Diego Reinhold: BULeBU


"El mundo soy yo mismo"

El actor, conductor, bailarín y cantante asegura que gracias a su nuevo espectáculo BULeBU por fin está disfrutando de lo que hace.

Cuando cae la tarde, Diego Reinhold empieza a preocuparse. Sabe que su agenda está completa de cosas: aún le falta dar entrevistas, ultimar detalles de su show e iniciar una larga noche de ensayos. De todas formas, se hace un espacio para promocionar el reciente estreno de BULeBU, su nuevo proyecto que marca además el debut del humorista como productor teatral.
"No pasa naranja", dice Diego Reinhold, mientras posa para las fotos de rutina con un centro de mesa repleto de frutas de utilería que encontró por ahí. Es tan gracioso como hiperquinético, y enseguida se trepa entre los mobiliarios del barcito palermitano para posar ante la lente del fotógrafo. "Soy vegano", advierte mientras los flashes le pegan en la cara y pide un jugo de naranja exprimido que tardará toda la entrevista en consumir.
Reinhold asegura estar convencido de que la gente vale la pena y que todos merecemos oportunidades. "Con este espectáculo junté todo lo que me gusta hacer", dice para luego confirmar que él está justo donde soñó alguna vez.
–¿Cuál es la propuesta de BULeBU?
–Hace muchos años que tenía ganas de hacer un espectáculo con música en vivo, donde la música sea la protagonista del show. No en el sentido de que es un musical, sino que a partir de los instrumentos y las ideas estrambóticas que vengo acumulando respecto al mapping y esas cosas. Son cosas de espectáculos que quedaron desechadas y tengo un montón de ideas que vengo planeando. Es una especie de vieja audición de radio donde la gente participa en vivo. Estamos en el aire, viene una nota, hacemos un comercial, aparece Perón, una cantante italiana, hacemos un radioteatro, bailamos la alarma de un auto. Es una propuesta muy original, con muchos números, uno distinto del otro.
–¿Por qué esta idea del musical?
–No puedo separar las cosas. Para mí, aunque esté bailando o cantando, siempre es una performance.  Estoy muy ligado a la música y tenía muchas ganas de volver al bailarín que soy. Me agarra en el mejor momento de mi carrera, en el momento del aquí y ahora. Yo siento que pasé por muchos lenguajes a nivel teatral como artista, y siento que acá puedo conjugar todas esas cosas en un solo show. Hay un poco de todo, monólogos, sketches, bailes, canciones divinas, momentos donde sólo se toca música, el mapping y momentos poéticos realmente muy desopilantes. Estoy chocho porque el espectáculo es ostentoso.
–¿Ya no más humor, entonces?
–Sí. Lo que es difícil es que la gente cree todo el tiempo que uno es humorista. Yo la mayoría de las veces estoy ahí pelotudeando, entonces a la gente que cree eso cuando no estoy en rol de humorista piensa que la defraudo. "No sos gracioso" me dicen, ¡y es obvio! Estoy jugando y me divierto con mis ocurrencias. El arte tiene esa posibilidad de que lo que imaginás rápidamente lo podés plasmar.
–¿Qué tiene de distinto?
–Es parecido a todo, pero súper sofisticado. Acá hay mucho ornamento, mucha calidad. En la otra obra, Rococó, hay momentos musicales mágicos también, pero acá esta la banda en vivo. Todo el tiempo ves algo increíble.
–¿Cómo te sentís mostrando esta faceta tuya no tan conocida?
–No es tan así. Lo que se popularizó más es mi rol en la tele, la conducción y el sketch, pero yo tengo un Konex por la comedia musical. He hecho infinidad de cosas en ese rubro. Lo que pasa es que nunca me acerqué al mundillo más industrializado. Nunca hice alguna de Broadway, pero siempre hago mis propias producciones. Es desde el cuerpo, desde la música, desde la cosa abstracta y la cosa surrealista que tiene la música. Son vibraciones en el espacio, porque la música entra desde un lugar.
–¿Cómo es el momento en el que te ponés a crear un espectáculo como este?
–No puedo hacer nada solo. Necesito un grupo de gente que vaya a la par mío…. ¡y fumo mucho porro!  Esa es la clave. Soy una persona que busca mucho consenso, entonces ando por la vida consultando todo.  Me encanta compartir lo que hago, necesito saber todo el tiempo si les gusta a los demás. Debe ser cierta inseguridad mía, calculo.
