Virginia Innocenti y Osmar Núñez: Noches romanas


Historia de amistad y contradicción

Los actores protagonizan en teatro Noches romanas, sobre el vínculo entre Anna Magnani y Tennessee Williams.

El arte los hermanaba. Les llenaba el alma y les ponía dentro toda la fuerza para hacer cada vez más arte. Así era la relación entre Anna Magnani y Tennessee Williams que les toca recrear a Virginia Innocenti y Osmar Núñez en la obra de teatro Noches romanas del dramaturgo Franco D’Alessandro que está en cartel bajo la dirección de Oscar Barney Finn.

Los actores cuentan que pasan horas hablando de la obra, que se llaman por teléfono que comentan cada cosa y después, llegan los ensayos. Cada uno parece completamente compenetrado con la trama que va a protagonizar. Están contentos de trabajar juntos y lo dicen todo el tiempo. La historia de Tennessee y Anna los unió, y responden a la unión citando los gestos y las palabras propios de sus personajes.

–Pareciera que ni se tomaron tiempo para pensar y sumaron a la convocatoria…
Osmar Núñez: –¡Yo ni lo pensé! Cuando me nombraron la obra, su autor y la actriz… Dije que sí por instinto. Me dije: hablar de estas dos personas, de estos dos grandes artistas. Sobre todo con Tennessee con quien tuve todo nuestro proceso de aprendizaje, es un autor casi familiar, como puede resultar Chéjov, Shakespeare.
Virginia Innocenti: –Es que hace mucho que queríamos trabajar juntos con Osmar varias veces nos cruzamos y nos pedimos mutuamente. Hay algo que cuenta la obra y es que son dos personas que se profesan una admiración mutua muy profunda y eso es lo que inicialmente los une y gran parte de ese trabajo ya está hecho porque es lo que nos pasa con Osmar. Eso no fue necesario construirlo en el escenario.
ON: –Ese vínculo si no es más arduo es más difícil de encontrar, no podés mentirlo, y tiene que haber una gran empatía entre los actores, no se puede mentir eso, ni aún creándolo. Si no está ese gusto por los actores que trabajan juntos no sería lo mismo. Creo que ese es un condimento muy importante que seguirá siendo complejo, porque habla de un vínculo tan amoroso, tan contradictorio…
–Ya conocían acerca de la relación de estos dos personajes, pero ¿qué cosas descubrieron a lo largo de la obra?
VI: –La obra es muy conmovedora, estamos muy conmovidos y nos sentimos muy identificados con el compromiso que ellos tenían. Son seres que están buscando la poesía en los momentos más crudos, más duros. Tennessee Williams ha retratado como pocos, con esa capacidad de rescatar con tanta belleza, la crueldad del mundo y Anna era una mujer muy deseosa de hablar de lo que había que hablar.
ON: –Estos textos pegaron con todos nosotros, con los actores por este deseo de transformar la vida, las cosas que te suceden en la vida, el amor, el desamor… Siendo ellos dos artistas de verdad han podido y han sabido transformar lo terrible en belleza y eso nos conmueve cada día. Tenían una comunicación tan fuerte, eran una especie de almas gemelas con vidas similares.
–¿Y el proceso interno de cada uno de ustedes cómo fue?
 ON:–Hay algo que los actores tenemos de predisposición, de buscar estos personajes porque nos obliga a profundizar en cada uno de nosotros. Uno no es un repetidor de ideas, uno es un encarnador de situaciones y de colores de esas personas. Nos gusta ese rompecabezas, es como el que tiene la paleta y piensa "por donde empiezo" y hace un trazo… Ese el proceso de cada trabajo que aborda el actor. Son complejos los personajes, uno toma impresiones de él y los transforma. Es una aproximación de estos dos seres como personas y como artistas que representaron un momento importantísimo cada uno en su país y en el mundo. Tennessee es uno de los autores más traducidos en la historia.
VI:– Lo complejo no sólo tiene que ver con los personajes en sí, sino que en una hora y media tenés que contar una historia potente y conmovedora que habla de una amistad que atraviesa 20 años hasta que termina porque ella muere. Lo complejo es poder contar algo rico y se eligió privilegiar el vínculo entre ellos y la relación que tenían con el arte y con la vida. Es importante que la gente sepa que verá una obra de teatro que los va a conmover, y que no necesitan que sepan antes quiénes son estos personajes, porque esta es la vida de dos artistas sufriendo y disfrutando de lo que hacen.
–¿Investigaron mucho sobre los personajes?
ON: –A mí me gusta mucho investigar el personaje, es un momento de felicidad, lo que no me gusta es estudiar la letra por eso estudio mucho, porque no me gusta. En la investigación empezás a descubrir cosas y te decís… "Ah mirá vos." Por ejemplo, en los momentos de depresión de Tennessee, tenía la imposibilidad de hablar con los demás, estaba mudo no podía articular palabra y eso se cuenta en la obra. Hay cositas que te sirven pero que antes te repercutieron en el corazón y lo querés llevar para una progresión dramática para que colabore en tu producción, eso es fantástico.

