Claudio Tolcachir: Timbre 4

Tolcachir celebra una década de la sala de teatro "Timbre 4"

En medio del éxito de “Buena Gente”, la puesta protagonizada por Mercedes Morán que dirige en el Teatro Coliseo, Claudio Tolcachir celebra los 10 años de Timbre 4, su fecunda sala de Boedo que nació a la sombra de la crisis de 2001 y se convirtió en semillero de reconocidos intérpretes y realizadores.

“Fue un salvavidas porque el panorama era terrible, nuestros viejos estaban sin laburo, los amigos se iban a vivir a España, era desesperante, y la sala nos dio algo para soñar, para sobrevivir anímicamente”, recuerda Tolcachir en diálogo con Télam sobre el origen de su propio teatro devenido en cooperativa.

Actor de formación y director por contingencia, Tolcachir avanzó en la gestación de su espacio luego de asomar, recién salido del secundario, a la triste realidad de que parte del trabajo del actor era sentarse a esperar que suene el teléfono.

“A mí no me daba la personalidad para eso, así que con mi grupo de teatro empezamos a trabajar en sacar adelante nuestros proyectos”, explicó el director que una década más tarde estaba repartiéndose entre su sala y renombradas producciones de la calle Corrientes.

El lugar elegido fue un PH en la calle Boedo al 600, cuyo extenso pasillo albergaba no sólo el departamento del propio Tolcachir sino que, la puerta de al lado -aquel famoso timbre 4- oficiaba de locación para experimentar junto al grupo de teatro.

“En principio -explicó- era un lugar para investigar, dar clases, ensayar, pero no quería hacer un teatro porque todos me decían que era un problema y me asustaba anclarme a un solo lugar, pero la situación nos fue empujando porque no teníamos otro espacio”.

Así surgió “Jamón del diablo”, dirigida y actuada por Claudio e inspirada en "300 millones" de Roberto Arlt, que abordaba las fantasías de una camarera de un cabaret que soñaba con heredar una fortuna y convertirse en protagonista de su propia vida.

“Para eso necesitábamos un cabaret y, lógicamente, nadie nos prestaba uno los fines de semana, entonces empezamos a hacerla en el timbre de al lado de mi casa y empezó a irle muy bien”, contó acerca del espacio que sostiene Tolcachir sobre la puesta que completaban Inés Cejas, Carolina Dubois, Diego Faturos y Melisa Hermida entre otros.

Hasta entonces, si bien el norte estaba orientado a que el grupo, también sostenido por Lautaro Perotti y Tamara Kiper, pudiera vivir del teatro. La organización de Timbre 4 estaba dada por un pariente que tomaba las reservas desde su casa y una llave de entrada a la sala que era de total domino público.

Pero fue en 2005 con “La omisión de la familia Coleman”, la prestigiosa obra escrita por Tolcachir sobre una familia absolutamente disfuncional -que aún sigue en cartel y fue presentada en Europa y América Latina- que la ampliación de la sala se hizo necesaria e inminente.

“Con `Jamón…´ -explicó- sin prensa ni nada habíamos estado cuatro años, y si bien me costó, entendí que era inevitable organizarnos, aunque siempre nuestra  estructura fue creciendo a partir de la necesidad, nunca nos adelantamos a nada”.

No obstante, la extensión a la calle México (exactamente a la vuelta) fue más bien una casualidad surgida por extrañas razones de fuerza mayor.

“Teníamos un vecino que nos hacía denuncias por prostíbulo y venta de drogas, incluso nos llegaron a clausurar una vez la sala;  el tipo se metía en las obras a protestar y empezamos a buscar un pasillo en la manzana para entrar desde otro lado”, develó el director.

Así, con la premisa de alquilar un hall para sortear al detractor durante los fines de semana, fue que dieron azarosamente con un galpón abandonado que supo ser una fábrica de sillas.

“No estábamos buscando un teatro, sino un pasillo, pero apareció mi hermano que compró el terreno y a mí me apareció `Agosto´, la obra encabezado por Norma Aleandro y Mercedes Morán que se presentó durante dos temporadas y me permitió pagar la reforma”, contó.

Y ahora no sólo funciona como sala, sino que además se dictan talleres de teatro, clases, charlas y aparecen obras itinerantes de diferentes dramaturgos que forman parte del proyecto grupal.

“Para mí Timbre 4 es un teatro artesanal, no sé si le diría independiente porque no sé si se llama así al teatro que es para poca gente, pero está bueno porque el lugar me representa, está vivo y tiene la personalidad de todo el grupo”, definió el actor que participó en tiras como “Buenos vecinos” y “Los machos”.

Y si hay algo que sobrevuela constantemente las obras de Tolcachir, y que se convirtió en una marca registrada, es su capacidad para incomodar al público, para hacerlo transitar por la risa y la pena; el pudor y la reflexión; la vergüenza y el desenfado, sin mediar ningún tipo de reparo.

“Entregarte a la risa en una comedia o al dolor en un drama, te acomoda; pero cuando no sabés bien qué carajo hacer con lo que te están contado te involucra con lo que estás mirando, te convertís en un espectador activo”, evaluó.

Y no sólo para el que mira resulta catártico: “La incomodidad me encanta para el teatro y para la vida, porque yo me siento cada uno de los personajes que escribo y ellos me permiten liberar los monstruos más lindos que tengo y llevarlos a fondo”.

Las salas de Timbre 4 donde se pueden ver las obras y participar de los talleres de teatro quedan en Boedo 6740 y México 3554.

Fuente: Télam

La grilla de espectáculos de la sala Timbre 4

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