Pepe Cibrián Campoy


¿Hay un nuevo Pepe?

Pepe Cibrián Campoy tuvo grandes hitos en su carrera: Aquí no podemos hacerlo (1978), Calígula (1983), Invasiones inglesas (1989), Drácula (1991). Según el gusto y el parecer de cada uno podrán o no aparecer más títulos, pero éstos son incuestionables. Destacaron lo mejor de Pepe Cibrián Campoy, como autor y director, el mismo que durante esta temporada teatral está más presente que nunca. En lo que va del año estrenó cuatro obras: Dorian Gray, el retrato, El jorobado de París, Juana, la Loca y Calígula. Y habría que sumar a su unipersonal Marica, con el que no se cansa de recorrer festivales de teatro en distintas partes del mundo y de realizar giras exitosas como la de España.

Pero hay algo más que una frecuencia escénica. Algo está pasando en Pepe. De repente, demostró que es un excelente dramaturgo que puede prescindir del lenguaje musical (es el caso de Marica, Juana, la Loca y la obra que está escribiendo sobre las reinas). Tanto Marica como Juana, la Loca (unipersonal interpretado magistralmente por Patricia Palmer) están construidos en la base del teatro en verso. Pero ni en forma antojadiza ni en un alarde de purismo. Esos textos no podrían imaginarse de otro modo. Por otro lado, los montajes de Calígula y El jorobado de París también expusieron a un Cibrián más medido, con menos excesos, más justo con las palabras que él mismo escribió. En La importancia de llamarse Wilde (2004) realizó un trabajo actoral que, incluso, excedió a la propuesta. Y su interpretación en Marica masajeó el alma de sus espectadores, los conmocionó. Con Lorca encarnado hacía poner la piel de gallina. El año próximo volverá a subirse a un escenario, dirigido por Valeria Ambrosio. También se animó a eso. Y a más también. Se pondrá los tacos altos como un transformista en esa propuesta: Priscilla... Bienvenida esta etapa de Pepe.

COMO AUTOR Y ACTOR, ENTRE DOS REINAS

Hace algunos años Pepe vio el musical Priscilla, reina del desierto en Londres, la versión teatral de la película protagonizada por Terence Stamp, Hugo Weaving y Guy Pearce, sobre tres transformistas que atraviesan Australia para que uno de ellos se reencuentre con su hijo. Desde entonces quedó maravillado con el personaje de Bernardette, que interpretaba el primero: "Es una señora inglesa que toma el té a las 5 de la tarde. Es la madre del grupo". Pepe se enteró de que estaba el proyecto a punto de concretarse y él mismo le propuso a la producción participar del musical. "A mí no me da pudor ofrecer trabajo, porque no se trata de pedir trabajo, sino de ofrecer lo que sé hacer. Está esa fantasía de que a mí no me gusta ser dirigido. Siempre fui muy buen alumno. Tengo muy en claro el rol que asumo y aquí me entregaré a la dirección, porque siento que el otro sabe más que yo", cuenta, quien ha hecho una larga carrera como director. Alejandro Paker y Juan Gil Navarro serán sus compañeros en el rubro protagónico, dirigidos por Valeria Ambrosio, con dirección musical de Gaby Goldman y coreografía de Elizabeth de Chapeaurouge.

Además escribió una obra para dos actrices: Virginia Lago y Thelma Biral, quienes interpretarán a Isabel de Inglaterra y a María Estuardo (aún no sabe quién encarnará a quién). "Nunca se conocieron. Eran grandes antagonistas. El padre de Isabel, Enrique VIII, impuso el anglicanismo, y María fue tomada prisionera. Ella, como reina, no se animaba a firmar la sentencia de muerte."

Fuente: La Nación

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