Sola no eres nadie

Una mujer, un hombre

Sola no eres nadie es una obra hermosa con un título acertado. También este título tiene un sabor a melodrama, y además aquí la protagonista es pobre, provinciana y sufre. Pero el relato está lejos de los lugares comunes y de la superficialidad de los conflictos. Con una dramaturgia sencilla y eficaz, Natalia Villamil nos cuenta vicisitudes de una mujer que ha nacido en un cuerpo de hombre. Además, esta mujer viene del interior, y no tiene tan a mano las herramientas de la cultura ni del psicoanálisis. Trabaja en casas de familia, donde encuentra a alguna persona que la respeta, y le devuelve esa imagen que necesita, que la nombra como mujer o como mamá. ¡Es tan poco lo que necesita para encariñarse y ser feliz! Pero también luego debe separarse de esas buenas personas porque otras la discriminan con violencia. Y siempre vuelve a buscar otro trabajo, otro hogar...

Mariano Mazzei, que interpreta amorosamente esa tensión entre la masculinidad del cuerpo y la femineidad del alma, me recordó a Eddie Redmayne en La chica danesa, porque ambos actores comprenden esa fuerza interna, que es irrevocable, y que un día, puede aprender a prescindir de los espejos.

Sola no eres nadie, de Natalia Villamil

La Carpintería (Jean Jaures 858, Abasto). Domingos, a las 18.30.

Fuente: La Nación

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