Pedro Velázquez: Bare, una ópera pop


Bare, una ópera pop: el amor adolescente duele

Adaptado por Pedro Velázquez, el exitoso musical del off Broadway se estrena hoy en el teatro Apolo porteño

"No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay ni fingirlo donde no lo hay", decía el escritor francés François de Larochefoucauld, frase célebre que podría tomarse como el reflejo del espejo en donde se miran Jason y Peter, los protagonistas de esta historia de amor tan fuerte como dolorosa. Dos adolescentes que se enamoran e intentan afrontar ese sentimiento -cada uno a su manera- en un contexto tan rígido como lo es un internado católico ortodoxo. Ése es el núcleo de lo que se narra en Bare, una ópera pop, un musical del off Broadway que tuvo más de 20 versiones en todo el mundo y esta vez el público argentino tendrá la oportunidad de disfrutar.


Este largo camino empezó en 2013, cuando Pedro Velázquez, director de la puesta, viajó a Estados Unidos para recorrer la Gran Manzana. Como todo amante del teatro musical, llegar a conocer los teatros de Broadway es uno de los placeres y sueños más grandes, y él no se quedó con las ganas. Teatro comercial, del off, contemporáneo, musical, de texto, Velázquez aprovechó la oportunidad y vio 16 obras de todo tipo de géneros teatrales. Uno de los últimos días, entró a The York Theater Company y se sentó en las butacas a disfrutar de Bare, A Pop Opera, sin entender ni una sola palabra en inglés. "Mi traductor era lo que sentía mi cuerpo, y con esta obra me pasó de emocionarme hasta las lágrimas, se me erizaba la piel. No podía creer lo que era la música, la energía que manejaban los chicos y la historia, que me enamoró por completo. Hoy te lo cuento y se me pone la piel de gallina", confiesa el director. Ésa fue la semilla que empezó a germinar con el tiempo.

Acostumbrado a escribir y dirigir sus propias obras, Velázquez apostó a un nuevo desafío. Luego de varias idas y venidas con los autores, había llegado el momento de poner en acción todas esas ideas que daban vueltas en el aire y hacer realidad la versión argentina de este musical que trata temas difíciles y complejos en lo social, como la homosexualidad, la aceptación de uno mismo, las drogas, el bullying. El punto que distingue Bare de los demás musicales es que estos temas (tabús en los 90, cuando fue escrita la obra) son tratados desde la mirada adolescente, esa mirada de sentimientos en carne viva, por lo que todo se potencia completamente.


Respetando la historia, el director de la puesta local buscaba hacer algo distinto de lo que vio en Nueva York. "Todo es diferente, las coreografías, los cuadros. Creé un ecosistema propio de la obra, le saqué casi todo lo norteamericano, sólo conservé algunos nombres, pero es una obra que transcurre aquí. Hay un equilibrio entre lo atemporal y lo localista, porque no está ni muy argentinizado ni muy yanqui, más que nada para que el espectador local pueda conectar con cosas cotidianas de cada uno y no le haga ruido", explica Velázquez.

Otra de las diferencias con la versión original que plantea el director es que usualmente en una ópera los actores están parados en el escenario sólo cantando. En cambio aquí es todo "una gran coreografía", donde hay paneles que entran y salen, y el movimiento más las transiciones entre las canciones y las escenas es lo que hace conseguir la fluidez suficiente como para darle un sello tan diferente como personal a esta nueva versión. "Quería ser consciente de mi lenguaje, que es el que vengo construyendo desde que empecé a escribir. Es muy propio, muy personal, y quería que fuera mi mirada sobre esta historia, respetando lo que los autores me están ofreciendo", argumenta Velázquez.

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Las polleras cuadriculadas, los corbatines sobre las camisas blancas y buzos rojos y azules inundan la sala de ensayo como si fuera un colegio. La juventud del elenco emana por todos lados y se contagia. "Empezamos el segundo acto, silencio por favor", le pide Velázquez al elenco, que eligió a través de audiciones. Cerca de 1000 personas se anotaron en noviembre del año pasado y casi 300 pasaron a la prueba presencial. "Buscábamos adolescentes porque la idea era que no tuvieran que fingir serlo, sino más bien vivenciar, creer y disfrutar. No tenían que hacer ningún esfuerzo en creerse más chicos", dice el director.

Mariano Magnífico, Ezequiel Rojo, Sol Giménez y Mica Romano se pondrán desde hoy en la piel de los cuatro protagonistas: Peter, Jason, Ivy y Nadia, respectivamente.

Bare, una ópera pop es un musical que tiene una clara reminiscencia a Rent y se encuentra en la línea de Despertar de primavera, que lo precede. Está escrito por John Hartmere, y Marcelo Kotliar realizó la adaptación del libro y las letras. Además de tener la dirección general de Velázquez, cuenta con dirección musical de Fernando Toyos, vocal de Santiago Otero Ramos y coreografía de Carla Lanzi.

Bare, una ópera pop

Dirigido por Pedro Velázquez

Hoy, a las 21

Apolo, Corrientes 1372.

Entradas, desde 300 pesos

Fuente: La Nación

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