Marcelo Mininno: Golpe de aire


Texto y vivencias propias

Marcelo Mininno estrena Golpe de aire, una obra que surge de sus recuerdos

El entrevistado habla. Frente a él está la escenografía de la casa de Mar Chiquita que imaginó. Allí es donde transcurre una acción a la que le viene dando vida desde hace dos años.

"Para mí, todo este largo período fue de una incertidumbre tremenda. No sé cómo los actores me creyeron..., no lo sé. En un punto, transitar toda ese período de fragilidad nos hizo fuertes. Obviamente que tengo el fantasma de que como con Lote 77 , la obra anterior, nos fue fantástico, me da cierto terror la comparación; pero lo que yo aprendí en estos dos años de trabajo me transformó como persona. Aunque no me creas, ya con eso estoy hecho. Las situaciones de los personajes están sostenidas en lo no dicho, y lo no dicho duele. En lo personal, me encontré con que me pegué cada viaje... Igual, reconozco que a tan pocos días del estreno es un momento delicado para hablar. Estoy como..."

Y se queda en los puntos suspensivos buscando en su mente el término que parece faltar (aunque ya no haga falta). Así está el director y dramaturgo Marcelo Mininno. Es cierto, Marcelo también es actor y uno tiende a desconfiar de ellos, a desconfiar de cuando transmiten sus emociones porque, como se sabe, los actores son grandes manipuladores. Pero no. No es el caso. La emoción, su emoción, transmite honestidad.

Con buena parte de este mismo equipo con el cual el sábado estrenará Golpe de aire , hace cuatro años estrenó Lote 77 . Venían de un año de trabajo. Fue su primera puesta como director y dramaturgo. De a poco, ese montaje se transformó en una pieza icónica. Y vinieron los festivales internacionales, y vinieron las giras por el país, y vinieron los elogios, y vinieron los premios (no importa el orden). En cuatro años, allá o acá, fue vista por 10 mil espectadores (algo impensable para un espectáculo nacido en las márgenes del circuito teatral). "Fue muy estimulador todo lo que pasó con nosotros. Viajamos tanto, nos peleamos, nos amigamos, tocamos las fibras más humanas de cada uno de nosotros. Ahora nos une una mirada en común de las cosas", reconoce. Por eso mismo, buena parte de ellos son los que están ahora trabajando en el Teatro Sarmiento.

La obra que estrenarán aquí está contada a partir de un escritor que intenta sublimar hechos íntimos con su escritura. Los personajes de su novela se mezclan con sus recuerdos y él empieza a reconocer que muchas situaciones ha vivido en medio de un espacio ilusorio creado por él mismo. Como en todo proceso creativo, lo autorreferencial se cuela por ahí. "A mí me pasó muchas veces de reconocer que el recorte que había hecho sobre una historia pertenecía a un terreno un tanto acomodadito para que me pueda seguir contando el cuento -sostiene Marcelo-. Este personaje constantemente niega hechos. Si bien la obra nos salió un poco cruda, tiene un costado esperanzador porque al aceptar ciertas cuestiones empieza a activar lugares de transformación".

-¿Por qué poner a esos personajes en el contexto de la crisis de 2001? Justamente en ese momento parece que no había espacios para esconder nada, estábamos todos como desnudos.

-Pero hubo muchos años de vivir en una ilusión. Uno veía a la clase media, a la cual pertenezco, gritando que se vallan todos cuando venían de transitar muchos años sin preguntarse nada. De todos modos, más que lo político me interesaba indagar en lo humano de esa situación, en una mirada diferente sobre ese pasado reciente.

-¿Costó el título?

-Si, costó. Yo sabía que quería hablar del aire, de ese aire que todavía no es palabra. Nos terminó gustando porque es un título muy físico y porque tiene diferentes lecturas. Me acuerdo que mi abuela decía que si te dolía algo era por un golpe de aire, entonces, me pasaba azufre. O sea, algunos dolores puede ser explicados no por algo dicho sino por un simple golpe de aire.

Golpe de aire tuvo un proceso extraño de producción. Venían de ensayar en un estudio del Abasto hasta que un lunes sonó el teléfono de su casa. Era Alberto Ligaluppi, director del Complejo Teatral de Buenos Aires. De buenas a primeras, le proponía estrenar su nuevo trabajo en el Sarmiento. Marcelo se puso tan nervioso que casi le corta la comunicación. "El llamado fue un poco asustadizo porque yo venía pensando a la obra para un teatro más chiquito que el Sarmiento. El cambio fundamental tuvo que ver con el espacio productivo. La escenografía que ves yo no la podría haber hecho. Pero, claro, René Diviú, nuestra escenógrafa, venía trabajando con nosotros casi desde el principio. Por ejemplo: esa puerta y esa ventana que ves a la izquierda responden a lo que pasaba en la sala de ensayo del Abasto. O sea que lo que vas a ver es el resultado de un proceso entre todos los que integramos el equipo contando con los recursos del Complejo Teatral."

-¿Por qué este dispositivo escenográfico?

-En estos momentos, este tipo de preguntas me generan más incertidumbres que certezas

-Es una buena respuesta, tranquilo.

-No... [se ríe]. Es que estoy esperando imperiosamente que llegue el sábado. Quiero ver qué me devuelven los amigos, la gente. Pero, retomando tu pregunta, instalar la acción en una casa de Mar Chiquita me pareció un procedimiento más sencillo. Yo nací en un pueblo, debe ser por eso. Desde otra perspectiva, me gustaba mostrar la repercusión de lo que se estaba viviendo en diciembre de 2001 en un pueblo y gracias a la televisión.

Marcelo Mininno se detiene en detalles. Habla entrañablemente de cada uno de los integrantes del elenco. Es el que busca en las palabras y el que está pendiente de cada movimiento de esta nuevo cuento que lo deja con una expresión de aire que todavía no es palabra.

Un elenco más que interesante

Golpe de aire, el nuevo proyecto de Marcelo Mininno que se estrenará el sábado, cuenta con la actuación de Andrés D'Adamo, Lautaro Delgado, Silvia Oleksikiw, Germán Rodríguez y Raquel Sokolowicz. La iluminación es de Eli Sirlin, el vestuario es de Carolina Mas y la escenografía de René Diviú.

Fuente: La Nación

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