Virginia Lago


La dulce señora de todas las tardes

Convirtió en un éxito Historias del corazón

Virginia Lago abraza fuerte. Parece un abrazo como el que da una madre. Es el tipo de gestos que realmente le importan. "A muchos les da vergüenza decir «te quiero» y abrazar. A mí, no. Es mi manera de ser", confiesa la conductora de Historias de corazón , el ciclo de cine "conmovedor" de las tardes de Telefé.

Un programa que sólo estaba pensado para durar dos meses, pero que súbitamente -como ocurre con la, a veces, inexplicable televisión- lleva seis en el aire. Sin contar que logró dar vuelta la franja de la tarde del canal, que hasta ese momento perdía a manos de El Trece. ¿Será el estilo de conducción dulzón de Lago, con su hablar pausado y con la emoción siempre a flor de piel, lo que puede explicar el éxito del programa -en lo que va del mes promedió 11,8 puntos de rating frente a los 8,4 de Este es el show , de El Trece-? "Quiero que el programa -dice- sea un lugar de caricias, de respeto, un espacio amoroso, de humor, que no sea tristón."

Todas las tardes, en la pantalla, se la ve sentada en un sillón que forma parte de una escenografía. Un decorado que emula el living de una casa de familia de clase media. Allí, hay un televisor que parece comprado en una feria de usados, pero nada está librado al azar. "Ese aparato tiene que ver con mi persona: una mamá, una abuela, una amiga, una vecina", explica, como para dejar en claro que, en definitiva, ella es también una "imagen", un estilo. Y como tal, convoca y provoca que el público

Virginia Lago es una gran actriz y ahora se convierte en la amiga que invita a ver películas se identifique. Es más, como dice, muchos piensan que ese living artificial es una extensión de su hogar.

No parecen existir diferencias entre la Lago de la TV y la que aparece en vivo y en directo en la sala Casacuberta del teatro San Martín, donde ensaya La farolera , la obra infantil de María Elena Walsh que dirige, y donde pauta la entrevista con LA NACION.

En esa sala casi vacía, Lago interactúa con sus colaboradores con una calidez que apabulla, como si quisiera transmitir, en cada uno de sus gestos, una protección y contención casi maternal. ¿Será así todo el tiempo? ¿Es una puesta en escena pour la gallery ? Por lo menos en la hora que duró la entrevista, no hubo rastro alguno de impostación.

Justamente ese estilo cálido era lo que el director de programación de Telefé, Tomás Yankelevich, necesitaba para sumar a una pantalla que buscaba construir con el lema de "entretenimiento con valores". La llamó en diciembre pasado, cuando la actriz estaba en Mar del Plata, protagonizando la obra Vivir en vos . "Me contó que quería programar unas tardes de cine con ficciones no violentas. Pensó que yo era la persona indicada para hacerlo. Necesitaba a alguien que fuera creíble y actriz para contarlas desde otro lugar", señala.

Una sensación de rareza la invadió. Era la primera vez que alguien la convocaba para conducir. "Dejámelo pensar", le respondió. Al día siguiente, previa consulta con su esposo, el actor y director teatral Héctor Gióvine, le dijo que sí.

A las pocas semanas, supo que la decisión había sido acertada, más allá de los números de audiencia.

En Mar del Plata, una mujer la paró en la calle y la sorprendió. "Me voy para mi casa, así en un ratito charlamos", le dijo la señora, como para referirse a ese momento cuando se sentaba frente al televisor y escuchaba las presentaciones que Lago hacía de las películas.

Algunos chicos, cuenta, la conocen como "la señora que habla en la televisión". Y otros, recién ahora, la empiezan a descubrir.

Lago se conmueve cuando habla con la gente en la calle y le piden que se acuerde de aquellos que están solos. "Estoy sola y vos sos mi compañía", la emocionaron esas palabras que escuchó hace unos días.

"Me siento útil", indica. Y cree encontrar la razón del éxito del programa: "La gente tenía una necesidad de que le dijeran: «Buen día», y que la saluden bien".

- ¿Esta es la mayor experiencia de reconocimiento popular que ha tenido?

-No. Hubo novelas que fueron muy vistas, en las que también había un ida y vuelta con la gente. Cuando actuaba en Mujeres de nadie [2008], interpretaba a una villana. Los camioneros me gritaban y me pedían que no matara a nadie más.

Bromas que duelen

Pero no todo fueron buenos momentos en estos seis meses al frente de Historias de corazón . A fines de marzo pasado, algunos portales de noticias informaban que la actriz tenía intenciones de renunciar al programa por un sinnúmero de videos on line que parodiaban su estilo de conducción. "Realmente me dolió. Se lo comenté a Tomás [Yankelevich]. El me dijo que no le diera importancia, que las parodias estaban porque al programa le iba bien. Mi familia me dijo lo mismo", recuerda.

¿Es cierto que quiso renunciar?

-No bien empezaron las parodias, me llamaron de una radio para consultarme sobre el tema. Ahí dije algo así como: "A veces me dan ganas de no hacer nada". Y disparó todo eso de que quería renunciar.

Cuando termina de posar para las fotos que acompañan esta nota, Lago palmea la espalda del fotógrafo. Una vez más el gesto. Uno muy de madre. De esos que son los que realmente le importan.

"MI CASA ES EL ESCENARIO"
Este año, Virgina Lago no actuará en una ficción televisiva, seguirá con la conducción de Historias de corazón, de lunes a viernes, a las 16.30, y de la emisión especial del ciclo los viernes, a las 21.15. Sin embargo, adelanta: "En principio, tuvimos algunas charlas con Tomás [Yankelevich, el director de programación de Telefé] para hacer algo el año que viene".

Lago, ahora, está focalizada en el teatro. Por un lado, dirige la obra infantil La farolera, que estrenará este sábado, en la sala Casacuberta del San Martín. En la obra de María Elena Walsh, adaptada por María de las Mercedes Hernando, dirige a su hija, Mariana Gióvine. "Me costó convencerla para que esté en la obra", reconoce. Y reflexiona: "Es difícil trabajar con una hija". Como actriz, ensaya la obra La mujer del domingo, del dramaturgo inglés Ted Willis, que se estrenará en agosto próximo, en el Apolo. Allí, con la dirección de Daniel Suárez Marzal, se la verá junto con Claudio García Satur, Laura Novoa, Felipe Colombo y Laura Bove. La historia está anclada en un matrimonio de 30 años que ve interrumpida sus vidas por una infidelidad.

-Llegó a la actuación por casualidad, cuando, a los 15 años, acompañó a su hermana a un concurso. ¿Qué hubiese sido si no hubiese sido actriz?

-No hice otra cosa en mi vida más que la actuación. Mi casa es el escenario.

Fuente: La Nación

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