Humberto Tortonese y Eusebio Poncela: Las estrellas nunca mueren

Nota del 22 de enero

Tortonese, Poncela: de seres endemoniados y angelicales

Como actores, directores y autores, estrenarán el jueves, en La Plaza, Las estrellas nunca mueren

"Los amigos me han salvado la vida en varias ocasiones", ha dicho alguna vez Eusebio Poncela. Aquel que hace más de 10 años vino por primera vez a Buenos Aires a dar la vuelta a la manzana para refrescar la mente. Una de esas noches fue junto a su amiga Cecilia Roth a ver Mamita querida , aquel entrañable espectáculo de Humberto Tortonese y Alejandro Urdapilleta. Ellos dos venían del ParaKultural y se presentaban por primera vez en pleno centro (para más dato, en la fundida Fundación Banco Patricios). Ahí se conocieron.

"Yo me quedé estupefacto. La primera imagen que tengo de Humberto es la de verlo colgado de un trapecio. Aluciné", cuenta ahora. La primera imagen que tiene Torto de Eusebio remite a su trabajo en la serie Los gozos y las sombras y a sus protagónicos en las películas de Almodóvar. "Es de ese tipo de actor que, al verlo, te dan ganas de actuar", reconoce.

Desde hace muchos años son amigos. Por eso, no era extraño que en la vieja casa de Torto sonara el teléfono y, desde algún lugar del mundo, Eusebio le contara que tenía ganas de festejar su cumpleaños allí. Y allí se hacía, y allí se montaba el jaleo, y allí la vida es bella.

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