Roberto Peloni: The Rocky Horror Show y Gardel


Roberto Peloni, un actor camaleónico que despliega todo en los escenarios

EL ARTISTA ESTÁ PASANDO POR UN MOMENTO EXCEPCIONAL: TRAS DEJAR SU PAPEL DEL ENANO LORD FARQUAAD EN "SHREK, EL MUSICAL", QUE BAJÓ DE CARTEL TRAS DOS TEMPORADAS EXITOSAS, PROTAGONIZA "THE ROCKY HORROR SHOW Y PERSONIFICA A JOSÉ RAZZANO EN EL MUSICAL "GARDEL".

El actor Roberto Peloni está pasando por un momento excepcional: tras dejar su papel del enano Lord Farquaad en "Shrek, el musical", que bajó de cartel tras dos temporadas exitosas, protagoniza "The Rocky Horror Show (Maipo, martes a las 21) y personifica a José Razzano en el musical "Gardel" (Molière, viernes y sábados a las 21).

A todo eso se suma una creciente popularidad televisiva ganada a través de "Morfi, todos a la mesa", en las mañanas de Telefe, donde pone de manifiesto su capacidad para la improvisación, el humor, el canto y el baile.

"Nunca tuve la exposición de estos días; y eso que fui siempre de hacer bastantes cosas, como cuando hice 'El fantasma de la Ópera', mientras en trasnoche participaba de una obra en el Maipo Club y después me iba a la milonga a cantar con la orquesta Misteriosa Buenos Aires", señaló Peloni en diálogo con Télam.

Destacó la intensidad de su trabajo el último año y la sensación de vacío que le dejó el fin de "Shrek", donde hizo un trabajo "muy complejo y físicamente muy exigente -como el personaje era de baja estatura durante toda la obra debía actuar de rodillas- y señaló que a sus 35 años, "hacer una doble función, después de un año, es agotador para cualquier físico".

"Tenía toda la protección y un aparato que me cuidaba las piernas, pero el aparato ya se estaba destartalando cada vez más", festejó, pese a que su personaje le disputaba protagonismo al personaje principal y hasta le otorgó el Premio Hugo 2015 en el rubro Lo Mejor de la Temporada.

Esa separación le resultó bastante traumática, dijo, "porque el personaje me dio un montón, una cierta notoriedad y ese premio que fue totalmente inesperado, ya que pensaba que podría llegar a ganar en el rol de reparto, porque sé que me lucía, pero jamás pensé en el galardón más importante".

Respecto de otros lucimientos, como el que tuvo como el maestro de música de Enrique Pinti en "El burgués gentilhombre" o su actual personificación de Razzano en "Gardel", Peloni reconoció que le gusta sentirse "medio camaleón y que sean distintos los colores en los que uno se pueda meter dentro de sus posibilidades; yo no puedo modificar demasiado mi cuerpo ni tampoco la voz, pero uno se va tiñiendo y logrando distintas paletas de colores, lo que es una linda gimnasia".

En cuanto a su labor de cantante opinó que "de chico cantaba muy mal, pero cuando empecé a formarme en comedia musical, en el canto y en la danza, en la Fundación Julio Bocca, en el segundo año de teatro empecé a sentir que tenía posibilidades de cantar cuando empecé a conocer la técnica, pero no tuve nada innato, todo fue a través del estudio y del trabajo".

"De chico no era alguien que me destacara para la actuación, ni siquiera extrovertido -apuntó-, pero hubo algo visceral cuando me enteré que había una escuela de actuación en Lanús, donde yo vivía, porque de casualidad escuché que había una escuela de teatro y, sin haber visto teatro nunca, esa palabra me resulto mágica."

De familia humilde, lo más afín que había presenciado eran programas de TV y los tangos de los que era fanático su padre, se preguntó si para los estudios escénicos "había que pagar", cosa que hubiera sido imposible en su caso.

"Yo no soy cabulero ni creo en el destino, ni tampoco soy místico, pero fui a anotarme y sentí como si una mano me hubiera empujado, por lo que supe que ése era mi lugar y allí estaba mi vocación, aun con todas las dificultades que tenía", sostuvo.

Entró a la Escuela Municipal de Lanús y los tres maestros que tuvo, entre ellos Ricardo Miguélez, quien había ganado una coproducción con el Teatro San Martín, con el que interpretó como trabajo de graduación una obra de Eugène Ionesco en el barrio de San Telmo.

"Los maestros que tuve en la Escuela me pusieron la semilla de lo que iba a terminar siendo; Graciela, mi profesora de segundo me dijo que para ser actor se necesitaban 'las dos A: actitud y aptitud, pero con la primera ya estás', y eso me quedó a fuego", expresó el intérprete.

Agregó que tuvo muy buenos maestros en la escuela de Julio Bocca y Ricky Pashkus, donde junto a la actuación aprendió danza y "tuve la oportunidad de tener clases con Silvia Vasilis, Mabel Veleris en canto lírico y Carlos Gianni, gente que no era mediáticamente conocida", antes de ingresar a la escuela de Julio Chávez, "que fue un maestro con el que pude ordenar todo y ponerle nombre a las cosas".

Fuente: Télam

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