Héctor Díaz: El comité de Dios y ¿Estás ahi?


El encanto de lo imperfecto

Integra el elenco de El comité de Dios y vuelve con el clásico ¿Estás ahi? de Daulte. Una carrera vertiginosa, gracias al "método Pompeyo".

A Héctor Díaz su vida en la ficción se le vuelve cada vez  más vertiginosa. Durante algunos días de la semana interpreta en El comité de Dios a un médico en silla de ruedas, cargado de humor negro. Apenas 40 minutos después de esa función, cambia de escenario para encarnar en ¿Estás ahí?, a un hombre que se muda con su pareja a un departamento, que ya está habitado por un ser, que solamente  él puede ver. En el mismo teatro y en un mismo día, debe involucrarse en dos universos tan distintos que sólo lo puede hacer un actor que esté a la altura de ese desafío. Y él, responde con puro entrenamiento.
Héctor Díaz no tiene la historia clásica de un actor. Nunca fue el payasito de la familia. Nunca supo desde pequeño que se iba a dedicar al arte. No era el que se lucía en los actos escolares. Nada de eso. De perfil tímido e introvertido, terminó la escuela y se anotó en la carrera de Comunicación Social de la UBA, de la cual sólo le quedan seis materias para recibirse. Pero algo pasó por su camino, que lo volvió uno de los actores más pedidos por los mejores directores de teatro del país. Trabajó en las obras míticas de Rafael Spregelburd como Bizarra, La Modestia y La estupidez. Estuvo en La escala humana, el espectáculo que, en 2001, reunió en autoría y dirección a Spregelburd, con Javier Daulte y Alejandro Tantanian. Y, al poco tiempo, se volvió uno de los actores fijos de Daulte. Por eso, ahora vuelve con ¿Estás ahí?, una de las obras más reconocidas de Daulte, quien la escribió mientras la probaba con los mismos actores. La obra se estrenó hace diez años en el Teatro Cervantes y sobrevive al paso del tiempo. El elenco original (Díaz y Gloria Carrá) la repuso en el Teatro del Pueblo y el Teatro Broadway. Tuvo numerosas versiones en todo el mundo. Y desde mañana, la historia que devino en comedia romántica sin que el director y los actores lo supieran, vuelve a escena en el Teatro del Picadero.
–¿En qué momento te diste cuenta que querías ser actor?
–Pasó el teatro por mi vida y no esperaba que me empezaran a suceder cosas tan interesantes. Me empezó a absorber tiempo y espacio. Yo llegué a una clase de psicodrama de la escuela de Eduardo Pavlovsky, venía de una crisis personal, por una separación, y en las clases, tenía que representar situaciones y de repente me vi haciendo algo que nunca había hecho y en lo que me sentía muy cómodo. Al año siguiente, empecé a estudiar con Pompeyo Audivert. Lo había visto en Postales Argentinas, una obra alucinante que dirigía Ricardo Bartis, y me quedó grabado en la retina, con esa actuación increíble. Terminé siendo asistente de las obras de Pompeyo, con una relación muy estrecha con él. Fue todo muy rápido.
–¿Cuánto tiempo pasó desde la primera clase de teatro a que formaras parte de un espectáculo?
–Al año siguiente. Pompeyo tiene una dinámica muy loca, de mucho permiso y libertad. Yo venía con las puertas cerradas de mi personalidad y él trabaja con una metodología maravillosa, que es una especie de asociación libre, al estilo de los surrealistas. Se llama automatismo temático. Se abordan temas, pero se libera la palabra a una sintaxis poética. Y yo me sentí con el permiso absoluto de decir cualquier cosa. Encontraba una coherencia en los mundos poéticos que él armaba. Estaba con un juguete nuevo que me habían regalado y no sabía cómo usarlo.
–¿Enseguida te animaste a actuar? ¿No pensabas que necesitabas más preparación?
–Todo se fue dio de una manera vertiginosa y Pompeyo permitió que así fuera. Yo agradezco que, medio de casualidad, empezara a estudiar con él. Por mis características medio obsesivas, si hubiese arrancado en una escuela más tradicional, que bajara una línea, no me hubiera liberado. En cambio, estudiar con él era reconocer que, en la medida en que el actor produzca un lenguaje interesante, es un actor. No tiene que transformarse en un adonis de la actuación para mostrar algo perfecto. Hay algo de lo imperfecto que se valora mucho.
–¿Definiste un perfil de actor en tu carrera?
–Hay cosas que hice en su momento que hoy no haría. En ese momento había cierta irreverencia, no me sentía responsable por nada. Hoy la responsabilidad de la trayectoria, de lo que uno hace, lo que se va acumulando, está. Creo que refinado mi humor. Pero no sé si soy un actor tan poético como antes. «


Funciones
¿Estás ahí?  Se presenta  de jueves a sábados y El comité de Dios de jueves a domingos. Ambas obras en El Picadero: Pasaje Santos Discépolo 1857.


el ser que uno no ve
¿Estás ahí? es una de las obras más reconocidas de Daulte, quien suele acabar los procesos de escritura durante los ensayos. Es la cuarta vez que se presenta en Buenos Aires y también se hizo en el teatro Lara de Madrid, en Sydney, México D.F., Río de Janeiro, Santiago de Chile, Caracas y Montevideo. El espectáculo reúne los tres elementos característicos del teatro de Daulte: amor, intriga y humor. Ana y Fran acaban de mudarse para comenzar a vivir juntos. Pero no están solos. Un ser invisible (o casi invisible) habita la casa. Y parece no ser del todo amigable. Daulte reúne al elenco original para volver a presentar un texto que construyó de manera horizontal, junto a sus actores, para hablar del amor. Cuenta Díaz: "En el último tiempo nos dimos cuenta que era una comedia romántica y que era la historia de una pareja que toma una decisión importante."

Fuente: Tiempo Argentino

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