Ostras frescas
Ostras frescas No son Estragón y Vladimiro beckettianos, sin embargo, se parecen en esa espera infructuosa que los coloca frente acontecimientos que nunca van a suceder, mientras matizan el tiempo desnudando inconscientemente las debilidades que los definen como seres grises, mimetizados con su propio entorno y encaminados hacia su destino trágico. Dos hombres se encuentran en una plaza a la espera del sepelio de un coronel. Su cuerpo llegará en un tren y en esa espera aprovechan los minutos vacíos para ir definiéndose en su cotidiano vivir: amargos fracasos, aspiraciones truncadas, deseos olvidados en eternas postergaciones. Esa espera marcará una nueva frustración al enterarse que el tren no trae el cuerpo del tan elogiado coronel, sino un cargamento de ostras frescas. No importa, el haber cumplido con el compromiso los deja satisfechos y se despiden para retomar su llana existencia. El texto de Cano se destaca por esa carga de infelicidad que imprime a sus personajes qu...