La payanca

Tragedia rural shakespeariana

El creador de espectáculos como Ranas y La intención de las palomas acaba de estrenar La payanca, un texto singular que recupera aspectos de la historia y a cuatro personajes de Hamlet, de William Shakespeare. En su pieza, Ham, Ofelia, Claudio y Gertrudis son trasladados a una isla casi perdida en la que han sucedido una serie de acontecimientos trágicos. La llegada de Ham, hijo de Gertrudis, quien se ha mudado a Buenos Aires, desata una serie de conflictos que llevan a develar ciertas atrocidades cometidas por Claudio. Ofelia, una criatura sumamente inquietante, es quien guiará al muchacho para que la verdad salga a la luz.


La trama de esta ficción, próxima a una tragedia rural, expone un planteo sumamente interesante y un final sorpresivo que atrae sobre todo porque, para los conocedores de Hamlet, genera una gran expectativa pensar en el desenlace; en cómo esas criaturas sacadas de su contexto irán desenvolviéndose frente a los hechos hasta llegar al sangriento final que expone el original shakespeariano.

Si bien los procedimientos dramatúrgicos que desarrolla Fernando Ferrer resultan atractivos, hay en el diseño de los personajes cierta falta de profundidad, excepto en el caso de Claudio, quien posee más posibilidades de desarrollo. Merece destacarse que el rol de Ofelia tiene aquí una sugestiva presencia. Es quien por momentos lleva la línea de la acción y tiene una elaborada intención.


En lo actoral, el espectáculo gana en intensidad cuando promedia la obra. Es allí donde cada uno empieza a develar su verdadera conducta y donde la realidad de esas relaciones va tomando forma y se fortalece.

Como en el original, la presencia de Gertrudis (Estela Garelli) es algo opaca. Intenta escapar de los reclamos de su hijo y defiende su nueva relación con su cuñado sin mostrar interés por ciertas evidencias que van apareciendo. El personaje, sobre el final de este texto, toma otra actitud y hasta está dispuesta a matar. En esas escenas, Garelli hace crecer a su personaje.

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La Ofelia de Sofía Gala Castiglione muestra ingenuidad y temor, pero también mucho valor a la hora de buscar la verdad. Santiago Pedrero construye a Ham, temeroso y algo extraviado, en una línea que no le permite alcanzar un mayor protagonismo. Por el contrario es muy elocuente la recreación de Alejandro Paker (Claudio), que encuentra el sarcasmo necesario para dar acabada cuenta de quién es realmente.

El espacio elegido dentro del Konex atenta bastante contra esta representación, que necesitaría un ámbito más contenedor. La intimidad de ese mundo que se muestra debe llegar a la platea de manera más efectiva.

Fuente: La Nación

Sala: Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131 / Funciones: miércoles, a las 21

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