Daniel Veronese: El desarrollo de la civilización venidera y Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo


Nota del 8 de agosto

“Son dos estacas que hacen sangrar a las instituciones”

Así define el sentido y la vigencia de Casa de muñecas y Hedda Gabler, las dos piezas del noruego Henrik Ibsen que acaba de adaptar. Veronese sostiene que ambas obras establecen un cierto diálogo. “Lo contemporáneo es lo que me habla y me pega hoy”, señala.

Daniel Veronese por partida doble: al reciente estreno de El desarrollo de la civilización venidera, versión de Casa de muñecas, de Henrik Ibsen, se sumará a partir del viernes próximo (el estreno estaba previsto para hoy, pero se postergó porque se enfermó uno de los intérpretes) Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo, versión de Hedda Gabler, del mismo autor noruego. En el primer caso, el elenco está integrado por Carlos Portaluppi, María Figueras, Ana Garibaldi, Mara Bestelli y Roly Serrano, en el segundo, interpretan Claudio Da Passano, Silvina Sabater, Elvira Onetto, Fernando Llosa y Marcelo Subioto. Ambas obras se presentan en El camarín de las Musas, Mario Bravo 960. En un principio, el director había planeado conjugar ambas piezas en un solo espectáculo, con la idea de que Nora, la joven protagonista de Casa de muñecas, con los años se transformara en la desdichada Hedda, pero esto fue dejado de lado: “Las mejores ideas en teatro, por diferentes razones, muchas veces no pueden ser ejecutadas”, razona Veronese en la entrevista con Página/12. El director evaluó que estaba en juego demasiado material como para compactarlo en un solo espectáculo: “Me di cuenta de que no tenía tiempo ni energía suficiente como para intentarlo”, admite el director, aunque agrega que ambas piezas establecen un cierto diálogo, especialmente si son vistas en ese orden. Lo que queda igual para las dos es la escenografía, que en realidad, corresponde a una obra de varias temporadas atrás, Budín inglés, de Mariana Chaud. No es la primera vez que Veronese utiliza una escenografía de otra obra para realizar un montaje propio: “Me interesa privilegiar la actuación sobre lo escenográfico”, es la explicación que da. “Y me doy cuenta de que los actores brillan cuando trabajan con algo que puede resultarles incómodo”, añade.

Escrita en 1879, Casa de muñecas fue la obra que dio fama inmediata a su autor a causa de las polémicas que acompañaron su estreno, en virtud de realizar una profunda crítica al matrimonio burgués. Nora, la protagonista, abandona a su marido y a sus hijos luego de tomar conciencia del rol humillante que ocupa en su propia casa, una vez desenmarañada una intriga plena de ocultamientos y extorsiones. “Es maravilloso leer Casa de muñecas y todavía pensar: ‘pero aquí una madre –una mujer– está abandonando a sus hijos...’”, escribió el director durante los ensayos, para concluir: “en nuestras cabezas sigue obviamente refrito un pensamiento diferenciado sobre posibilidades, riesgos y suertes fatales a padecer según el sexo que portemos”.

Once años después del estreno del llamado “primer drama feminista”, Ibsen dio a conocer Hedda Gabler, otra pieza protagonizada por una mujer, esta vez fría y manipuladora, pero también incapaz de aceptar el modelo de esposa propio de su época. Así, Veronese explicita: “En espejo deformado, Hedda, dueña de una impermeabilidad asombrosa frente al espíritu humano y a la necesidad del prójimo, se presenta como una tenaz defensora de lo que ella quiere y siente frente al mundo”. Como Nora, también Hedda realiza una crítica a su entorno social: “su inquieto pensamiento femenino se clava con facilidad en la médula de un tejido social hipócrita e insatisfecho”, reflexiona el director y brinda la clave de la razón por la cual deseaba hermanar ambas piezas: “en ambos casos son estacas que aún hoy siguen haciendo sangrar instituciones incómodas frente a textos que estarían ¿fuera? de su tiempo. Y como dos curvas se tocan en el vértice de las cuentas pendientes”.

–¿Cómo versiona los textos que elige?

–El esqueleto de la obra sigue siendo el mismo, aunque yo mueva algunos de sus huesos de lugar. Pero cuando elijo un texto clásico, que está hecho de madera noble, siempre conservo su estructura dramática, por su potencia.

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Comentarios

mondoxibaro ha dicho que…
He visto la adaptación de casa de muñecas, en el FITO (Festival internacional de Ourense), y la verdad, aparte de soberbia la adaptación, sólo puedo y debo añadir que el final, es tan cruel que te deja sin habla y sin manos para aplaudir. Pasan unos segundos y sientes la necesidad de agradecer lo que han hecho sobre el escenario, lo haces, pero sales noqueado.

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