Iris Pedrazzoli: Los enfermos


Nota del 20 de septiembre

La administración del miedo

En la obra Los enfermos, recientemente estrenada, los protagonistas son Adolf Hitler, Joseph Stalin y Winston Churchill. La directora destaca el carácter provocador del texto del español Antonio Alamo, en tanto hace hincapié en la complicidad de las sociedades pasivas.

Nacido hace 42 años en Córdoba, España, el dramaturgo Antonio Alamo es muy poco conocido en el país, aunque piezas suyas, como La oreja izquierda de Van Gogh, hayan recibido premios tanto nacionales como internacionales. Su obra Pasos fue la primera estrenada en Buenos Aires, hace cinco años, bajo la conducción de Iris Pedrazzoli, ya que solamente se había dado a conocer la pieza Los borrachos, en formato de semimontado, a cargo de Andrea Garrote. Interesada en la dramaturgia española de los últimos años, entre el consagrado Sanchis Sinisterra y el iconoclasta Rodrigo García, Pedrazzoli descubrió la dramaturgia de Alamo. En estos días, esta directora estrenó Los enfermos, otro de sus textos, en el Espacio Ecléctico (Humberto Primo 730), con un elenco integrado por Guido Dalbo, Héctor Finder, Ricardo Salas y Daniel Mancuso, entre otros.

Adolf Hitler, Joseph Stalin y Winston Churchill son los protagonistas de esta obra en la que el elemento histórico es apenas un apunte destinado a forjar entre los tres personajes una red de tensiones más o menos disimulables. Hitler cavila sobre sus errores y aciertos poco antes de cometer su famoso rito suicida junto a Eva Braun. Luego, en una charla íntima antes de iniciar la conferencia de Yalta, Stalin y Churchill instalan la duda: ¿habrá muerto el Führer, efectivamente? Ambos líderes están de acuerdo en que las sociedades mantienen su cohesión y maleabilidad mediante la sabia administración del temor. Es que, según el planteo del autor, la herencia que ha dejado el nazismo aparece en el trasfondo de toda política, sea del signo que fuere. En su análisis de esta obra, el dramaturgo español Arturo Sánchez Velasco subraya: “Alamo no fija los acontecimientos, como tradicionalmente se ha hecho en el teatro histórico, sino que los desdibuja y los pone en duda, para desmitificar la Historia y diagnosticar su mal”. Poderosos y enfermizos, estos hombres se reparten una Europa moribunda, ya cadavérica, afectada por “una calculada epidemia, la del miedo”. Se ha dicho que tanto Alamo como Juan Mayorga, su compañero de generación, autor de Cartas de amor a Stalin, hacen de la desmitificación un rasgo de estilo. Así seleccionan de la historia pequeños sucesos, detalles muy conocidos, con la intención de movilizar el imaginario colectivo.

Más en Página/12

A modo de diagnóstico

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Humberto Tortonese y Eusebio Poncela: Las estrellas nunca mueren

Gabriela Toscano y Carlos Rivas: Hamlet, la metamorfosis