No sólo la obra es lo que por ahora los desvela. Los actores hablan de lo que ven en la tele (en ese momento es la represión en Parque Centenario) y también comentan acerca de la situación del teatro y de la televisión. Apasionados y comprometidos, nada de lo que dicen es al azar y parecen, una vez más, estar repasando el texto de una obra.

–¿Cuánto le aporta al teatro la cantidad de obras que hay en cartel?
ON: –Me parece productivo. Si existe esa cantidad de obras que crece, por algo es. Hay una gran necesidad de producción y artística de que eso suceda, lo que pase después, uno sabe que esto es muy efímero, puede durar mucho tiempo como puede durar poco pese a las expectativas de cada uno. A mí me parece que la cantidad siempre es maravillosa.
–Cómo actores, ¿cómo ven la televisión de hoy?
VI: –Vengo de mucho trabajo y en este contexto no miro tele, pero sí, tanto Osmar como yo, hemos participado en las nuevas producciones que se hicieron, en especial de los programas que financió el gobierno nacional a través del Instituto del Cine. Esta política de nuevas miradas y de inversión cultural en la televisión me encanta. Particularmente tengo menos trabajo que antes, pero a mí me emociona y me fascina ver actores extraordinarios que yo tenía la posibilidad de verlos sólo en teatro protagonizando una ficción en la televisión. Me parece que se están haciendo cosas muy interesantes porque se están abordando temáticas que antes no se abordaban, y con una mirada y con crítica que antes no estaba apareciendo en la televisión. A mí me pone muy contenta que se reparta más la torta, yo lo celebro. Se están abordando temáticas que antes no se abordaban y con una mirada crítica que antes no aparecía en televisión.
ON: –Hay productos artísticos muy interesantes que hablaron de la historia sin la necesidad de que sean didácticos. Lo que me gustaría es que tengan más proyección más publicidad para que la gente vea otro tipo de productos, y no voy a caer en el lugar común de "No hay que ver a Tinelli" o "No hay que ver la novela", no, creo que hay que ver todo. Yo soy actor gracias a lo que me daba la televisión cuando era chico, ahora los chicos ven bailar y listo. Pero yo de chico veía La noche de los grandes donde pasaban, por ejemplo, China Zorrilla, Alfredo Alcón, Flora Steimberg, Néstor Hugo Rivas. Eran personas increíbles.
–¿Es como si se desperdiciara el espacio?
VI: –Yo arranqué en canal 7. La primera persona que me hizo cantar en público y la primera cámara que me filmó fue la de Oscar Barney Finn. Apenas llegada la democracia eso era un hervidero, fue una primavera corta, pero se producía mucho. Conducía un programa temático para adolescentes que se llamaba Aerosol. Somos una sociedad muy joven y tenemos mucho por andar, ahí estaba todo  bien hasta que quisimos hablar del servicio militar y del aborto. Estábamos asesorados por periodistas y especialistas. Hacíamos videoclips con canciones de Silvio Rodríguez, ahí cantaron por primera vez Los Cadillacs…
ON:–Estamos en un época en la que se dice todo, todo está más o menos claro, se destapan ollas se dice de todo de los otros a veces con falta con respeto y otras con sentido de la democracia, y esto es muy valioso y lo hemos ganado con nuestro esfuerzo. Ahora en los medios, la tele, la radio, siento que podemos hacer lo que se nos ocurra hacer.  «

