Alicia Gumá, Roberto Martín, Angela Gianelli, y Aníbal Duarte


Secretos del corte y confección

Artistas de la imagen, sostienen y le otorgan verdad a una obra. Aquí, revelan todas las recetas del oficio.

Un zapato de cristal y un vestido harapiento. Dos prendas alcanzan para delinear en la memoria uno de esos cuentos indelebles. Conscientes de eso y, como el hada madrina de esa misma Cenicienta, detrás de los telones de teatro un grupo de diseñadores y realizadores de vestuario da vida, puntada por puntada, a los personajes que habitan las historias.

El trabajo de los diseñadores se inicia apenas comienza a gestarse una obra, de forma simultánea a las labores del director, los actores y los técnicos. "Durante dos, tres, cuatro meses, hay todo un equipo soñando. Esos sueños se intercambian, se mezclan, se participan, se corresponden", señala Alicia Gumá, creadora de vestuario de piezas que han pasado por las principales salas de Buenos Aires. "El traje -explica- es arquitectura en movimiento. El actor no lo ve, pero lo percibe, lo habita como su segunda casa y eso se transmite, de alguna manera, al espectador. Con las prendas se puede mostrar una sensación de ajuste, de corto, chico, apretado o todo lo contrario: demasiado holgado, como que al personaje nada le va, como si tuviera un rol en la narrativa que no le corresponde".

Varias son las etapas de ese proceso de diseño: la lectura emotiva del libreto, las manifestaciones artísticas de la época en la que se despliega la trama e incluso la inscripción del trabajo en la producción total del director. "Recién después de esa investigación -continúa Gumá- llego a la idea rectora de la obra, que es la esencia que intento transmitir de una forma plástica. Entonces sí, se grafica, se realizan los bocetos, se expresa una paleta de color. En lo personal, de forma simultánea tiendo a buscar los textiles. Realizamos el fichaje técnico, no los moldes, porque de eso saben mucho los que confeccionan. En los teatros oficiales esa actividad se desarrolla muy fluidamente. Pero más allá de la realización del traje, lo que se busca es crear la actitud postural, la caracterización. Porque nosotros diseñamos personajes, no prendas para el espectáculo".

Las hadas madrinas de estos artistas son los realizadores. Roberto Martín, sastre de la sección en el Teatro Nacional Cervantes, cuenta que, aprobada la obra por la oficina técnica, llegan a ellos los figurines con las telas pinchadas. "Conversamos con los vestuaristas -dice- y después con los actores. Les tomamos las medidas y les preguntamos si tienen movimientos bruscos. La confección de un traje es especial cuando un personaje, por ejemplo, gatea". Martín se refiere a los secretitos del oficio: aplicar elásticos en las entrepiernas o debajo de los brazos, reforzar las costuras para que no haya ningún desperfecto sobre el escenario, usar abrojos cuando los cambios son muy rápidos.

Más en Clarín

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada