Gustavo Monje: Tres para el té


Vuelve Tres para el té, casi un clásico

El disparate y el absurdo, de la mano

En una época en que la cartelera teatral porteña se va despoblando de a poco, Gustavo Monje y Giselle Pessacq se largan a reestrenar. Así son ellos, desde el principio algo de rebeldía y contradicción marcó su encuentro. La primera vez que se vieron apenas si se saludaron y cada uno pensó lo antipático que era el otro; pero a los 15 minutos estaban muertos de risa improvisando para el proyecto por el cual los habían convocado. La cosa funcionó tan bien que pensaron en hacer algo propio y, a pesar de estar casi paralizados de miedo, fueron para adelante. Y allí surgió -hace tres años- este Tres para el té que hoy vuelve al Belisario.

A partir de textos y el imaginario poético de Lewis Carroll, ellos encontraron un código particular en el que la palabra -disparatada y poblada de absurdo- tomaba un protagonismo inusitado para un espectáculo para chicos, aunque muy bien acompañada de música y baile.

"Es un trabajo impecable, en el que puede apreciarse que los intérpretes se divierten y transmiten esa alegría a la platea. Y los niños captan y abarcan mejor que los adultos ese humor fino y ese juego con el disparate que transforma el escenario en un lugar de maravillas, sin efectos especiales, sin impactos visuales, solamente con la magia de la palabra y el gesto", decía Ruth Mehl en su comentario crítico posterior al estreno. Una manera de destacar eso mismo que hoy todavía mantiene unidos a este dúo de actores que luego de Tres para el té hicieron Los fabulosos Grimm, Gotitas de primavera y ya están pergeñando el cuarto espectáculo, uno que los llevará por universos más tenebroso, como los que propone Mary Shelley, la creadora de Frankenstein, o Edgar Allan Poe.

"La verdad es que nos encanta trabajar juntos, somos muy amigos y nos entendemos con una facilidad increíble; es que cuando hay química con alguien, cuando se tiene el mismo código de trabajo, se nota en lo que hacés y creo que eso pasó con nosotros", dice Monje para explicar un poco la persistencia de este dueto que ha tenido gran respuesta por parte del público.

Con un pequeño empujón que les dio el Instituto Nacional del Teatro, que los mandó de gira por el interior con este Tres para el té, Gustavo y Giselle se volvieron a enganchar con ese trabajo que marcó su debut como pareja artística. "Le tenemos un cariño muy especial, es como nuestro primer hijo rebelde", concluye Monje, indudablemente feliz.

PARA AGENDAR
Tres para el té, con Monje y Pessacq. Belisario, Corrientes 1624. Viernes, sábado y domingo, a las 17. $ 40.

Fuente: La Nación

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