Omar Pacheco: Grupo Teatro Libre y La cuna vacía


En nombre de la resistencia

El Grupo Teatro Libre, dirigido por Omar Pacheco, cumple 30 años de vida

"Luché durante 30 años por tener un espacio, y para que la gente me crea", dice, en diálogo con La Nacion, Omar Pacheco, investigador teatral y director del Grupo Teatro Libre (G.T.L.), un colectivo que este año cumple 30 años de vida.

Pacheco cuenta con un amplio recorrido en la investigación, que comprendió un abordaje antropológico y filosófico de la teatralidad, también ligado a sus experiencias fuera del país. En 1978 debió exiliarse en Estados Unidos y, luego, en 1980, decidió establecerse en Brasil, donde siguió con su proceso de investigación y experimentación. Ha dirigido un gran número de producciones independientes y puestas de gran despliegue, como el musical Tanguera, que recorrió importantes escenarios internacionales. Algunas de sus obras más emblemáticas fueron Del otro lado del mar, Cinco puertas y Memoria y cautiverio.

Hoy, el G.T.L. presenta La cuna vacía, en el teatro La Otra Orilla, pieza a la que Pacheco define "la más formal" de sus propuestas. Este trabajo, de un fuerte alcance social, histórico y político, se estrenó en 2006, año en que se cumplieron treinta desde el comienzo de la última dictadura militar, y recibió importantes premios y elogios del público y la crítica.


Estar en La Otra Orilla

El trabajo de Omar Pacheco al frente del G.T.L. no puede enmarcarse en la concepción convencional de un director o puestista. Su trabajo es, en principio, el de un formador. No hace castings para sus obras y trabaja con actores formados en su técnica. Está lejos de entender a los actores como "peones de un director" y su desafío consiste en formar verdaderos creadores: "El actor es ese ser que comparte lo esencial de la vida cuando se convierte en artista, que crea paralelamente a uno y que tiene la posibilidad de la anarquía en la creación y toda la rigurosidad de la puesta, una vez que está elaborada".

El método de formación actoral de Pacheco tiene varias etapas, pero, a grandes rasgos, así lo resume: "Para mí, toda una primera etapa de formación es con el hombre, para que encuentre su potencial real. Después, hay que elevarse y adquirir una técnica muy compleja para lograr que el cuerpo hable".

Algunos de los integrantes del G.T.L. llegan a entrenar seis horas por día, y todos asumen múltiples roles dentro del proceso creativo: construir objetos, ayudar con la escenografía, involucrarse en las tareas del teatro. Según Pacheco, las búsquedas del G.T.L. no están direccionadas hacia "la vulgaridad" cotidiana, sino más bien hacia algunas cuestiones esenciales y "transformadoras": la vida, la muerte, la libertad, los sueños. Además, sostiene que su intención es lograr "encapsular al espectador en el contenido de la obra".

El director dice preservar con sus actores una relación "sin traiciones" y, en ese marco, el teatro La Otra Orilla funciona como el refugio que los contiene. Además, es el lugar de entrenamiento donde se refuerzan el rigor, la disciplina y la precisión necesarias para llevar a cabo las obras: "El trabajo en las obras es de relojería porque hay que lograr una precisión extrema, si no, se hace muy evidente el error, y cuando lo perdiste al espectador, no lo recuperás más. Si hay un error, se desmorona el puente de comunicación con el espectador".

Hoy, este director e investigador se encuentra trabajando en La última vida, una obra que plantea la reivindicación del hombre en su encuentro con la muerte. "El deterioro es tremendo, hay que saber irse a tiempo para llegar a quedarse con los mejores momentos de la vida. La muerte, en cambio, no es ominosa. La muerte es una gran copulación", reflexiona.

Respecto de La cuna vacía, obra en la que se propuso reivindicar el rol de la mujer en las instancias más oscuras de la existencia y brindar un homenaje a una "madre universal", dice: "Es una obra para la mujer, porque siento que, en los momentos más extremos, la mujer sale a la lucha más rápido que el hombre". Por otro lado, asegura que su intención con esta pieza fue plantear un homenaje a "una madre universal".

Para festejar los treinta años del G.T.L., en La Otra Orilla se realizarán una serie de actividades: una jornada intensiva destinada a estudiantes de teatro y danzas; mesas redondas de críticos, workshops gratuitos, presentación del work in progress de La última vida, y exposiciones teóricas con participaciones de Pepe Soriano, Patricio Contreras, Rodolfo Mederos, Lidia Borda y Lito Vitale.

PARA AGENDAR
La cuna vacía, de Omar Pacheco. Teatro: La Otra Orilla, Gral. Urquiza 124. Sábados, a las 21.

Fuente: La Nación

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