Las cosas de Mabel


Lo cotidiano y los afectos en el final de la vida

Por Hernán Salcedo

Mabel, una anciana de más de 80 años y con problemas en las articulaciones, se vincula con Iván, un joven enfermero contratado para que la acompañe, la ayude, le dé sus medicamentos y la guíe en sus ejercicios físicos. Ese es el planteo básico de "Las cosas de Mabel", que con dramaturgia y dirección de Cecilia Meijide puede verse en el Teatro Beckett.

Más allá del vínculo laboral, lo que se construye en la escena es que entre ambos personajes ya hay un vínculo humano, cariñoso, que les permite compartir emociones. Iván pasa mucho tiempo en la casa de Mabel, un espacio grande repleto de muebles viejos y objetos donde sobra lugar para las palabras, los silencios, los momentos compartidos.

El rol de Mabel está a cargo de Rosario Varela, que transforma su cuerpo con destreza para componer a la anciana. La particularidad de esta interpretación es que la actriz es joven y toda su composición está sostenida por el juego teatral. Mediante torpezas físicas y notable verborragia, da vida a un personaje querible y tierno, con la fragilidad que caracteriza a toda persona que ha vivido muchos años. Iván, interpretado por Ignacio Torres, viene de una ruptura amorosa y parece ver en Mabel a una persona que pese a sus debilidades siempre está dispuesta a escucharlo y quizás hasta puede enseñarle sobre la vida.

La relación afectiva entre Mabel y el enfermero se ve afectada por la aparición de Fabián, el hijo de Mabel. De aspecto abandonado y carácter serio y frío, contrasta claramente con el aire cotidiano y amoroso en el que se desenvuelven la anciana y el enfermero. Fabián, interpretado por Ignacio Bozzolo, no es un personaje noble y guarda secretos que le dan una cuota de intriga a la historia.
´
En "Las cosas de Mabel" las actuaciones fluyen, son correctas, pero en algunos momentos podrían profundizarse un poco más. El diseño de luces de Santiago Badillo acierta de acuerdo a las necesidades del relato.

La escenografía de Cecilia Zuvialde está demasiado saturada. Sin embargo, la abundancia espacial tiene un efecto poético destacable al pensar en un espacio amplio y lleno de objetos en contraste con el tiempo de la vejez, diminuto, corto y, en el caso de Mabel, vacío.

Es en la simpleza de la historia, la ternura que subyace y el tejido de los diálogos donde radica el mayor logro de esta obra. Cecilia Meijide escribió una historia tierna, sensible, con algunas intrigas, que con inocencia y cotidianidad habla de la profundidad de los vínculos humanos o la falta de ellos. ¿Quiénes son las personas más importantes con las que nos vinculamos? ¿Qué mentiras y qué distancias pueden soportar los vínculos familiares? ¿Qué pasa cuando esos vínculos ya no están? Un espectáculo para reflexionar sobre los vínculos y sus ausencias.








Una publicación compartida de Las cosas de Mabel (@lascosasdemabel) el



"Las cosas de Mabel" puede verse los jueves, a las 21, en Beckett Teatro, ubicado en Guardia Vieja 3556 (CABA). Entradas $300 (Estudiantes y jubilados $270) Reservas por Alternativa teatral o por teléfono al 48675185.




Las cosas de Mabel
Dramaturgia y dirección: Cecilia Meijide
Elenco: Ignacio Bozzolo, Ignacio Torres, Rosario Varela
Diseño de escenografía y vestuario: Cecilia Zuvialde
Diseño de luces: Santiago Badillo
Diseño gráfico: Barbie Delfino
Prensa: Carolina Reznik
Asistencia artística: Cecilia Rodríguez
Producción ejecutiva: Zoilo Garcés

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada