Ricky Pashkus: Insomnio


Una comedia multitudinaria

Insomnio está protagonizada por chicos de entre 8 y 19 años

Son 25 pares de ojos que no quieren conciliar el sueño. Que permanecen abiertos impulsados por el deseo de seguir en movimiento. Bailando en los estilos más diversos, desde el hip hop hasta la danza clásica, cantando rap o melodías líricas, haciendo acrobacia o, ahí sí, cerrando un ojo en un guiño de humor. Son los protagonistas de Insomnio, la comedia musical que inaugura este domingo en el Centro Cultural Borges la trayectoria de la Compañía de Teatro Musical Juvenil, dirigida por Ricky Pashkus junto a Gustavo Monje, la coreógrafa Milagros Michaël y los músicos Hernán Matorra y Astom. Chicos y chicas de entre 8 y 19 años, reunidos a partir de sus experiencias previas en alguna disciplina artística, ensayaron durante dos meses la secuencia de cuadros musicales que ensamblan vocaciones y capacidades en lo que Pashkus define como "una red narrativa anclada en el canto y el baile, sobre un viaje en torno a lo que los mantiene despiertos".

La propuesta era armar antes que nada una obra, para mantener en alto la motivación. Y luego de una serie de funciones, dedicarse al entrenamiento para fortalecer su integración como compañía de teatro musical. Hasta que llegue el momento de un nuevo espectáculo, explica Pashkus. Las dos cosas juntas son incompatibles con el nivel de protección exigido para cuidar a los chicos, subraya. ¿Qué es lo que aporta desde el escenario un elenco infanto-juvenil? "En cada edad específica hay una expresión propia, algo que narra cada uno y que no se puede dar desde otra edad", señala el director. "Básicamente intento que se los vea como chicos, no son chicos imitando a grandes. Ni podrían ser reemplazados por adultos." A partir de esta premisa, se trata de no caer en el exhibicionismo de mostrar lo que podría ser ese chico en el futuro, sino de "narrar con lo que cada uno tiene hoy."

"El musical es una invitación a compartir la fe de que algo es posible. No se trata de la sonrisa tonta, sino de una energía expuesta." Y los chicos, en su heterogeneidad de edades y habilidades, parecen dispuestos a demostrarlo. Desde la preocupación en el ensayo de la pequeña que siente que la remera le queda demasiado larga, pasando por el brillo emocionado en los ojos de un niño en el coro final, hasta la insistencia de los más chicos en que les contesten inmediatamente en la cuenta de Facebook de la compañía. Es que, al decir de Pashkus, "es la tarea lo que unifica", lo que hace de la heterogeneidad una propuesta escénica potente, un sueño compartido con los ojos bien abiertos..

PARA AGENDAR
Insomnio: por la Compañía de Teatro Musical Juvenil. En el Centro Cultural Borges, Viamonte 525. Los domingos, a las 16.

Fuente: La Nación

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