Rubens Correa: Una mañana sin sol
Despuntar el vicio
El director, que está al frente del Cervantes y que lleva 55 años ligado al hecho teatral, vuelve a montar. Eligió una historia intimista, "Una mañana sin sol".
En agosto cumplirá dos años al frente del Teatro Nacional Cervantes. Para ese entonces, se vencerá su contrato y no sabe aún si le será renovado o no. "Hemos emprendido algunas tareas que me gustaría desarrollar más; actualmente estamos poniendo el acento en la organización interna del teatro", dice Rubens Correa. Desde que asumió el cargo -Claudio Gallardou es el vice-, no había vuelto a dirigir teatro. Una mañana sin sol, de Héctor Oliboni, es la obra con la que vuelve al ruedo. Correa cumplió 55 años con el teatro; empezó como actor y en el '68 comenzó a dirigir. Y necesita "despuntar el vicio".
Desde esta semana sube a escena en el Teatro del Pueblo Una mañana sin sol, "una obra chica, intimista", describe. La protagonizan Luis Campos y Andrea Juliá. "Los personajes me resultan muy queribles, son gente que conozco, de la que también he hablado de otras maneras. Pertenecen a la generación del '70. Yo soy de una generación anterior, pero con la del '70 conviví, fueron mis primeros alumnos y sabemos que tuvieron un momento en la historia muy especial. He hablado muchas veces de esa generación desde una mirada más política, ideológica. Pero este texto toma a los personajes como seres humanos y hace foco en qué les pasó después. Los mira en los '90", explica Rubens, sentado en su despacho del teatro Cervantes.
Una mañana sin sol habla de ellos, de su relación afectiva. "Ella estuvo enamorada de él, pero nunca pasó nada", anticipa el director. "Son seres que pensaron tanto en su amor a la humanidad, que muchas veces no tuvieron espacio para pensar en ellos mismos", reflexiona.
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ALBERTTO FERREYRA.