Limbo Ezeiza


Un ensayo poético sobre el peronismo

“El viejo, mal que le pese, ya no se pertenece. Nos pertenece a todos”, dirá Victoria, la hija más chica en un momento de la obra. Luego, en la última escena, el padre la sacará del plano: “Imberbe, ándate. Estás esperando que me muera para quedarte con la herencia, ¿no es cierto? Andate de acá imberbe, antes de que me arrepienta”. En Limbo Ezeiza –los viernes a las 23 en El camarín de las musas (Mario Bravo 960)–, el dramaturgo y director Jorge Gómez remite al 20 de junio de 1973 y desde allí analiza el derrotero del peronismo. “Hablamos de aquello pero resuena hoy porque es una historia que no está cerrada”, comenta Gómez. En la obra, el regreso del “viejo” hace volar por los aires los botones que mantenían amarrados a todos quienes se disputaban sus palabras, sus banderas, su herencia. “Traté de ser lo más sincero con la historia pero el juego con la ficción me permitió algunas licencias. Aparece lo iconográfico, los diversos discursos que confluyen en el peronismo, la tragedia y el humor. La apuesta es poder contar algunas cosas que hasta ahora no se han escuchado más que en voz tenue”, explica el director y cuenta que la masacre de Ezeiza fue un tema que agitó su memoria desde muy temprano, pero que sólo se convirtió en acción dramática en 2006, cuando los restos de Perón fueron trasladados a la quinta de San Vicente. “En la obra se plantea que el peronismo es más que Perón, que lo excedió. Sin embargo, los límites de esa creación siguen siendo imprecisos. En 2013 hablar de una doctrina unívocamente peronista es un tanto melancólico”, concluye Gómez.

Fuente: Revista Ñ

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