La vida extraordinaria



Lo simple devenido extraordinario

Por Hernán Salcedo

Una ciudad en el fin del mundo. Dos mujeres unidas por una amistad a lo largo de los años. Un recorrido sensible por los amores y las muertes que van tejiendo esas vidas frágiles, únicas.

En una travesía entre ilusiones y fracasos, alegrías y dolores, Mariano Tenconi Blanco lleva a escena como escritor y director una historia común, de personas simples, con la habilidad de quien conoce cómo hacer de lo común un hecho artístico extraordinario.

“La vida extraordinaria” se inicia con referencias a los orígenes de la vida en la Tierra, ideas que van de las teorías científicas a las creencias milagrosas. Pensar lo universal antes de espiar la vida de dos personas, podría darle un marco de insignificancia a lo que se va a contar. ¿Qué lugar tienen dos vidas humanas, breves, en la historia de la vida en la Tierra? Ninguno. Menos si se trata de vidas ordinarias, de esas que pasan sin estridencias ni dejan huellas. Sin embargo, la fluidez con la que transcurre el relato, los detalles que van construyendo la psicología y sensibilidad de los personajes, los saltos no lineales en el tiempo, ponen a este vínculo de amistad a la altura de esas historias que quedan en el recuerdo. Lo pequeño convertido en universal. Los años tratados como si fueran hojas de un libro. Frente a un texto tan hermoso, uno puede dejarse llevar por el relato y escuchar las palabras con el mismo placer que se saborea un buen libro.

Blanca y Aurora, de nombres pulcros y esperanzadores, despliegan sus oscuridades y ocasos. Y el espectador las ve vivir como si estuviera espiando sus diarios íntimos. No hay manera de ser indiferentes a esas dos mujeres porque lo que les sucede es lo que nos sucede a todos. Están contando nuestras historias, las de nuestros padres. Al abrir su intimidad al público, conversan con nuestras propias ilusiones, nuestros miedos y pasiones. Están hablando del amor y la muerte, ¿qué otros temas nos pueden conmover o inquietar más que el amor y la muerte?

Las interpretaciones de Valeria Lois y Lorena Vega son excelentes. Conmueven y hacen reír como si el drama y la comedia fueran la cara de una misma moneda. La dirección de Tenconi Blanco es impecable. Todo está bien en el escenario: las palabras, los desplazamientos de las actrices, las pausas, las luces, el ritmo.

También se destaca la música. Por su belleza y por su efecto dramático, crea un clima ideal para sumergirse en la historia. Fue compuesta para la obra por Ian Shifres, quien además la ejecuta en escena junto a Elena Buchbinder.

“La vida extraordinaria” es una obra muy recomendable. Ir al teatro para sumergirse en un relato interesante y encantador, con excelentes actuaciones y una puesta prolija y sensible, es una experiencia imperdible.


Las funciones son los sábados y domingos a las 20.30 en Timbre 4, México 2554. Hasta el 27 de febrero. Localidades: $800. En venta a través de Alternativa Entradas.

La vida extraordinaria

Actuación: Valeria Lois y Lorena Vega
Narración: Cecilia Roth
Música en vivo: Ian Shifres y Elena Buchbinder
Escenografía: Ariel Vaccaro
Vestuario: Magda Banach
Iluminación: Matías Sendón
Música original y dirección musical: Ian Shifres
Coreografía: Jazmín Titiunik
Video: Agustina San Martín
Mapping: Blas Lamagni
Peluquería y maquillaje: Agustina Luque
Asistencia de dirección: Ana Schimelman y Sofía Etcheverry
Producción: Carolina Castro
Dramaturgia y dirección: Mariano Tenconi Blanco

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