Simplemente Concha


Simplemente Concha

El personaje de Noralih Gago, ahora en el gran escenario

Concha del Río, el desopilante personaje que creó Noralih Gago, se consolidó como un clásico del under y era previsible su desembarco en una sala comercial. Como salida del túnel del tiempo, esta mujer de envidiable autoestima, que se cree más grande que Carmen Miranda y más lozana que Luisana Lopilato, ha decidido hacerse su propio homenaje en su "regreso al país". Concha del Río es única y lo sabe. Por eso se planeó para sí misma un show al estilo de aquellos que organiza la Televisión Española a fin de año, con Raphael o Isabel Pantoja. Claro que ese show será tan "bizarro" (en el sentido anglosajón de la palabra) como ella misma. En ese escenario la recibirán otras grandes figuras del espectáculo, como Argentino Paladino, un cantor de tangos ciego; Amparo León, una cantante española más famosa por su deuda con el fisco que por su talento; Elíades López Famosa y Fernández, un caribeño hiperquinético que fue alguna vez amante de la diva; y Francesca Foglia, una intérprete italiana como salida del Festival OTI de la Canción.

Ese abanico de personajes es el espejo de lo disparatado de una sucesión de cuadros que tienen a la figura de Concha del Río como eje e hilo conductor. Hay algo cierto en esta propuesta y es que el espectador tiene la risa asegurada. A través de su personaje, Noralih Gago consiguió que sólo un gesto, una mirada o un ademán de Concha logre arrancarle carcajadas a una platea entera. Lo mismo ocurre con esa fauna de personajes que la rodea.

Pablo Palavecino es Aldo Villarreal, el anfitrión de la velada, auténtico personaje de caricatura. Realiza una excelente composición de este tipo tan anticuado y formal, como disparatado. Por su parte, Gaby Ferrero es una de las mejores actrices que ha brindado la escena independiente en los últimos años. Aquí se deschava una capacidad histriónica ilimitada que la lleva a divertirse encarnando a estas dos divas (la española y la italiana) decadentes. Del mismo modo, Jorge Maselli -exquisito intérprete de musicales- encontró dos grandes posibilidades de lucimiento ya que además de cantar y bailar muy bien, es graciosísimo. A ellos los acompaña la siempre sobria Mónica Piccone, "guardaespaldas" personal de Concha del Río.

Simplemente Concha es un auténtico music-hall, con canciones y bailes. Y Mecha Fernández siempre es la persona ideal cuando se trata de hacer bailar a los actores. Sus diseños coreográficos son efectivos y visualmente atractivos. Otros aspectos por destacar son el suntuoso vestuario de Pablo Battaglia, y el diseño de luces de Ricardo Sica.

Hay algo cierto: un poco de la magia del café concert y del varieté en el que se solía mover Concha se ha perdido en el escenario grande. Pero tal vez sea también una impresión de quien la viene siguiendo desde hace varios años. Tal vez sea sólo un ajuste de montaje.

Fuente: La Nación

Sala: El Picadero

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