Una fricción electrizante Subtitulada Oratorio para cuatro cuerpos, la nueva pieza de Torres Molina aborda la decadencia física, la necesidad de consuelo, la culpa y la evocación del pasado. “Intenté no caer en solemnidades: hay humor, ironía y mordacidad”, dice la autora. A la carga eléctrica generada por fricción se la llama estática. Y con esta palabra, Estática, la dramaturga Susana Torres Molina bautizó el texto que escribió en 2002, el mismo que acaba de subir a escena en el Teatro Ofelia (Honduras 4761) bajo la dirección de la propia autora. Torres Molina, que viene de hacer una exitosa temporada con Esa extraña forma de pasión, también de su autoría, decidió convocar a algunos de los actores que compartieron esa experiencia. Así, volvió a reunir a Emiliano Díaz, Silvia Dietrich, Gabriela Saidon y Santiago Schefer, quienes habían dado forma a las diversas situaciones del anterior montaje, referido a la vida en los campos de detención durante la dictadura militar y la relación en