Andrés Bazzalo: Escrito en el barro


Vicios privados y públicos

El autor y director analiza el sentido de la obra, una versión libre de Otelo, de Shakespeare, situada en la Mesopotamia argentina en plena Guerra de la Triple Alianza. “Quise encontrar una justificación de la tragedia”, subraya.

Alrededor de 1860, en plena guerra contra el Paraguay, en un campamento de soldados leales a Mitre se desenvuelve una historia que sigue de cerca a la que William Shakespeare tituló Otelo, el moro de Venecia. Andrés Bazzalo la bautizó Escrito en el barro y, aunque el orden de los sucesos está alterado y son sólo seis los personajes que los cuentan, en esta versión libre cada uno se comporta siguiendo los mismos móviles que en el texto original. El coronel Sosa es, como el moro, valiente y eficaz, celoso y amante de su jovencísima esposa, Mariana, que ha llegado desde la ciudad hasta el campamento luego de una boda a escondidas. Por su parte, el intrigante Yago de la tragedia shakesperiana es aquí Santiago, el arriesgado militar que en vez del esperado ascenso a capitán debe soportar que Miguel (Casio, en el original) ocupe un lugar cerca de Sosa, aun cuando apenas ha llegado al frente de batalla.

“Cambié el enclave militar en la isla de Chipre por un puñado de tiendas de campaña en el litoral argentino por 1863 –detalla el autor en una entrevista con PáginaI12–, con los personajes literalmente hundidos en el barro, en el fin del mundo, así la metáfora del poder que se disputa se vuelve patente y vigorosa”, argumenta. No obstante, la intención del autor no fue analizar la Guerra de la Triple Alianza sino encontrar una justificación de la tragedia, esto es, “reproducir las condiciones y necesidades para que una sociedad ‘blanca’, de ascendencia europea, precise de los servicios de un ‘pardo’, de un hijo de la tierra”. Luego de realizar una gira por España, Escrito... acaba de reestrenarse en el teatro El Grito (Costa Rica 5459) bajo la dirección del mismo Bazzalo. El elenco está integrado por Emilio Samar, Daniel Dibiase, Jorge Prado, Joaquín Berthold, Heidi Fauth y Adriana Dicaprio.

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