Para partir



“Para partir”: el teatro como ritual del adiós

Por Hernán Salcedo

Una casa en el mar, pequeña, con un muelle. Roberto, su dueño, reúne en ese espacio a quienes formaron parte de su vida. Los convocó para despedirlo porque hace unos días se suicidó.

Cuando alguien se mata, la culpa y una infinidad de preguntas sin respuestas quedan flotando. ¿Qué es lo que no supimos ver? ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué decide dejar de vivir? ¿Por qué nos hizo esto? ¿Quién era realmente? Esos son los interrogantes que, sin enunciarlos, parecen hacerse los personajes.

Son las mismas preguntas que nos hacemos como espectadores, mientras vamos armando la historia. Como si la vida de Roberto fuera un barco que se hundió a cierta distancia de la costa y trajera de a poco los objetos y las ropas de quienes navegaron en él.

“Para partir”, escrita y dirigida por Ignacio Sánchez Mestre, tiene a la muerte en el centro del relato pero abordada sin el peso trágico que carga ese tema. Creó una historia que se recibe con una sonrisa y eso se agradece. Es un relato cotidiano, con voces que reconocemos, atravesado por un aire fantástico, que es el gran logro de la puesta.

Roberto reunió a su hermana, su ex mujer, sus dos hijas, otro hijo que ellas no conocían, y una joven amiga. Hay momentos de tensión, hay secretos, hay carcajadas. Hay dolores. Y también hay alcohol, que ayuda a ventilar las emociones. Una pipa, una foto, un diccionario, libros, té, y un pasado de amores, desamores y abandonos en el aire.

La obra se destaca por una narrativa fluida en la que cada personaje va dando su versión de Roberto, de sí mismo y de la vida. Las actuaciones en conjunto son sólidas y se agradecen los toques de humor y sarcasmo, sobre todo en Mara Bestelli y Mónica Raiola. Por su parte, la escenografía de Laura Copertino y la iluminación de David Seldes le dan un marco perfecto a la puesta.

Pero lo más interesante de todo es que el suicida (Luciano Suardi) está en escena. Camina entre los otros personajes, los mira, los manipula, toma sus cuerpos, los hace hablar. Este recurso le da ritmo a la obra y a la vez le imprime un clima onírico. Pasado y presente superpuestos en la fantasía del dispositivo teatral.

Desde el título, “Para partir” abre una puerta y la cierra. Partir es dejar un lugar, irse. Pero también es dividir algo en partes. Quienes fueron parte de la vida de Roberto se llevan algo de él. Y a su vez, con su partida, ven los pequeños trozos con los que ellos mismos se van armando y desarmando al vivir. Y partir así hacia su propio camino.


De jueves a domingos a las 20:30, en el Teatro Sarmiento -Avda. Sarmiento 2715, CABA-. Platea: $210. (jueves, día popular, $105)

"Para partir", de Ignacio Sánchez Mestre
Elenco: Luciano Suardi, Mara Bestelli, Mónica Raiola, Paula Grinszpan, Mariel Fernández, Andrés Pruss y Sofía Saborido.
Coordinación de producción: María La Greca.
Productor técnico: Claudio Del Bianco.
Asistentes de dirección: Celeste Faillace y Daniela Sitnisky.
Asistencia de iluminación: Facundo David.
Asistencia de vestuario: Ailén Zoe Monzón.
Asistencia de escenografía: Miranda Pauls.
Asistencia de dirección: Tomás Mesa Llauradó.
Diseño de sonido y música original: Fernando Tur.
Iluminación: David Seldes.
Vestuario: Lara Sol Gaudini.
Escenografía: Laura Copertino.
Dirección: Ignacio Sánchez Mestre.

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