Elisa Carricajo


Elisa Carricajo: “La Húngara” y sus personajes

Debutó en TV con el pintoresco personaje de “Lobo”, pero en su carrera actoral lleva años transitando por el cine y el teatro.

Yo soy de Mar del Plata” , es lo primero que dice Elisa Carricajo a la hora de presentarse en sociedad. La actriz, de 34 años, hace el papel de “La Húngara” Maira Bolzchnzky en Lobo , la ficción protagonizada por Gonzalo Heredia en El Trece. Su personaje, que en el comienzo aparentaba ser una mujer misteriosa e insensible, se fue volviendo más amable con el tiempo. Resumiendo: Maira llegó de Budapest como parte de un entrenamiento intensivo de seis meses para ser parte de la inauguración de una nueva sede de la empresa en Europa. La Húngara está casada allá y acá se ganó el amor de Fuccile (Alan Sabbagh). El personaje vivía ya en una obra que Elisa hacía en teatro, y le sirvió para su desembarco en la pantalla chica, logrando así que su carrera fluya por las tres vertientes en las cuales un actor puede transitar: cine, teatro y televisión. Y lo hace con gran intensidad. Sus proyectos, fuera de la serie televisiva y antes de ella, fueron y son muchos y variados.

Comenzó sus estudios en el taller de la maestra de actores Alejandra Boero -fallecida en 2006-, siguió estudiando con el director y teórico Alejandro Catalán, y luego entró en un grupo de montaje que tenía el director, dramaturgo y actor Rafael Spregelburd, donde trabajó durante varios años. Este último taller dio como fruto a Fractal , una experiencia que fue un paso más allá del aprendizaje y la docencia, para convertirse en una exitosa puesta en el Centro Cultural Rojas, nacida desde una propuesta de los propios alumnos al director-profesor.

“A partir de ahí participé en varias obras más junto a Rafael, y de ese trabajo más el taller de Catalán, nació Piel de lava, un grupo de teatro que armamos junto a Pilar Gamboa, Valeria Correa y Laura Paredes. Con ellas hicimos tres obras y ahora vamos por la cuarta”, cuenta Elisa. Se refiere a Colores verdaderos , que narra la historia de una secretaria; a la cual siguió Neblina , sobre una banda de Pop; y a la tercera, que fue Tren , una apuesta teatral multimedia que relata la historia de tres mujeres que viajan a una especie de congreso religioso o de autoayuda. “Filmamos el viaje a Mar del Plata en tren, y lo proyectamos sobre una pantalla que hacía las veces de ventana. Sí, yo tiré agua para mi molino”, dice y se ríe por el destino del viaje. Las visuales de Tren corrieron por cuenta de Mariano Llinás y Agustín Mendilaharzu, la dupla con la que el grupo Piel de lava encara su proyecto más ambicioso y faraónico: La flor .

“ La flor es una una película que se está haciendo hace varios años y cuenta de seis episodios largos, de los cuales hasta ahora sólo hicimos dos. En todos estamos nosotras cuatro y son historias diferentes. Se va haciendo en los tiempos que quedan entre las cosas que va haciendo cada uno. Es una película hecha con paciencia, en la cual se va a notar el paso del tiempo en nosotros, y creo que eso es uno de los aspectos más lindos que tiene”, dice Elisa.

Si bien Elisa siempre sintió que lo suyo era ser actriz, ha recorrido un largo trecho hasta lograrlo desde que llegó de Mar del Plata a los 18 años. “Vine a estudiar teatro, porque sentía que allá... no sé... Había hecho algo en Mar del Plata, pero tenía en la cabeza que me tenía que venir para acá, lo cual estuvo bien, pero no tenía ni idea. Me vine con el bolsito, medio María de nadie ”, recuerda con nostalgia. En el camino, estudió Ciencias de la Comunicación en la UBA. A lo largo del tiempo, durante 10 años entre abandonos y retornos, se recibió. Luego de tener su título no hizo nada más relacionado con el periodismo. “Estaba más claro que lo mío era producir contenidos”.

Y ahí fue que llegó su debut actoral en Fractal , la mencionada obra del grupo de Spregelburd que se sostuvo con éxito durante dos años en cartel en el Centro Cultural Rojas. Allí hacía dos personajes: una chica muy peleada con su hermana y una entrenadora de tenis”, recuerda.

De la mano de “La Húngara” Maira, llegó su debut en la tele este año. “Vieron el personaje que yo hacía en una obra que se llamaba Vestuarios y me llamaron. Aquella Húngara era muy mala, y ésta está siendo cada vez más buena. Es muy divertido de interpretar, tiene mucha composición”, cuenta Elisa, que dice que en la tele está aprendiendo y se divierte, aunque aún le sorprende la velocidad y la evolución de los personajes, sumado a la nueva conciencia del espacio que implica trabajar a tres cámaras. “Es muy diferente trabajar para cine, teatro o tele, hay cosas que tenés inconscientes que forman parte del hábito de actuar en otros medios”.

¿Y la masividad? ¿Se siente ya? ¿Te reconoce la gente por la calle? “Estoy un poco caracterizada, y la gente no me dice nada, pero a esta altura del partido, ni me interesa, ni me parece la peor parte del trabajo. Esta profesión tiene que ver con la visibilidad, y si eso te angustia está bueno encontrar la manera de solucionarlo. No me asusta”, anticipa.

En paralelo, Elisa sigue con el teatro y por estos días está dirigiendo una obra futurística que llamó 2040 . “Es un díptico con una que hice hace unos años llamada 2035 , son dos obras que no tienen continuidad narrativa entre sí, pero ambas investigan cuestiones en un futuro cercano, hablar del futuro es analizar el presente”, dice, y cierra citando a Ray Bradbury: ‘No me interesaba predecir el futuro, sino advertir sobre él”.

Fuente: Clarín

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada