Agustina Muñoz y Manuel Ameztoy: El calor del cuerpo


Nota del 12 de septiembre

En una playa de colores atrapantes

La obra de Agustina Muñoz se desarrolla en medio de una instalación escenográfica de Manuel Ameztoy

En medio del cada vez más complejo y creativo territorio de cruces entre disciplinas artísticas, hoy se estrena El calor del cuerpo, un trabajo para el cual su creadora, Agustina Muñoz, convocó al artista plástico Manuel Ameztoy. Ella conoció su obra en el Barrio Joven de ArteBa, edición del 2005, en donde él había armado un chill out con guirnaldas de papel colgando del techo. Aquello le encantó, consiguió su mail y le propuso sumarse a su nueva obra. Ahora acá están, observando casi con asombro la instalación escenográfica que ocupa buena parte del espacio escénico en este nuevo montaje de la creadora de Las mujeres entre los hielos , una propuesta que fue su carta de presentación.

"Como soy público de teatro y de ópera, me interesa todo ese movimiento porque me parece muy estimulante. Por otra parte, el teatro independiente muchas veces no llega a la instancia de la escenografía porque está muy centrado en lo actoral. A mí me gustaba el desafío de hacer algo ultrarrefinado para el teatro independiente", apunta un habitué de Fundación Telefónica, la galería Braga Menéndez y de diversos museos estatales.

"Visualmente la escenografía es una bomba y la hicimos con muy poco dinero", se entusiasma ella con razón. Claro que en su anterior trabajo, entre el vestuario de Flavia López Foco y la escenografía de Clara Díaz también se armaba algo de una enorme potencia visual. Si aquella vez el espacio estaba despojado, esta vez Ameztoy hizo una segunda versión de aquel trabajo de ArteBa apelando a la fliselina (tejido sintético) que caló con bisturí siguiendo un patrón único vegetal. El resultado es una escultura blanda de colores fuertes que se convierte en el marco ideal para recrear la playa en la que están los personajes.

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