María Merlino: Nada del amor me produce envidia y Qué me has hecho vida mía




"Interpretar un personaje histórico con una vida intensísima es un desafío"

Su nombre resuena con fuerza en el circuito del teatro independiente desde que se estrenó Nada del amor me produce envidia, que está en cartel hace cinco años. Ahora también presenta Qué me has hecho vida mía.

La única forma que tenía la actriz María Merlino de convencer a sus padres para que la dejen irse de Benito Juárez, con 18 años, para estudiar expresión corporal en Buenos Aires era que viviera en un pensionado de monjas. Y así lo hizo. Dice que no la pasó mal; que con ella las monjas hacían una excepción y la dejaban tocar el timbre a la noche, cuando volvía de sus clases; que estuvo bien estar contenida porque antes –cuando no había Internet ni cable– el cambio de un pueblo a la Capital era demasiado drástico.
La chica de pueblo nunca más se alejó de la gran ciudad: estudió canto, actuación, fue moza y su primer sueldo como actriz lo recibió en el Teatro San Martín. Pero la vida profesional de esta mujer cambió en 2008 cuando en la sala de quien fue su gran maestro, Ricardo Bartís, estrenó la obra Nada del amor me produce envidia. Desde ese momento, María, que nunca fue famosa, se volvió un comentario permanente entre los amantes del teatro independiente.
La pieza que escribió Santiago Loza se volvió un suceso que, en su quinta temporada, todavía no puede bajar de cartel. Ganaron premios, viajaron a los mejores festivales del mundo, fueron alabados por la crítica y siempre agotaron localidades. Todo por contar la historia simple y delicada de una costurera que un día tiene que elegir si le hace un vestido a Evita o a Libertad Lamarque.
Los artistas demostraron que alejarse de lo grandilocuente o lo snob y apostar a una historia sensible y pequeña no pierde vigencia. Ahora, la actriz redobla la apuesta con un nuevo estreno que, dice, le significa un desafío cuatro veces más grande: desde hace unas semanas volvió con la obra Qué me has hecho vida mía, un melodrama radioteatral escrito por Marcelo Pitrola, Diego Lerman y la propia Merlino, que recrea el ascenso y la caída de Fanny Navarro, una estrella peronista.

–¿Cómo cambió tu vida después del éxito de Nada del amor me produce envidia?
–Nunca en mi vida me había pasado algo así. Más allá de las críticas muy buenas que hemos tenido, lo que hace que todavía sigamos con funciones es la enorme repercusión que tuvo gracias al boca en boca. Con esta obra arrancamos en 2008 y casi nunca paramos. Salvo cuando nació mi hija Renata, en el medio. De todos modos, actué hasta los cinco meses de embarazo. Fue muy importante la opinión de la gente, pero para mí lo fundamental es estar yo contenta. Nada del amor… es un gran entrenamiento actoral. Nunca había estado sola en el escenario. Ahora, siento que estoy preparada para lo que venga.
–¿Qué cambia en tu trabajo con esta nueva obra?
–Es un desafío cuatro veces más grande que la obra anterior. Tengo que interpretar la vida de un personaje histórico, real, que tuvo una vida intensísima. La obra está compuesta por microescenas, con muchos interlocutores y con los efectos sonoros del radioteatro. Nada del amor me produce envidia es una persona que está en una habitación, en un cuarto, y desde allí recibe la llegada de Libertad y de Eva. En cambio, en este nuevo espectáculo tengo que reproducir varias locaciones y el personaje habla con varios interlocutores, como su madre, Evita y Juan Duarte. El planteo es mucho más amplio.
–Las dos historias transcurren durante el peronismo, en los años '40. ¿Es una época que te atrae?
–Siento que me va bien esa época. Además, yo tenía muchas ganas de hablar de Fanny. Me interesó su vida, su relación con Juan Duarte, que fue bastante inestable, donde siempre había otras mujeres. Evita la eligió para presidir el Ateneo Cultural cuando ella tenía un poco más de 20 años. No tenía experiencia en política. Esta obra me ubica en otro plano de la actuación. Fanny es una mujer con muchísima personalidad, que tuvo varios hombres.
–¿Su figura estaba olvidada?
–Totalmente. Acá la estamos reivindicando. Cuando se muere Eva, ella termina olvidada, aislada, le cierran muchas puertas y la dejan en la pobreza y con ataques de pánico. No es una figura recordada, quedó como la mujer maldita del peronismo.
–Protagonizás uno de los pocos casos de obras muy convocantes del teatro independiente. ¿Se puede vivir del arte de esta manera?
–Es muy complicado vivir del arte. Es una carrera complicadísima, muy inestable. Ahora mismo, yo doy clases de entrenamiento vocal. Es mi otro trabajo, que me encanta. Pero lo que sucedió con Nada del amor… fue único. No es común. Y yo no soy alguien famoso, y sin embargo siguen los proyectos para llevar la obra por todo el mundo. Yo observo todo ese fenómeno y lo que recibo es siempre muy sincero y genuino. Salgo del teatro y la gente me espera siempre con mucho amor.  «

Una actriz que fue ícono peronista
Qué me has hecho vida mía. Esta obra teatral musical utiliza como código expresivo el radioteatro para narrar el derrotero de una vida, la de Fanny Navarro: actriz, estrella del radioteatro, el cine y el teatro. Una artista que siendo apolítica y de familia radical se transforma casi por casualidad en un ícono peronista.
Amante de Juan Duarte e íntima de Evita, Fanny tiene una meteórica carrera ascendente, en el que conviven los amores, desamores, la fama, las películas y la presidencia del Ateneo Cultural. Tras ser abandonada por Juan y con la temprana muerte de Eva, es sepultada en vida y condenada al aislamiento, la locura y el olvido popular.
Además de la actuación de Merlino, la obra incluye la experimentación sonora en vivo de Joaquín Segade para recrear las situaciones del radioteatro. Dice el director, Diego Lerman: “Parte de la magia del radioteatro es el despliegue imaginativo que genera lo sonoro. Como si abriese una dimensión desconocida. Eso se extiende por fuera del escenario y abre un universo capaz de transportarnos.”

Fuente: Tiempo Argentino

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