Gustavo Pardi: La dificultad


Como pájaros encerrados en una jaula

El actor confiesa que decidió incursionar en la dirección debido al entusiasmo de los protagonistas de la obra, la complejidad del texto –sobre tres hermanos, dos de ellos tartamudos– y las ganas de experimentar.

Tres hermanos, dos tartamudos y un tercero con la risa a flor de labios son los protagonistas de La dificultad, obra de Patricia Suárez que acaba de subir a escena en el Teatro La Comedia (Rodríguez Peña 1062, jueves a las 21) con la dirección de Gustavo Pardi. Al huir del campo donde vivía con su familia, la hermana encontró en la ciudad un medio para sujetar mejor la lengua. En cambio, su par tartamudo campea su soledad con las aves, entretenido en estudiar de memoria un poema de Almafuerte que el risueño de su hermano le toma como si fuese la lección del día. De a ratos resuena en la casa el griterío que arma la madre de los tres: era de poco hablar, fue tratada en Estados Unidos y ahora no tiene filtro, y le dice al marido todo lo que siente y piensa. ¿Cuál es la verdadera dificultad de todos estos personajes?

“El entusiasmo de los actores, la complejidad del texto y las ganas de experimentar”, según le cuenta a Página/12, fueron los motivos que llevaron al actor Gustavo Pardi (Poeta en Nueva York, Sacco y Vanzetti) a incursionar en el terreno de la dirección. Eligió para probarse esta obra de Suárez escrita en base a la historia de una familia del campo santafesino que la dramaturga ubicó en los años ’50. La pieza cuenta con la actuación de Guillermo Tassara, Hernán Vázquez y Josefina Vitón. Para Pardi, la obra le brindó una excusa para realizar “una búsqueda, experimental y creativa, sobre las dificultades propias de estos seres”. Formado actoralmente con Osvaldo Peluffo, luego ligado a las últimas producciones de Alberto Félix Alberto, el director concibió a los personajes como si fuesen pájaros encerrados en una jaula. Tal vez porque comparten la imposibilidad de la expresión con el jilguero que uno de los hermanos entrena en cautiverio.

–¿Por qué eligió este texto para debutar como director?

–El mundo que Patricia Suárez construye en La dificultad a partir de una historia real está lleno de sutilezas, verdades y misterios que me sedujeron de una manera potente. Son tres personajes contradictorios que van desde la nostalgia de una infancia perdida a su realidad actual, obligaciones mediante. Nos interesó lo que dicen y lo que niegan.

–¿Se trata de una obra sobre las complejidades del discurso verbal?

–Pienso que hoy es clave pensar la comunicación, en todas las escalas. Tanto interpersonal como virtual o mediática. La dificultad es una propuesta que nos muestra, entre otras cosas, lo arrasador que puede llegar a ser para una familia ocultar aquello que perturba, que no permite el desarrollo en todas sus potencialidades.

–Hay muchas obras sobre familias. ¿Cuál es la singularidad temática de esta historia?

–La falta de comunicación. Pienso en lo paradójico que es abordar la necesidad social de la comunicación, derecho vital de la condición humana, en un momento de nuestra historia en el que pareciera que estamos híper conectados. Creo que tenemos que nutrir, como sujetos, todas las formas posibles de comunicarnos. Desde compartir aquello que nos sucede en nuestras relaciones emocionales, como así también en el terreno social.

–¿A qué clase de comunicación está aludiendo?

–Comunicar es justamente sacar el velo sobre una realidad que se oculta, significarla y analizarla en conjunto. Es mostrar nuevos modos de construir y transformar, no sólo con nuestras palabras sino también con nuestros gestos y nuestros actos, sin dejar pasar aquello que nos molesta o nos traba.

–¿Existe la posibilidad de una lectura simbólica de la obra?

–Sin lugar a dudas, se la puede ver como una metáfora de lo que puede producir el silencio también a nivel social.

Fuente: Página/12

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