Un hueco

El vestuario intervenido por tres actores

Juan Pablo Gómez desarrolla su obra en un ambiente pequeño de un club de barrio, con magníficas actuaciones y un buen montaje

El Estrella de Maldonado es de esos pocos clubes de barrio que aún quedan. Domingo, pasadas las 19, se juega allí un torneo de hockey y, mientras las jugadoras tratan de contraponerles energía a sus nervios, los padres y parientes van y vienen. El lugar tiene ese aspecto tan especial... Se respira a familia, a un ámbito casi íntimo donde se tiene la sensación de que todos se conocen. Algo así como sabor a pueblo (aunque sea en pleno Palermo "de moda"). Tal vez por eso, el director Juan Pablo Gómez y su equipo intervinieron el piso de arriba, más concretamente el vestuario masculino del club.

Era el ámbito ideal para su propuesta. Ya en el sector "visitante" de ese lugar de sudor acumulado, el espectador se ve envuelto en un olor tan rico como desagradable. Irremediablemente remite a velatorio. Es que proviene de las flores de la corona que descansa en una de las esquinas del lugar. En la otra, hay una mesita con café y sandwichitos. Entonces, uno se queda allí, sentadito, como velando a alguien que no conoce y esperando a que lo dejen pasar al vestuario para sentarse en unas gradas y volverse invisible para poder espiar a tres personas.

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Sábados, a las 22; y domingos, a las 20, en el Club Estrella de Maldonado, Juan B. Justo 1439. Capacidad limitada (reservas: 155 708 5927).

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