Elena Roger y Michael Cerveris estuvieron al frente del homenaje que el elenco de Evita , en Nueva York, hizo por el aniversario de la independencia argentina
El adiós a Andrea Gilmour Andrea Gilmour falleció días atrás a los 48 años, víctima de una enfermedad. Actriz de teatro y televisión, en el último tiempo acompañaba a su pareja, el productor Raúl Padovani (Música en libertad), en sus giras por España. Fue en un escenario, el de Llave para dos, en el que conoció a su gran amor, en 1996. Gilmour actuó también en El último argentino virgen, con Tristán. En la pantalla chica se lució en La estación de Landriscina, como la hija del cómico, en Jardín azul y en Cebollitas. Junto con Marisa Carreras se encargaba de dirigir y transmitirles su energía a Las Boquitas, las porristas del club xeneize. "Es una tragedia. Murió muy joven una persona tan solidaria y tan hermosa", dijo Padovani. Fuente: La Nación
Una fricción electrizante Subtitulada Oratorio para cuatro cuerpos, la nueva pieza de Torres Molina aborda la decadencia física, la necesidad de consuelo, la culpa y la evocación del pasado. “Intenté no caer en solemnidades: hay humor, ironía y mordacidad”, dice la autora. A la carga eléctrica generada por fricción se la llama estática. Y con esta palabra, Estática, la dramaturga Susana Torres Molina bautizó el texto que escribió en 2002, el mismo que acaba de subir a escena en el Teatro Ofelia (Honduras 4761) bajo la dirección de la propia autora. Torres Molina, que viene de hacer una exitosa temporada con Esa extraña forma de pasión, también de su autoría, decidió convocar a algunos de los actores que compartieron esa experiencia. Así, volvió a reunir a Emiliano Díaz, Silvia Dietrich, Gabriela Saidon y Santiago Schefer, quienes habían dado forma a las diversas situaciones del anterior montaje, referido a la vida en los campos de detención durante la dictadura militar y la relación en
Confesiones de un payaso Desde hoy, el clown presenta “Last Call-última llamada” en el Cervantes. Un ensayo general de Chamé Buendia en la sala Luisa Vehil del Cervantes tiene algunas particularidades. Primero, este salón barroco, con lamparones de humedad, está intervenido por la escenografía de un aeropuerto y varias valijas. Allí transcurre Last Call-última llamada. Buendia se autodirige, tiene solo dos asistentes. Tardó siete años en armar esta obra que se gestó entre España, Francia, Buenos Aires y que forma un dueto con su anterior Llegué para irme. El eslabón es Mr. Piola, el payaso que Chamé viene rumiando desde fines de los 70´ cuando comenzó como mimo con Angel Elizondo. Después lo desarrolló junto a Batato Barea, Guillermo Angelelli, Hernán Gené y Cristina Moreira en el Clú del Claun. “Piola nace en mi investigación sobre el clown, es un ser estresado, desfasado de la sociedad moderna. Primero fue un personaje mímico, después más charleta . Piola, en realidad, es un
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