–¿Hasta dónde querés llegar, Diego?
–Hice este espectáculo para divertirme. Nada más. Yo soy el productor y varios me dijeron: "Nunca hagas algo que no tengas el plan para recuperarlo, porque entonces ya estás produciendo mal." Esta es mi primera experiencia y me aconsejaron mucho. O sea, si ponés todo y no pensás cómo recuperarlo, estás produciendo mal. Tanta plata la recuperás en tantas funciones, o sea, no irse de mambo. Yo gasté el doble de lo que podía, pero la quería pasar bien y no me importó. Todo es hermoso: las telas, las proyecciones, las luces. Un delirio.
–¿Siempre quisiste ser artista?
–Sí, siempre. Y de la nada, porque mi familia nada que ver con este palo. Lo más cercano era mi hermana que estudiaba pintura, pero después mi papá era industrial dedicado a la mecánica, y mi vieja nunca estudió porque no la dejaban. Gran parte de mi familia eran militares, así que no se podía ser puto, drogadicto, ni nada. Ahora es un desconche todo, incluso mi familia, pero en ese momento no se podía.
–¿En qué momento te diste cuenta de que podías vivir de esto?
–Cuando me di cuenta de que era bailarín. Empecé como actor y al tiempo me di cuenta de que tenía condiciones para el baile. Empecé a estudiar, y como soy de una época donde los varones no bailaban, me di cuenta de que iba a poder trabajar. Tengo 40 años y empecé a trabajar a los 17, pero mis viejos me apoyaron siempre, con todo lo que quise estudiar y hacer. ¡Lo único que no me permitieron fue dejar el colegio, algo que yo hubiese hecho!
–¿Por qué?
–Es una locura. Algo que me hizo muy mal en mi vida fue pararme delante de una bandera e izarla todos los días cantándole una canción. ¿Más hitleriano que eso, querido? Eso no es algo para un niño. Que te toquen el timbre para ir a un recreo o volver a la clase, durante 12 años de tu vida… Mucho menos ahora con Internet.
–No termino de entender…
–¿Vos querés saber leer y escribir? ¡Lo vas a aprender! Esas son las cosas de la industria del capitalismo.  Que te impone eso de que tenés que ser útil para algo y en realidad vos no tenés que ser útil para algo, tenés que ser y punto. Lo otro es estructura, y te hace dejar de ser. Einstein dijo que se tuvo que ir del colegio para aprender a estudiar.
–¿Y? Eso marca una cierta rebeldía de tu parte también.
–No. Es amor, no rebeldía. En todo caso es intrepidez. Rebeldía sería que los vaya a matar a todos. Es amor por uno mismo. Si mi pibe me lo pide va a ir al colegio, pero si no quiere no pienso mandarlo. Que vaya a estudiar música o pintura, porque en definitiva un hombre es algo mucho más grande que un simple ser social. ¡Es gigante, es la luz misma!
–¿No te arrepentiste de las declaraciones que diste a la revista Pronto: "Me gustaría tener un hijo para no mandarlo al colegio"?
–No. Me cago de risa con lo que le pasa a la gente cuando lo digo. Me encanta la política, lo que significa la responsabilidad social y cómo es el entramado de entender que todos somos todo y que hay que vivir en comunidad. Pero eso no requiere ninguna obligación.
–Pero vos sos quién sos y aprendiste lo que aprendiste por haberte escolarizado.
–Hubiese sido mucho más si no hubiese ido al colegio. Estoy seguro. Porque sufrí mucho ahí adentro, sufrí mucho, creí que Jesús me iba a salvar, me creía todo. Son todas concesiones que todos acuerdan, pero no es la verdad de la milanesa. Me enseñaron una historia argentina mentirosa. "Sarmiento era un capo." No, no era ningún capo, era un sorete que mando a estudiar a sus súbditos.
–¿También renegás de la fama?
–Yo estaba metido en un frasco, tenía que ganar plata y me pagaban bien. ¿Ves? El sistema te lleva a creer que hay que ganar plata. ¡Es un delirio! Odiaba lo que hacía, porque lo hacía sólo porque me pagaban bien. Odiaba ser famoso porque no podía disfrutar. Me molestaba que me miraran en la calle porque sentía que estaba laburando, no disfrutando. Por este show puedo no dormir tres noches y me chupa tres huevos porque lo estoy disfrutando. Ya no me cago en el mundo porque el mundo soy yo mismo.   «


