativos en Libertablas siempre son bastante particulares y tienen que ver con las épocas y los momentos del grupo que no son siempre iguales.

En cuanto a la confección del material dramático, yo me ocupo de la parte literaria y el resultado de la adaptación es un pretexto que empieza a moldearse en el trabajo completo. Durante los ensayos todos aportan ideas. Es un proceso en conjunto. Nosotros al trabajo grupal lo entendemos así, yo soy el autor y el director y en ciertos grupos creativos eso podría ser una especie de actitud dictatorial. Eso de decir “todo es mi creación” no tiene que ver conmigo, soy un director altamente democrático porque entiendo que es la manera de que salgan mejor las cosas.

En el teatro es muy importante que el autor y el director entiendan que la realidad es la que manda y no lo que está dentro de sus cabezas creativas, porque el teatro es el arte de lo que sucede aquí y ahora, lo que sucede arriba del escenario y lo que sucede con esos actores. Es fundamental ese ensamble.

En Libertablas cada uno pone parte de su sensibilidad y esa es nuestra ideología de trabajo.

-¿Cómo se combina en escena el trabajo del actor con el del titiritero?

-Esto tiene que ver con la génesis del grupo. Cuando nosotros empezamos, veníamos de una formación actoral por un lado y también con muchos años de trabajo en el grupo de titiriteros del San Martín, con Ariel Bufano y esta fusión la entendemos como una vuelta a las fuentes. El teatro de títeres no es distinto al teatro, sino, son formatos distintos del mismo lenguaje.

El teatro de títeres no es solo teatro, es más aún, el títere es como el personaje en grado sumo, ya ni siquiera es una persona, es una metáfora absoluta del personaje.

Lo importante es establecer un código de lenguajes a lo largo de la representación que justifique la razón por la cual aparece una persona, un objeto, una máscara y de pronto aparece un lenguaje lírico, canciones, porque, sino, podría ser una ensalada terrible, desprolija y no se entendería nada.

-¿Cómo se planteó la puesta?

-La estética de la puesta está marcada por lo narrativo y por las distintas técnicas titiriteras. En esta obra entendimos que debíamos acercarnos al ambiente natural por excelencia, la selva, y esto nos llevó a una gran paleta de colores formando una puesta con muchos matices.

-¿Cuál sería la moraleja de “Fábula”?

-Esta obra no enseña algo que no se sepa, todos sabemos lo que sucede, incluso, la gente que más daño hace al planeta. Por eso la propuesta es plantear un debate, porque no se puede caer en el simplismo de decir que el hombre destruye la naturaleza, porque el hombre también es parte de ella.

En la obra, el público está invitado a la asamblea, es parte de ella porque es un tema que lo tenemos que discutir entre todos.

-¿Cómo definís al grupo?

-Nos gusta definirnos como una cooperativa teatral que busca en principio, hacer este trabajo y poder vivir de él. Que hacer teatro se transforme en una verdadera forma de vida y no sea un solo un “hobbie”, sino, un trabajo de verdad que nos permita investigar y hacer las cosas de manera seria y profesional para llegar al espectador.

-¿Cuál es la mística del Libertablas?

-Somos un grupo con el deseo de ser trascendentes en lo que decimos y en lo que queremos expresar, con un lenguaje simple y llano y eso que queremos transmitir tiene que ver con la necesidad de ser solidarios, de preocuparnos por los demás y de no hacer espectáculos que sean puramente divertimento, sino, trabajar para que de alguna manera la experiencia teatral sea pedagógica.

Fuente: Télam

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