Mirta Busnelli

Mirta Busnelli: "Casi todos mis personajes están perdidos"

Además de sus cuatro papeles de este año (en "Los exitosos Pells", "Socias", "Todos contra Juan" y "Mujeres asesinas"), la pantalla chica del 2008 la tuvo también en las repeticiones de otros tres ciclos: "Una familia especial", "La niñera" y "Por ese palpitar". A su galería de variadas mujeres, le sumó sus criaturas de la obra "Los padres terribles" y de la versión cinematográfica de "Nunca estuviste tan adorable". Todas sus "chicas" comparten una densidad que le permite a ella explorar su rica paleta de recursos. Retrato de la intensidad.

No tiene más camiseta que la propia. Tal vez por eso puede jugar varios partidos al mismo tiempo. En este 2008 que quema sus últimas hojas, no fue ni es la cara de un sólo programa, ni siquiera de un sólo canal. Ni siquiera de un solo medio. Mirta Busnelli aparece por Telefé. Por Canal 13. Por América. Detrás de un telón. O en pleno rodaje. Asoma como madre de, como rival de, como la vecina de, como esposa de, siempre a cuento de un vínculo, pero siempre, también, con peso propio. Las suyas, según el complejo abanico de las criaturas que desplegó este año -entre actuales y repeticiones en TV-, son mujeres densas. Tanto, que hasta una bajaba del más allá: Estrella se llamaba, bonito para una actriz que curiosamente dista de ese sustantivo.

Sentada a la mesa de un bar, a cielo abierto, en una vereda transitada de Palermo, ella es una vecina más que toma un té antes de cenar y no hace gala de la fama que le devuelven los que pasan cerca. Responde a la bocina como guiño, al guiño de un fan de Los exitosos Pells, al reconocimiento de quien la descubre en una charla distendida, con su intensidad como sello. La gestualidad desplegada, la carcajada, esos ojos claros bien abiertos cuando repregunta, el reflejo para acotar un chiste corto, y al pie, la pintan en la estridencia de un modo que no tiene que ver con el oficio, sino con su manual de estilo. Con o sin la cámara, con o sin el grabador, con o sin maquillaje, Busnelli es una mujer intensa, gratamente intensa.

Condimento, ése, que encuentra terreno fértil en los personajes que la ficción suele tenerle preparados: mujeres alteradas, ambiciosas, desesperadas, socias o asesinas. Y este año, casi como una exageración numérica para fijar la idea, lució las ropas de nueve criaturas bien diferentes, repartidas entre el teatro, el cine y la TV: hasta junio, fue la protagonista de Los padres terribles -la obra de Jean Cocteau-, hace unos meses filmó la versión cinematográfica de Nunca estuviste tan adorable y ahora se luce en sus papeles de Los exitosos Pells (a las 22, por Telefé) y de Socias (miércoles a las 22.45, por Canal 13). En la tira tiene exquisitos contrapuntos actorales con Hugo Arana -cada uno maneja un canal de noticias y tuvieron una encendida historia de amor- y en el unitario encarna a la compleja madre de la compleja "chica moderna" que interpreta Nancy Dupláa.

"Casi todos mis personajes están perdidos, como salidos de un eje. Todos tienen una complejidad muy interesante", grafica Busnelli, quien la semana pasada tuvo una participación especial en Todos contra Juan (martes a las 22.15, por América), como una actriz consagrada que "robaba sin darse cuenta". A esos cuatro papeles a los que le prestó el cuerpo este año, por esas cosas de la industria televisiva local, que le echa mano a las repeticiones para completar la grilla ante bajas sorpresivas, se le sumaron sus viejos trabajos en Una familia especial, en Por ese palpitar y en La niñera (ver Una galería con todos...).

Si bien ella considera que "ninguno es un año más", tampoco le adjudica al 2008 un toque exagerado de bendito San Cayetano. Prefiere contar con soltura la seguidilla de convocatorias y casualidades que fueron haciendo de estos meses una realidad ficcionada: "Cuando empezó el año yo seguía con la obra que habíamos estrenado en el 2007, después grabé el piloto de Los Pells y luego los capítulos, pero mucho antes de que tuviera pantalla. En el medio me llamaron para Socias y me fascinaba la idea de volver a trabajar con Pablo Fischerman, quien me había dirigido en Por ese palpitar. El programa me gustaba mucho y, además, los unitarios, como formato, cuentan con un previo apoyo mío... De entrada tenés cinco días para grabar un capítulo y eso ya te da una idea de modo de trabajo, de posibilidad de desarrollo, de búsquedas".

Pero varias tiras te han tenido en sus filas, como "Los exitosos Pells" ahora o "como pan caliente" hace unos años...

Yo defiendo a ultranza al unitario, pero no condeno la tira. Avalo todo aquello que se pueda hacer bien, aunque corras el riesgo de hacerlo mal, pero cuando ya no te dan los tiempos para hacerlo bien, me parece más una tortura que otra cosa. El formato de la telenovela, en general, tiene más que ver con un mecanismo de producción que de creatividad. Participar en una tira te lleva a un trabajo muy exhaustivo. Es trabajo y no se discute. No soy prejuiciosa. Lo que importa es que lo se haga esté armado para salir bien. Luego, lo que ocurra en pantalla, es otro tema.

Más en Clarín

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada