Carolina Calema: Proyecto Brújula


Patria Grande de la escena

La directora Carolina Calema partió de la idea de mostrar los hilos de la producción, involucrando además a dos países. Así nació una obra que aún está en proceso y cuyo estreno formal será dentro de dos semanas.

Un director se encierra durante un mes en un hotel para escribir una obra. A medida que avanza en el trabajo, les pasa las escenas a la directora y las actrices, que las ensayan contrareloj. Un mes después se estrena la obra, en un proceso maratónico, inédito y experimental llamado Proyecto Brújula. Se está desarrollando en Buenos Aires hace quince días y resta otra quincena para que termine (o empiece) con el estreno de una pieza que se verá en Elkafka Espacio Teatral, en Lambaré 866.

La idea surgió hace algunos años en la cabeza de la directora argentina Carolina Calema, y lo hizo bajo dos premisas centrales. La primera fue unir las distintas áreas de la producción de una obra: “Lo veo acá y lo veo en España. Los distintos eslabones de un espectáculo raramente trabajan juntos. Primero alguien escribe la obra, luego se ensaya, la escenografía se hace aparte, lo mismo el vestuario. El trabajo comunitario es esencial, así que cuando pensamos en este proyecto (con la artista Ana Alvarado) se nos ocurrió que todo suceda al mismo tiempo para que tuviera más fuerza”, explica la directora a Página/12.

La otra idea fue construir una “Patria Grande del teatro”. De esta primera experiencia de Proyecto Brújula participan tres actrices de diferentes nacionalidades (la venezolana Sara Valero Zelwer, la argentina Bárbara Traverso y la española Monste Ruano); Calema, que es argentina pero vive en Madrid, y el autor catalán David Desola. Además, el proyecto cuenta con el auspicio y apoyo de instituciones y organismos de casi diez países (aunque es una coproducción entre Argentina, España y Chile), y el equipo de producción planea que la obra gire por distintas regiones luego de su estreno en Buenos Aires. “Nos interesa establecer puentes y no perder contacto con otros países. Creo que eso potencia mucho al hecho teatral”, sostiene la directora.

Si bien antes de empezar había un esquema de metas y plazos más o menos fijados –durante la primera semana se escribirían las primeras escenas y se daría comienzo a la realización de la escenografía, mientras que en la segunda se iría definiendo el vestuario, el espacio sonoro y la iluminación, por ejemplo–, la directora cuenta a este diario que ahora que están en pleno proceso de trabajo se permiten tomarse más tiempo del planeado para aquellas escenas que son más difíciles. “Estamos avanzando. Al día de hoy todavía no podríamos estrenar pero sabemos que estamos con tiempo de descuento y que tenemos que llegar. La presión tiene cosas feas pero por otro lado está buena, porque nos da un impulso distinto”, asegura.

Aunque aún falten dos semanas para el estreno, fijado para el sábado 17, lo que sí pueden adelantar los artistas es que la obra ya se corrió de la idea original. “El punto de partida de la investigación iba a ser mujeres y migración, dos temas que íbamos a abordar con humor. Hoy no es que no haya nada de eso, pero el proyecto fue tomando otro color, uno que incluso nos sorprendió a nosotros mismos”, desliza Calema, que asegura que la obra ya tiene un “eje claro”, aunque todavía le falte un nombre.

Fuente: Página/12

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