el paso por la televisión
Super entusiasmado con sus proyectos teatrales, Reinhold asegura que si bien le encantaría desarrollar una carrera como conductor de televisión, este no es el momento para hacerlo. "Cuando salió lo de Desayuno…, tenía muchas ganas de conducir. Me encanta. Lo que más me gustó es que estuviera Ernestina Pais, que tiene una mente muy rápida. Fue su rapidez lo que me entusiasmó. Después descubrí que no estaba bueno: había que levantarse temprano y hablar de cosas que le hacen mal a la gente. Eran cosas que a mí no me interesaban y por eso me cagaban a pedos, porque lo decía. Yo necesito un espacio distinto, que tenga que ver más conmigo, para poder expresarlo bien", comenta.


Actor en Rococó
Monólogos. Además de su rol como productor, Diego Reinhold sigue manteniendo su faceta actoral.
Todos los jueves a las 23:30 horas, endulzan las noches del Paseo La Plaza con Rococó, un espectáculo de humor con Maju Lozano, María Carámbula, Bimbo Godoy y Natalia Carulias.
Se trata de monólogos que parten desde las problemáticas más variadas, pero todas ligadas con el laberíntico mundo de las mujeres, donde ellas proponen y Reinhold dispone. Cuatro mujeres, cuatro personalidades, cuatro mundos y un presentador que se vuelve loco intentando organizar tanta intensidad.
"Rococó es un show que llevó mucho de preparación porque dos de las integrantes jamás había hecho algo parecido.  Habla de un mundo desde el punto de vista femenino. Lo que ves son unas guarras totales al borde del colapso. Yo las presento y hago unos musicales muy interesantes. Es un espectáculo ideal para la trasnoche, con esta cosa del stand up que es tan fácil de ver. Dedicado al disfrute", resume Reinhold.



los detalles del espectáculo bulebu
BULeBU es una creación humorística y musical de Diego Reinhold, que combina música en vivo, canciones, con bailes de los años '50 y '60, instrumentos originales y raros, juegos de proyecciones y mapping en vivo. "Tiene de todo. Desde música clásica en tiempo de jazz, hasta ritmos caribeños y el puro swing, desde bailes de tap, hasta canciones de amor, números cómicos y monólogos", comenta Reinhold sobre la puesta que despliega en la Sala Siranush, en el corazón de Palermo, con cena y pista de baile.
"Es la versión 5 de este tipo de espectáculos. Cuando vi la sala Siranush y el formato que se podía hacer, me pareció que era el lugar y el momento. Lo conocí a Nicolás Sorín, que es un capo en lo musical."
Para su creador, BULeBU es un espectáculo de baile y show que por momentos es liviano e hilarante, por momentos es delicioso y hasta romántico y kitsch, donde la música es protagonista, con una banda de siete músicos en vivo bajo la dirección de Nicolás Sorin.
Los protagonistas son actores destacados en la comedia musical argentina. Además de Diego Reinhold, actúan Ivanna Rossi, recientemente galardonada con un premio  ACE, por su trabajo en Forever Young y Sebastián Codega, su marido, humorista, también gran virtuoso del musical.
Otros profesionales también aportan su talento: Alejandro Zucchi (bailarín y coreógrafo de carrera internacional), Gaby Goldman (arreglador vocal, varias veces premiado), Alejandro Goldstein (arquitecto y director de arte), Vicky Vidal (vestuarista), Lautaro Azcuy (diseñador digital) y las fotos de Alejandra Viviana Aranda.
"Me pasó que la experiencia creativa fue increíble. Estoy agradecido a la vida porque lo que se manifestó como idea, fue tan emocionante. Tengo muchas ideas escritas en un cuaderno con ideas para hacer otro bulebú más si quiero", resume Diego Reinhold.

Fuente: Tiempo Argentino

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