"El que no ve es porque no quiere"

Inevitablemente, en la charla con los actores se cuela el reciente ida y vuelta entre la presidenta y el actor Ricardo Darín y las repercusiones. Tanto Núñez como Innocenti, explican lo que piensan de esto:

Osmar Núñez: –Uno puede decir lo que quiera y responder lo que quiera siempre y cuando sea con educación. No opino más de eso. El tema es quien se cuelga y cómo se cuelgan de eso, a favor, en contra. Con qué cuidado hay que ir a colgarse, eso me da más temor porque entre él y la presidenta hubo una especie de diálogo y no leí la nota. Está todo dicho, está todo tan claro, se ve todo, el que no ve es porque no quiere. Todos tenemos derecho a preguntar lo que queremos pero sólo se necesita respeto. Acá el tema superó a Ricardo y a Cristina tuvo que ver con todo lo demás, con aquellos programas que ponen la silueta de Ricardo para hablar bien de él o ponerlo de blanco. Ese es el problema…
Virginia Innocenti: –En ese sentido los actores cuando estamos presentando un trabajo, uno está contratado por una producción, depende de las entradas que la gente paga, y se hace una campaña de prensa y uno necesita difundir el trabajo. Uno empieza a hablar de la obra, empieza a hablar de otras cosas y después… Es lo que sale publicado. Muchas veces te querés matar, yo he padecido años de dar notas y tener miedo cuando pasaba el diario por debajo de la puerta porque hay un estilo de periodismo que viene desde hace años, especialmente con las mujeres. Siempre te hacen quedar como una estúpida o como una frívola porque eso, se supone, vende más. A mí me molesta mucho en la televisión ciertos cocoliches, se le dedica mucho tiempo a la banalidad.

El dato - FUNCIONES

Jueves, viernes y sábados a las 20 hs. en el C. C. de la Cooperación. Corrientes 1543.


Vidas privadas de dos artistas

Noches romanas, la obra del dramaturgo Franco D’Alessandro dirigida por Oscar Barney Finn, recrea la relación entre la actriz y Tennessee Williams, una gran amistad donde los dos compartían el arte y la pasión por el teatro. Anna Magnani interpretó en el cine un rol protagónico en La Rosa tatuada de Tennessee Williams, y también trabajó en Piel de serpiente, de Williams, con Marlon Brando. Los avatares del cine y el teatro, de Hollywood, de Broadway, lo que significaba para Tennessee Williams la creación dramática y luego el choque con el mundo del espectáculo, su adicción al alcohol, el amor y la confianza incondicional que hubo entre ambos son algunos de los temas que están presentes en la obra.


Noticias que hacen ruido

"Estoy viendo lo que pasó en Parque Centenario y me preocupa muchísimo, siento que la gente estaba defendiendo su espacio y que después fueron golpeados y lastimados. Se vio en todos los medios lo que hacía la Metropolitana. Estoy indignado con eso, ¿por qué alguien de turno me va a cambiar lo que me costó construir tanto tiempo? Es un espacio para la gente que va a hacer gimnasia, a pasear los perros, a leer un libro", dice Osmar Nuñez compartiendo su parecer sobre el enrejado. Innocenti, por su parte, opina: "A mí me tiene sorprendida tanta violencia. 'El arte te salva de morir de la realidad', lo leí el otro día en un grafitti y lo tengo grabado. Es que al poder metaforizarse uno puede pensar, hacer el intento de reparar, de concientizarse uno y de invitar a los otros a que se piensen a sí mismos y que pensemos entre todos. La clase política debería entender alguna vez que en realidad tiene que estar al servicio de la gente, que uno los elige para que nos represente para que nos escuchen, para que nos den forma a lo que se necesita."

Fuente: Tiempo Argentino

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