Laura Córdoba y Andrea Chacón Alvarez: Las Carolinas


Un melodrama narrado en interiores

Dramaturga y directora de la obra ganadora del Premio Argentores de Teatro Semimontado en 2006 exploran la conflictiva relación entre dos generaciones de mujeres. “Trabajamos sobre cómo se borra el status de madre e hija”, dicen.

Andrea Chacón Alvarez y Laura Córdoba conversan, divertidas, mientras el fotógrafo les pide que posen. Y no es que la bebida haya surtido repentino efecto: apenas mojan sus labios en el tinto. Sencillamente, son amigas. Se conocieron hace cuatro años en un taller de dramaturgia dictado por Marcelo Bertuccio, donde germinó la obra Las Carolinas, “melodrama de interiores”, que se presenta todos los domingos a las 21.30 en Puerta Roja (Lavalle 3636) y que resultó ganadora del Premio Argentores de Teatro Semimontado en 2006.

Andrea Chacón Alvarez: –¡Qué raro este destapador! ¿Vos decís que tiene un mecanismo?

Laura Córdoba: –Un Ibuevanol es infaltable en la cartera de la dama.

A. C. A.: –¡Ahí está (Adrián) Canale! ¡Canale querido!

L. C.: –A la Bullrich la engancharon con un control de alcoholemia mientras iba manejando y aspiraba el aparatito en lugar de soplar, ¿sabían?

A. C. A.: –¿Que con quién se casó Sofovich? ¡Con quién va a ser!

Con la misma exaltación, casi al unísono, las mujeres cuentan cómo fue aquel ejercicio que les propuso el dramaturgo. “Marcelo te da material para que vayas elaborando tu trabajo”, arranca Andrea, directora de la obra. “La pauta era transgredir la ley de correspondencia de la Filosofía Hermética”, la pisa Laura, la autora. Y continúa: “Mi idea fue contrariar la ley de gravedad. Pensé en una Tierra saturada de agua, en donde llueve de abajo hacia arriba. No es algo que pase realmente, sino que es lo que una hija le construye a la madre para vengarse. A partir de esa escena, armé el resto del texto para atrás. Hasta que terminé sacando lo de la lluvia”, explica jocosa.

Así, lo primero que se ve sobre el escenario cuando la obra comienza fue lo último en surgir: una habitación de departamento con una ventana de persianas rotas, sostenidas por un secador de piso; dos reposeras kitsch rodeadas de revistas de moda y actualidad de la farándula; y, sentadas al poco sol que se cuela hacia dentro de ese reducto, Carolina madre y Carolina hija, charloteando tal como sus creadoras. Hasta que algo inesperado sucede: una carta, una declaración de amor, se desliza por debajo de la puerta. Claro, dirigida a Carolina... ¿Madre o hija? “Así como en el melodrama tradicional hay una cadena de coincidencias que trabaja como conductor de la historia, acá lo que aparece es una ilación de desencuentros”, explica Andrea.

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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola. Desde España, ¿cómo podría conseguir Pequeño drama para dos mujeres, de Andrea Chacón Álvarez? Muchas gracias
Roxi ha dicho que…
porfavor quisiera tener el libreto de la obra ·pequeño drama para dos mujeres" y poder conectarme con la directora y solicitar su permiso de derecho de autor para poder realizar su interpretacion en un festival!!!

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