El mundo de Nazarena


Nazarena reciclada para chicos

Debutó en Tigre con El mundo de Nazarena, un espectáculo de revista para las vacaciones de invierno, donde se habla mal de la Cenicienta y los chistes son autorreferenciales de su fama mediática. Magia, trapecio y canciones de amor.

El viaje para llegar hasta El mundo de Nazarena es largo: hay que manejar poco menos de una hora desde Capital para llegar a ruta 27 y Canal Aliviadores, una esquina a minutos de la estación de Tigre (y cerca de Nordelta, donde vive la blonda protagonista del show). Finalmente se llega, sí, a una carpa de circo a la antigua, de forma octogonal y colorida hasta el hartazgo, donde uno espera ver tigres y leones, pero se encuentra, en cambio, con Naza.

La música circense da comienzo a la función, y dos trapecistas ofrecen un espectáculo de telas que ayuda a creer que lo que vendrá será placentero. Error: la emoción se desdibuja cuando unas bailarinas alla Tinelli (que, como en el mundo de Marcelo Hugo, son más agraciadas que talentosas) esbozan su coreo para introducir a la estrella, que corre el telón violeta y resplandeciente para abrirse paso, vestida de tutú blanco que deja entrever la colita y escotado corsé fucsia, envuelta en aplausos y ¡aullidos! del público, en su mayoría vecinos del lugar. Ahora sí, comenzó la fiesta y Nazarena canta su canción de bienvenida, que propone: “Los papis, contentos, se divertirán”.

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