Guillermo Fernández: Un amor de tango
Un musical tanguero “a la argentina”
El cantante protagoniza Un amor de tango, la historia de Madame Ivonne, donde interpreta a “un porteñito que vive en Francia” y quiere volver al país. “La gente agradece los sentimientos encontrados”, dice sobre la obra.
La verdadera historia de Madame Ivonne, el célebre personaje de uno de los clásicos de clásicos de la canción tanguera, vuelve a Buenos Aires. Un amor de tango, es la nueva propuesta del director Manuel González Gil (ver recuadro) que encontró en las figuras de Guillermo Fernández y Alicia Vignola al par perfecto para darle vida a una historia con múltiples aditivos. “Yo creo que al hablar de esta obra deberíamos decir que se trata de un musical a la argentina”, aclara Fernández, todavía entusiasmado por el reciente estreno de la obra el último domingo en el Centro Cultural Borges. Y sigue: “El espectáculo tiene texto, es divertido, romántico, sentimental y dramático a la vez, porque queríamos ver como una historia de este tipo pudiese ser presentada de una manera fluida, y que no fuese un dramón para la gente de características telenovelescas. Por eso empezamos a encontrar caminos muy divertidos, y la parte donde se cantan los tangos es muy seria y dramática. La gente lo que agradece es lo referido a los sentimientos encontrados, con una dinámica que siempre está cambiando”.
–¿Cómo es tu personaje?
–En la obra soy el porteñito, que vive en Francia y que tiene la idea de volver a la Argentina. Pero el detalle es que no encuentra la forma de hacerlo porque no tiene trabajo, no le gusta laburar, es un tanguero que vive añorando su ciudad, hasta que encuentra la posibilidad por medio de Ivonne, de embaucarla y llevarla a Buenos Aires para convertirla en la reina del cabaret. El tipo piensa que esa francesa puede ser muy exitosa en nuestro país como cabaretera.
–¿En la obra sólo vos te encargás de cantar?
–Cantamos Alicia Vignola y yo. Nos acompaña el director musical Federico Mizrahi que actúa y toca el piano de manera permanente; también está el poeta-relator encarnado por Luis Longhi que actúa y toca el bandoneón.
–Respecto a la escenografía, ¿cómo se exhiben todos esos cambios?
–La obra no tiene escenografía porque gira en torno a signos teatrales. Todo es muy claro, la dirección es muy buena y el texto es fuerte. Lo interesante de esto es que los tangos son muy conocidos pero no están enteros, se ensamblan de una manera todas sus partes para darle forma a la historia.
–¿Qué tangos participan de la historia?
–“Naranjo en Flor”, “Mi Buenos Aires querido”, “Sus ojos se cerraron”, “Madame Ivonne”. Son todos grandes clásicos que, en vez de estar cantados en su totalidad, aparecen como de a pedazos, y desde ese punto desarrollan la historia.
–¿Cómo funcionaron los ensayos y el acople de cada una de las canciones?
–Nosotros comenzamos en 2011 en Mar del Plata, en toda la temporada de verano y fue un éxito muy grande en el Teatro Colón. Todo se dio muy bien, inclusive con la poca prensa que tuvimos para un espectáculo como este. Lo interesante de este espectáculo es que venía gente muy diversa. A la gente que le gusta el tango le va a gustar, y como es tan divertida y muy bien llevada la gente responde.
–Estrenaron en Buenos Aires después de un año. ¿Por qué se tomaron todo ese tiempo?
–Fundamentalmente porque no conseguíamos sala. Teníamos obra, productor, libro y todo listo para llevar la obra al escenario, pero recién pudimos hacerlo en este año. El público de vacaciones es muy diferente al de las vacaciones, sin embargo el recibimiento que tuvimos fue mejor de lo que pensábamos. Sinceramente, se trata de una obra que puede gustarle a todo el que la vea.
Fuente: Tiempo Argentino
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