Tony Lestingi: La visita de los Guerrero


“La visita de los Guerrero”: Con la guía de la familia

Chicos. María Guerrero, su esposo y sus hijos guían el recorrido por los recovecos del Teatro Nacional Cervantes.

Cuentan, los que conocen en profundidad al Teatro Cervantes, que en éste habitan sus fantasmas. “Yo siempre que entro, digo: ‘Hola María Guerrero’, con mucho respeto”, confiesa Tony Lestingi, guionista y director de La visita de los Guerrero. Este espectáculo en verdad se trata de una visita guiada teatralizada al Cervantes (en la Avenida Córdoba 1155).

Allí, cuatro actores que componen a la familia fundadora del teatro, los Guerrero Díaz de Mendoza, guían al público por el foyer, el Salón Dorado, las salas teatrales, camarines y vestuarios, mientras les cuentan la muy interesante historia del teatro. Desde la rapidez con la que se construyó, su inauguración, quiebra y remate cinco años después, cuando en 1961 la Comedia Nacional Francesa trajo aparatos eléctricos que no compatibilizaban, y el teatro se prendió fuego, hasta su resurgimiento en la actualidad.

“La historia es fascinante. Esta pareja de actores españoles llegó con una intención mesiánica de hacer un teatro en la Argentina. María Guerrero vino en giras por veinticinco años, y su marido, un tipo de la realeza, se hizo actor para venir con ella. El público se enamoró de María, y ella de acá. Tanto, que decidió buscar un terreno y construir un teatro, inspirado en la Universidad de Alcalá de Henares, pero quedó en ochava porque no entraba”, cuenta Lestingui, embebido en la historia, luego de que Gallardou, subdirector del teatro, se inspirara al ver un cuadro de la familia colgado en su oficina.

Ya materializados, los personajes de María Guerrero, su esposo Fernando y sus dos hijos con mucho humor intentarán guiar a los chicos, aunque no podrán evitar sus propias interrupciones: como toda familia, se ponen a discutir entre sí.

“Jugamos con muchas cosas. Los Guerrero se conocían con el Rey de España, Alfonso XIII, y se dice que era amante de María. Ella se hizo traer cerámicas de Tarragona, y así con cada cosa, y el rey prohibió que se le cobraran los fletes. Hay un chiste dentro de otro chiste”.

Fuente: Clarín

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