Pablo Inza y Alberto Goldberg: Festival Cambalache


Construir en el aire

Artistas y organizadores del encuentro, Pablo Inza y Alberto Goldberg hablan de la fusión de danza, teatro y tango.

Acaba de concluir la quinta edición del Festival Cambalache, un encuentro de fusión entre danza, teatro y tango. Cinco días de funciones, veinticuatro obras, siete programas diferentes y una gran cantidad de público hablan del desarrollo que Cambalache ha ganado en este lustro. Dentro de la muy heterogénea programación pudieron verse obras muy buenas: Living, de Pablo Inza y Mariela Sametband; Dos entraños son... de Maximiliano Avila, que protagonizaron el mismo Avila y Adriana Pérez; Viento Sur, de Leonardo Cuello, y Sintonías, de Milena Plebs. También fue muy interesante el trabajo Quebrada, con la estupenda Marina Carranza y la dirección de Karine Monneau.

Buen momento para hacer un balance: los organizadores Pablo Inza (bailarín profesional y maestro de tango, una extensa trayectoria en el exterior) y Alberto Goldberg (bailarín aficionado, director de teatro) lo encaran con franqueza; José Garófalo, que completa el trío directivo, no está presente en la entrevista.

¿Reconocen cambios a lo largo de estos cinco años?

Inza: Se fue dando sobre todo un acompañamiento mutuo entre los artistas y el festival. Cambalache necesita de los grupos para existir y a la vez hay grupos que se conforman sólo para presentarse a Cambalache. Se ven obras más trabajadas, más pensadas, con un poco de riesgo incluso.

Goldberg: Es un espacio interesante para los artistas de tango. Cambalache es un lugar donde pueden encontrarse cosas nuevas. Participar, ver lo que hacen otros, pensar y discutir.

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