Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente


ELTI: la fiesta de la austeridad y la independencia

Arranca mañana la segunda edición del Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente, que promueve un espacio de convivencia entre las diversidades de la región. Creado por el grupo UmaMinga, habrá teatro, danza y música de Argentina, Bolivia, Perú y Ecuador.

Corren los días previos y las UmaMinga no paran. Es que el martes 3 arranca la segunda edición del Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente, que el año pasado sorprendió a más de uno cuando los espectáculos agotaron localidades, las charlas se colmaron de gente y el público ocupó la calle.

Con el ELTI al hombro, este grupo de teatreras se ocupó de alcanzarle maderas al escenógrafo, pasar a buscar por el aeropuerto a los grupos invitados… hasta se las rebuscaron para golpear la puerta de los productores y conseguir un auspicio. Les gusta meter las manos. De ahí el nombre Minga, de origen quechua, que alude a una antigua tradición de trabajo colectivo con fines sociales que tenían los pueblos originarios. Conscientes del bien común, toda la población acudía al llamado en una auténtica celebración.

Por eso hablan de encuentro y no de festival. Además de los espectáculos –a un valor de entrada muy por debajo del que deberían costar–, se abren espacios de intercambio: talleres, charlas y debates que se realizarán en Andamio ‘90, La Carpintería, el Galpón Catalinas Sur y Plaza de Mayo. “Se trata de encontrarnos desde la pregunta, el compartir, desde lo humano”, explica Verónica López Olivera, una de las integrantes. Así, del festival toma lo festivo, pero con la dinámica del encuentro, que busca generar un espacio para mirarse y reflexionar.

Borrar fronteras

No es casualidad que, todas actrices –a las que Ignacio Masjuan aporta el lado masculino–, encuentren sus raíces en el teatro independiente. Desde ese saber generan y defienden el Encuentro y convocan a grupos latinoamericanos igualmente independientes que no llegan a Buenos Aires. “Buscamos la identidad latinoamericana que acá no se conoce, porque hay muchos referentes que todavía no tuvieron la oportunidad de venir”, afirma Florencia Suárez Bignoli. De ahí el lema “Borrar fronteras” que, como cuenta López Olivera, responde no sólo con la cercanía geográfica sino a una historia sociopolítica en común. Con esa premisa como bandera buscan desde la semejanza y la diferencia.

“El hecho de pensar el evento desde una identidad latinoamericana lo vuelve curiosamente contracultural, porque entender nuestro teatro en el marco de ese otro teatro y poder traer muestras de aquello que se está haciendo en el resto de Latinoamérica va contra la energía tradicional de traer el modelo europeo”, opina Mauricio Kartun¸ que participará con "Dorso. El lado en sombras de la creación", una charla sobre sus reflexiones más recientes: los soportes intermedios de la creatividad. En otras palabras, qué hace un creador cuando no hace obras, cuáles son las actividades, las fuerzas, los procedimientos que, previo al propio hecho de creación, inducen a la creación misma.

De Ecuador participa Karaoque (orquesta vacía), de la compañía Muégano Teatro, cuyos primeros antecedentes se remontan a México en 1995. Como cuenta Santiago Roldós, hijo del ex presidente ecuatoriano Jaime Roldós –que también impartirá el taller “Dramaturgia de la Precariedad”–, el grupo se sostiene con sus propios recursos y, muy ocasionalmente, con apoyo de instituciones públicas, ya que son críticos de la gestión de las entidades que los otorgan. También estará Adiós Ayacucho, del grupo Yuyachkani. Fundado en Perú en 1971, es uno de los pocos Teatros de Grupo que mantiene los mismos integrantes desde hace 42 años. El nombre proviene de una palabra quechua que significa “Estoy recordando” y, en consonancia, su teatro indaga en la memoria vinculada, a su vez, con lo contemporáneo. Y por último se presentará la pieza boliviana IMpacífico, con dirección e interpretación de Maque Pereyra, creadora independiente de danza contemporánea, que lleva 18 años en ese terreno.

Estos referentes latinoamericanos son grupos establecidos que tienen la suerte de vivir del teatro. Con o sin subsidios, según el caso, arman un circuito de talleres, festivales y giras que les genera un modo sustentable para vivir. “Si bien son referentes, son independientes de cualquier institución u organismo gubernamental. Ellos cuentan lo que quieren contar y organizan su manera de solventar sus proyectos”, asegura Gabriela Julis.

Pero además de traer elencos extranjeros, la intención es que el Encuentro sea cada vez más federal. Sumada a los espectáculos de Buenos Aires –Carpa quemada, el circo del Centenario, del Grupo Catalinas Sur; el infantil Arpan, el despertar, de Francisco Ramírez; y Chumba Percusión–, este año estará La mirada en el agua, de Llanura, de la provincia de Santa Fe. Fundado en 1973, lleva 40 años de existencia como grupo independiente.

Hacia una reconstrucción de los grupos

Desde las bases, UmaMinga cree en la tarea grupal y colectiva. Por eso para la selección no sólo evaluarán la calidad de los espectáculos sino también la forma en que las compañías convocadas trabajan. “Es importante cómo se maneja el grupo, qué temáticas afronta, cuál es su participación como artistas”, subraya López Olivera. Sobre todo en Buenos Aires, el grupo es una vieja modalidad prácticamente en extinción. “El hecho de que gente con poca experiencia de gestión se pueda juntar y, aunando experiencia, hombro y tiempo consiga algo es absolutamente fuera de formato”, puntualiza Kartun.

Los 40 voluntarios que, además de los integrantes de UmaMinga, intervienen en el Encuentro lo confirman. “Es muy rico ver que genera cierto eco y que se necesitan muchos para agrandar, convocar, para esto de la Minga, del trabajo colectivo, solidario, entre todos”, agrega Maite Velo. El teatro de arte necesita gente que enfrente los obstáculos con pasión y fuerza; en el teatro independiente siempre son muchos.

Está claro que no es el teatro independiente que alguna vez forjaron Barletta o Boero, pero, tras la institucionalización y los subsidios, conserva su fuerza y su elemento contracultural. Como dice Kartun: “La propia hipótesis de la independencia, sea cual fuese el espacio de poder o predominio del cual se quiere independizar, es uniformador. Todo lo que viene al ELTI y todo lo que el ELTI hace se caracteriza por esa voluntad de desmarcarse. Es un teatro que es independiente del sistema comercial y oficial –que de alguna manera instalan determinadas pautas de funcionamiento, económicas y de tiempo. Por eso, no es casual que las mejores producciones de teatro de cada país surjan del teatro independiente, que es el contexto dentro del cual puede crearse teatro de arte”.

La apuesta funciona si cada participante se apropia del hacer que es el teatro, que es vivo, presente y se constituye a partir de todos los que están ahí. “Meter las manos en la cosa tiene su gustito cuando termina para decir: ‘Lo logramos, y juntas’”, festeja Velo.

El largo proceso que se viene gestando desde fin del ELTI pasado para llegar a la segunda edición termina hoy. Las hipótesis de trabajo serán llevadas finalmente a la práctica. Y no hace falta esperar al sábado. Hoy se puede decir: “Lo lograron, y juntas”.


FICHA

Del 3 al 7 de septiembre

Ver programación completa en www.elti.com.ar


ELTI Extensión

Se presentarán las obras teatrales del poeta argentino Arístides Vargas: Instrucciones para abrazar el aire con Charo Francés y Arístides Vargas - Grupo Malayerba, Ecuador, y La razón blindada con Roberto Monzo y Daniel Begino y la dirección de Florencia Suárez Bignoli, Argentina. Luego de cada función habrá una instancia de charla-debate con la presencia de Chicha Mariani, Chicho Vargas e invitados especiales vinculados a los Derechos Humanos. Se realizará el 19 y 20 de noviembre en el Centro Cultural Haroldo Conti (ex ESMA).

Fuente: Revista Ñ

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