Emilio Disi
Emilio Disi
“Yo quería ser Alfredo Alcón”. Se inició en el drama, pero se volcó a la comedia. Hermano de Pepe Parada, se cambió el apellido porque lo llamaban “Paradita”.
No es de esos comediantes que, sin personaje, se vuelven solemnes. O intentan intelectualizar su oficio, confundiendo seriedad con formalidad. Emilio Disi matiza sus relatos con sencillez y sin filtro, aún aquellos en los que no termina como superhéroe. Como cuando cuenta su fallida aproximación a lo dramático. “En el conservatorio teníamos una hora de inglés y después, maquillaje. Un día falta el de inglés y todos se van a tomar un café. Yo me meto en la sala de maquillaje... A los 18 años, soñaba con hacer algo de (William) Shakespeare. Durante una hora me maquillo de Hamlet... te digo, parecía una puerta. Bueno, justo entra el profesor: ‘¿Quién soy?’, le pregunto. ‘Parada’, me dice. Me mató. Pero insistí”, admite el hermano menor de Pepe Parada, al que siguió en el camino artístico, pero con huella propia.
“En realidad, nací para ser futbolista, pero a los 15 años me picó el bichito del teatro, porque Pepe vivía en el Maipo o en el Nacional y yo iba a visitarlo seguido. Y él, que era de revista, me dijo ‘Si querés ser actor, tenés que estudiar’ y eso que era otro gallego bruto como yo. Le di bola y me metí en el Conservatorio de Arte Dramático. En esa época tenías que tener el secundario hecho y, como eran tantas las ganas de estar ahí, en un mes rendí todas las equivalencias de cuarto y quinto año. Y entré a los 16”, recuerda el ex 4 ó 10 -se ufana de haber jugado bien tanto de defensor como de enganche- de las inferiores de Racing, Huracán y San Lorenzo: “No es que me haga el canchero, pero cuando integraba el equipo de los actores, Sergio Renán, que era el director técnico, decía que el único que podía haber sido futbolista profesional era yo. Le pegaba bien con las dos piernas”.
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