Hugo Urquijo, Graciela Dufau y Virginia Innocenti: Doña Rosita, la soltera o El lenguaje de las flores


Federico García Lorca, un creador que sigue tan vigente como siempre

En una versión renovada a cargo de Hugo Urquijo y Graciela Dufau, se estrena hoy el clásico español

"Es que no puede una pobre mujer respirar en libertad", le hace decir Federico García Lorca a uno de los personajes más emblemáticos de su producción teatral, Doña Rosita la soltera. Es una de las tantas frases con que irá mostrando la progresión de su vida en una España opresiva. Ella, puro candor al comienzo, mucho dolor al final.


Estrenada en Barcelona en 1935 por la compañía de Margarita Xirgu, Doña Rosita es la última obra que el poeta y dramaturgo ve en su estreno. El diario La Vanguardia la calificó entonces como una de las piezas más importantes del teatro europeo de su época.

En Buenos Aires, la última versión que se conoció en el teatro comercial estuvo protagonizada por Thelma Biral, con dirección de Cecilio Madanes, en 1979, en el Liceo. Por esos años, en TV, Graciela Dufau encaró ese texto junto a actrices notables como Alejandra Boero, María Rosa Gallo, Inda Ledesma y Elena Tasisto, bajo la dirección de Oscar Barney Finn.


Junto al director Hugo Urquijo, Dufau vuelve a recuperar ese texto, en una versión que le pertenece a ambos y que cuenta con música de Alberto Favero y que se estrenará esta noche, en el teatro Regio.

Doña Rosita, la soltera o El lenguaje de las flores, tal el título original, muestra la vida de una mujer sencilla que tiene una relación amorosa con un hombre que tiene que separarse de ella al ser trasladado a otro lugar por cuestiones de trabajo. Durante un tiempo, mantienen vivo su amor a través de cartes, pero poco a poco él se va distanciado hasta que decide casarse con otra mujer. Desde ese ese momento, Rosita vive en soledad.

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"Con Graciela, hace veinte años que le damos vueltas a la idea de hacer una versión de esta pieza -explica Hugo Urquijo. Es una obra que amamos. Al principio, pensamos en trabajar con tres actrices, según el paso del tiempo , dado que cada uno de los tres actosse desarrolla en una época diferente. De esa idea solo quedó, en el inicio, Rosita nena. Esa niña que llega a la casa de los tíos, huérfana de madre y padre, para que ellos la críen. Pero luego toda la trama fue sedimentando de distintas maneras. Incorporamos fragmentos de materiales poéticos del autor porque, analizando otras piezas de Lorca, como Bodas de sangre, ves cómo va trabajando en prosa y cuando entra la tragedia introduce el verso. Eso le da a la acción un potencial enorme."

El germen de la creación de esta obra puede estar en dos instancias muy opuestas. La primera es cuando García Lorca se entera de la existencia de la rosa mudable, flor que apenas dura un día y hasta le dedica un poema ("Cuando se abre en la mañana, roja como sangre está..."). Otra versión indica que el poeta tomó la historia de un hecho real que le sucedió a una prima. Lo cierto es que sus biógrafos dicen que Doña Rosita, la soltera fue escrita "de un tirón". Se sentó en su escritorio y en breve tiempo dio forma a la historia.

Virginia Innocenti -protagonista de un elenco que también integran Dufau, Rita Cortese, Arturo Bonín, Silvia Bayley, Carolina Gómez, Flor Benítez, Emilia Piano, Sebastián Vitale, Elis García, Andrea Lovera y Juan Andrés Romanazzi, sintetiza al personaje de la siguiente manera: "Esa mujer tiene cierto candor al comienzo y lo va perdiendo, aunque dice al final, «yo sé que siempre voy a tener los ojos jóvenes». Hay algo que en Rosita permanece, que es el deseo de creer en algo, de mantener una ilusión. Ha vivido en un invernadero toda la vida, como flor especial, alimentando su fantasía de tener una vida mejor. El sueño del amor real, del amor correspondido. Creo que ella termina así por ser fiel a sí misma. En algún momento, le dice a la tía: «Sé que se está acordando de su hermana la solterona. Solterona como yo, era agria, odiaba a los niños y a todas las que tenían un vestido nuevo, pero yo no voy a ser así». A lo largo de toda su vida, Rosita ha cargado con eso."

La tía está interpretada por Graciela Dufau, profunda conocedora de la obra y también de la vida de Lorca. Ella utilizó varios textos del poeta en algunos unipersonales y además participó, en el San Martín, de La sombra de Federico de Eduardo Rovner, donde se narraban los últimos días del creador.

"La obra habla del tiempo y del destino comenta Dufau. Son temas comunes en la creación lorqueana. Como también aparece aquí su mirada profunda sobre esas mujeres sometidas al mandato de la época, cuando los casamientos se hacían con conveniencia. Yo no sé si la tía estaba enamorada de su marido; además, dejó a sus hijos para criar a esta niña. Si bien la obra retrata un drama individual, el de Rosita, hay un aspecto social que siempre aparece en Lorca, que tiene que ver con la tiranía de una sociedad cerrada que puede establecer la mirada sobre los demás. Rosita queda presa de eso. Y nosotros quedamos presos, a la vez, de las maravillosas palabras del poeta que a lo largo de la pieza resuenan de una forma increíble, conmovedora."

Han transcurrido 80 años desde la creación de este texto pero, según Hugo Urquijo, "todavía en muchas sociedades las mujeres siguen sufriendo y exigiendo escapar de una sociedad patriarcal". "Lorca, como todo poeta, intenta denunciar las distintas formas de violencia -completa Innocenti- y muestra cuán violentos podemos ser los seres humanos.

Fuente: La Nación

Doña Rosita, la soltera o El lenguaje de las flores

Teatro Regio, Córdoba 6056

Funciones, de jueves a sábados, a las 20; domingos, a las 19.

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