Greta y Gaspar


La guerra entre gatos y ratones

El amor es el resultado de esta fábula contra la discriminación y los prejuicios

Al comenzar la función, la escena muestra el interior de una casa con varios niveles, escaleras, puertas y ventanas. Al parecer en el subsuelo se esconden los ratones. Se puede observar cómo corretean. Por otra parte, en las oficinas de la Empresa Pinkerton de desratización se realiza una entrevista: el dueño quiere encargarle al gato Gaspar la destrucción de Ratópolis. Para ello, deberá atrapar a la joven líder de los ratones, la temible Greta. Gaspar la observa en un video y la encuentra muy atractiva. Greta es una ratoncita esbelta, que parece una guerrera ninja. Gaspar agrega que no le interesa para nada este antagonismo entre gatos y ratones. Es joven, le importa la música que él hace y tener tiempo para practicar con el saxo. Pero lo presionan y se compromete a conseguir los planos del centro de resistencia de los roedores.

La obra se desenvuelve entre secuencias de corte policial y momentos románticos, cuando los protagonistas se cruzan. Finalmente, Greta y Gaspar resuelven sus contradicciones y desechan las diferencias que quieren imponerles otros.

El espectáculo ha recurrido a interesantes máscaras que están montadas sobre las cabezas de los titiriteros, mientras el vestuario simula la piel de los animales. Los gatos, además, se mueven como felinos. Los ratones corretean y, en algunos casos, están representados por títeres más tradicionales.

Los dos personajes principales, Gaspar y Greta, están bien definidos, resultan atractivos; él, con su fuerte y lánguida presencia; ella, inquieta, ágil, combativa.

Más en La Nación

En el Teatro de la Ribera, Pedro de Mendoza 1821. Sábados y domingos, a las 16. Localidades: $ 15.

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